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Lo mejor de la literatura francesa
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Lo mejor de la literatura francesa

Seguimos con las recomendaciones literarias, poniéndonos al día con todo lo que se cuece, en este caso, ejemplos de literatura francesa de nuestro tiempo, buenos libros

Seguimos con las recomendaciones literarias, poniéndonos al día con todo lo que se cuece, en este caso, ejemplos de literatura francesa de nuestro tiempo, buenos libros traídos por Recaredo Veredas, subdirector de Culturamas.

La literatura francesa, tras años de decadencia, está recuperando algo del brío de sus mejores tiempos. Las nuevas figuras difícilmente alcanzarán la relevancia de Camus pero su éxito contribuye a elevar la maltrecha autoestima de nuestro continente. Además, las letras galas presentan una sorprendente variedad. Veamos cuatro ejemplos:

El primero es Michel Houllebecq, un narrador que no podría haber nacido en ningún otro lugar del mundo. Reaccionario, revolucionario, nihilista, moralista, son algunos de los calificativos que ha recibido en su ya larga carrera. Su última novela, El mapa y el territorio (Anagrama, 2011) galardonada con el Premio Goncourt, es una auténtica obra de madurez, coprotagonizada por el propio autor. En sus páginas, Houllebecq exhibe una auténtica e intransferible mirada sobre el mundo actual, en la que transita por ámbitos tan distintos como el arte, las finanzas o las relaciones personales, convertidas en un elemento más del capitalismo.

La última novela de Pierre MichonEl origen del mundo (Anagrama, 2011)- nos conduce hasta las pasiones más elementales. Transcurre cerca de las cuevas de Lascaux y muestra lo poco que hemos cambiado en los últimos 30.000 años. Es decir, cómo el deseo sigue moviendo el mundo, aunque nosotros creamos que vivimos en el imperio de la razón. Lo hace mediante una prosa deslumbrante, plena de expresividad y amor por el lenguaje. Michon posee una obra escasa, tanto en títulos como en páginas, pero de una densidad máxima.

La frescura y la innovación la trae Laurent Binet, cuya primera novela –HHhHganó el Premio Goncourt joven. Tan peculiar título esconde una personalísma versión del complot que mató, en plena II Guerra Mundial, al nazi Reinhard Heydrich. Binet no utiliza los recursos habituales de la novela histórica, sino que introduce elementos contemporáneos o reflexiones sobre la razón de ser de la narrativa. También aparece el propio autor. La habilidad de Binet permite no solo que la mezcla funcione, sino que además, resulte apasionante.

En Francia, la novela negra alcanzó mayor notoriedad que en cualquier otro país de Europa. El esplendor que lograron autores como Simenon, lo retoma en nuestros tiempos Fred Vargas, nacida Frédérique Audoin-Rouzeau. Autora de decenas de novelas, las peripecias de su héroe favorito, el comisario Adamsberg, mezclan enigmas históricos, las heroicidades y miserias del ser humano y un soterrado sentido del humor. Su última novela se titula El ejército furioso (Siruela, 2011) y su punto de partida es una leyenda medieval normanda.

Seguimos con las recomendaciones literarias, poniéndonos al día con todo lo que se cuece, en este caso, ejemplos de literatura francesa de nuestro tiempo, buenos libros traídos por Recaredo Veredas, subdirector de Culturamas.