La necesidad de liquidez de las CCAA, nuevo elemento de presión para la vivienda usada

El mercado inmobiliario no gana para sustos y ahora le toca al segmento de la vivienda usada. La fuerte caída de la recaudación y las enormes necesidades de liquidez de las comunidades autónomas han provocado que las regiones se planteen la subida del impuesto de transmisiones patrimoniales, para equiparar acercar este gravamen al IVA del 10% que se deberá pagar a partir de septiembre por la vivienda nueva.

En los últimos días se ha sabido que las comunidades autónomas tienen previsto elevar el impuesto de transmisiones (ITP), que grava la compraventa de vivienda usada. Una de las primeras regiones que ha planteado esta posibilidad ha sido Castilla-La Mancha, donde el Partido Popular ha propuesto elevar esta tasa un punto porcentual hasta el 8%.

Las comunidades están ahogadas por su propia deuda –tienen vencimientos por más de 15.800 millones- y no consiguen financiación. Además, la recaudación ha caído en picado –según los datos de ejecución presupuestaria, los ingresos por el ITP, uno de los más importantes, se redujo un 23% entre enero y abril-.

La subida del ITP tendrá un impacto negativo en el mercado, que ya está bastante deprimido. Los últimos datos del INE muestran que en abril la venta de vivienda usada se contrajo un 8,3% y la caída se aceleró en mayo, hasta el 12,7% -frente al 10,3% de la vivienda nueva-. Y los últimos estudios publicados por Pisos.com y Fotocasa.es, la venta de vivienda usada en junio siguió cayendo, con lo que encadena 56 meses consecutivos de bajadas.

Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.com, señala que primero habrá que esperar a ver si, efectivamente, modifican el impuesto. Y resta importancia al efecto de su incremento. "Es un elemento más de ajuste de los precios, ya que el comprador puede incluir en su oferta la posible subida", aunque, obviamente, tendrá un mayor impacto el aumento del IVA sobre la vivienda nueva. El efecto de la subida de impuestos se notará sobre todo a principios de año, pero para finales de 2013 ya estará totalmente normalizado, explica Encinar.

El efecto negativo del probable incremento del impuesto de transmisiones se uniría al impacto que tiene la eliminación de la deducción por vivienda y al hecho de que los bancos son más reacios a conceder hipotecas para la compra de inmuebles usados que para los de sus promociones, a las que deben dar salida cuanto antes.