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Berlín: ruta guiada por el legado nazi, Isla de los Museos y más
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la puerta de brandenburgo se terminó en 1791

Berlín: ruta guiada por el legado nazi, Isla de los Museos y más

La capital de Alemania aglutina historia, arte, gastronomía y monumentos por doquier. Estos son los imprescindibles

Foto: La Puerta de Brandenburgo, en Berlín. (iStock)
La Puerta de Brandenburgo, en Berlín. (iStock)

Pasado, presente y futuro se dan la mano en Berlín. La capital de Alemania se caracteriza por ser una fuente de constantes innovaciones artísticas y tecnológicas, pero también sorprende a los visitantes con un baúl repleto de historia en cada una de sus calles. Inevitablemente ligada a la barbarie nazi, esta ciudad germana se convierte en la perfecta aliada para conocer los secretos del pasado y a la vez disfrutar de las más modernas vanguardias.

Para exprimir al máximo el potencial de Berlín, es muy recomendable contratar viajes que incluyan una visita guiada por sus principales atractivos. En un recorrido de cuatro horas a pie, los turistas pasearán acompañados por un experto a través del mapa del conocido barrio de San Nicolás —Nicolaiviertel, en alemán—. Esta zona se ubica frente a la catedral de la ciudad —terminada en 1905— y la Isla de los Museos, un punto de especial interés para los amantes de Egipto: en el museo Neues de Berlín descansa el busto de Nefertiti que sigue conquistando corazones a pesar de que uno de sus ojos perdió el color hace años.

La ruta continúa por la Friedrichstrasse, una calle llena de vida y comercios que antaño acogió al famoso muro de Berlín. Así, esta vía de nada menos que 3,5 kilómetros de largo es uno de los puntos históricos más conocidos de la ciudad y cada año transitan por ella millones de turistas. Todavía a día de hoy es posible encontrar una reproducción del más famoso puesto fronterizo entre las ‘dos Alemanias’, una especie de caseta que recibía el nombre de Checkpoint Charlie, que conectaba la zona de control soviética con la estadounidense.

El legado nazi en Berlín

Sin duda, otra de las calles más importantes de Berlín es Unter den Linden, donde se puede disfrutar de la prestigiosa Universidad de Humboldt —la más antigua de la ciudad— y la plaza Bebelplatz. El guía explicará cómo los nazis utilizaron esta plaza para realizar una gran hoguera el 10 de mayo de 1933 en la que quemaron libros de autores que no consideraban adecuados —Freud, Karl Marx o Heine, entre ellos—. Cuánta razón tenía este último cuando, en 1817, ya presagió el futuro de la Alemania hitleriana: “Donde se queman libros, se terminan quemando también personas”.

Precisamente en la Bebelplatz se ubica la Biblioteca Nacional de Alemania. Frente a ella, en el suelo, aparece un discreto homenaje a toda aquella sabiduría que se convirtió en cenizas: un cuadrado de cristal deja ver, desde 1995, el monumento subterráneo que Micha Ullmann diseñó simulando una biblioteca de estanterías vacías.

El recorrido guiado por Berlín también muestra lo que aún pervive del cuartel general de la Gestapo gracias a la exposición conocida como ‘Topografía del terror’. Justo ahí es donde la dirección de las SS tenía su centro de mando, y será el lugar donde el visitante llegue a entender la magnitud de los crímenes cometidos por el Gobierno nazi. Como curiosidad, en este mismo enclave también se puede ver un trozo del muro de Berlín que aún continúa en pie.

Puerta de Brandenburgo, cervezas y más

Las dos iglesias gemelas de la Gendarmenmarkt —considerada la plaza más bonita de Berlín— le saludarán cuando se acerque a conocerlas, alzándose entre ellas la Casa de la Ópera o Konzerthaus. La ruta guiada, que comenzó en la famosa plaza de Alexanderplatz, donde se encuentra la torre de televisión de 368 metros, pondrá su punto y final en la Puerta de Brandenburgo. Símbolo del Berlín unificado, este monumento tardó tres años en construirse (1788-1791) y ha sido objeto de múltiples ‘alteraciones’.

La primera de ellas la llevó a cabo Napoleón en 1806 cuando, tras haber vencido en la batalla de Jena contra el ejército prusiano, decidió llevar la cuadriga que la culmina a París. El emperador francés fue derrocado antes de que la estatua llegara a la capital francesa, y la cuadriga regresó a suelo germano. Siglos más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, los caballos y el carro resultaron gravemente dañados, ‘heridas’ bélicas que no se curaron hasta restaurarse tras la reunificación de Alemania en 1989.

Para reponer fuerzas después del paseo por las calles e historia de Berlín, nada mejor que sentarse a la mesa de algún Biergarten —típicos patios de bancadas de madera— y degustar una rica cerveza alemana. Negra, roja, rubia o de trigo, esta bebida emblemática le sabrá mejor si la acompaña de un buen plato de salchichas. En Alemania presumen de una carta con nada menos que 1.500 variedades diferentes, así que tómese su tiempo para elegir y paladear esta receta clásica germana. ¿Verdad que Berlín deja buen sabor de boca?

Pasado, presente y futuro se dan la mano en Berlín. La capital de Alemania se caracteriza por ser una fuente de constantes innovaciones artísticas y tecnológicas, pero también sorprende a los visitantes con un baúl repleto de historia en cada una de sus calles. Inevitablemente ligada a la barbarie nazi, esta ciudad germana se convierte en la perfecta aliada para conocer los secretos del pasado y a la vez disfrutar de las más modernas vanguardias.

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