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Cómo comprar 'online' el mejor móvil de segunda mano (sin que te timen)
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mejor comprar en tienda que a un particular

Cómo comprar 'online' el mejor móvil de segunda mano (sin que te timen)

Hacerse con un móvil bueno, bonito, barato (y usado) es posible, pero tienes que tener en cuenta algunos factores antes de tirarte a la piscina

Foto: Apple ya no vende el iPhone 5c, pero existen formas de conseguirlo en el mercado de segunda mano.
Apple ya no vende el iPhone 5c, pero existen formas de conseguirlo en el mercado de segunda mano.

A la hora de cambiar de teléfono móvil, el dilema monetario siempre se nos echa encima como una enorme losa. Consciente de que la ganga es casi una especie en peligro de extinción en el sector de los ‘smartphones’, el potencial comprador tiene que debatirse entre pagar mucho por un flamante móvil fabricado por alguna prestigiosa tecnológica (explosiones aparte) o escudriñar el mercado para hacerse con uno de esos terminales que cuestan menos de 100 euros, y que haberlos, haylos. Todo ello, evitando en la medida de lo posible ser víctima de algún tipo de fraude.

Foto: (Japanexperterna.se)

Sin embargo, por el horizonte asoma una tercera opción que no se suele tener en cuenta. Se trata de la posibilidad de comprar un teléfono reacondicionado o incluso uno de segunda mano. Los primeros son, simplemente, móviles puestos a la venta por las tiendas o incluso por el propio fabricante a un precio inferior al habitual. Por ejemplo, en el momento de escribir estas líneas, Amazon ofrece un Moto G4 Plus reacondicionado por 239 euros, cuando ese mismo ‘smartphone’ de Lenovo suele costar en la plataforma de comercio electrónico 249 euros.

El secreto no es otro que el origen del dispositivo. En general, un móvil reacondicionado (o ‘refurbished’, por su denominación en inglés) no es otra cosa que un ‘smartphone’ de exposición. Una vez manoseado por los visitantes, la tienda lo retira (y lo repara si fuera necesario) para venderlo a un precio ligeramente inferior al de mercado. Mientras tanto, fabricantes como Apple o Samsung también restauran algunos de sus dispositivos para ponerlos a la venta más baratos, aunque la compañía coreana no lo hace aún en España y los de la manzana mordida reacondicionan iPads y Macs pero no iPhones.

En el caso de las tecnológicas que venden por internet y de las webs de comercio electrónico, que no cuentan con lugares en los que exponer sus dispositivos, los teléfonos móviles reacondicionados suelen ser aquellos devueltos por los compradores a causa de algún desperfecto menor (por ejemplo, en su empaquetamiento) o incluso algún rasguño.

Sin ir más lejos, Amazon explica en su web para productos reacondicionados que estos son los “que han sido devueltos, que se han dañado en el almacén o que han sido restaurados y no cumplen con los rigurosos estándares de Amazon.es y por tanto no pueden venderse como ‘productos nuevos”. Sin embargo, pueden estar tan en perfectas condiciones como uno recién salido de la fábrica.

¿Y la garantía?

La principal ventaja de los móviles reacondicionados (o de cualquier producto restaurado, como puede ser un electrodoméstico, un juguete o incluso ropa) es que vienen acompañados de una garantía, algo con lo que no contamos al adquirir un móvil de segunda mano en plataformas populares como Wallapop.

La empresa que pone a la venta un ‘smartphone’ restaurado, ya sea un comercio o el propio fabricante, se hace responsable de los posibles fallos. No obstante, como nadie da duros a pesetas, al no tratarse de dispositivos nuevos, la garantía es menor: tal y como estipula en España la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, estos productos han de tener como mínimo un año de garantía.

De esta forma, en caso de que el móvil resulte estar mal reacondicionado o presente algún fallo durante los 12 meses siguientes a la compra, la tienda tendrá que responder. Ahora bien, cómo se responsabilice el comercio en cuestión depende de cada cual. Por ejemplo, Amazon lo hace devolviendo el dinero de la compra, mientras que Fnac se encarga de la reparación del dispositivo. En ambos casos, la garantía es de dos años, mayor de lo obligado por norma.

En ciertos casos, la línea que separa un móvil restaurado de uno de segunda mano es realmente delgada. Siguiendo con el ejemplo del gigante del comercio electrónico, la mayoría de sus productos reacondicionados se consideran usados. Esta etiqueta es puesta por Amazon en cuanto el comprador original abre el envoltorio de su ‘smartphone’ y lo prueba para luego devolverlo.

¿Y la segunda mano?

Una vez repasada esta opción para ahorrarse algún dinero (un iPhone SE de 16 gigas reacondicionado cuesta 440 euros en Fnac, cuando su precio habitual es 490), también conviene contemplar la posibilidad de hacerse con un teléfono de segunda mano.

En este caso, siempre es más fiable hacerlo en una tienda tipo Cash Converters que recurrir a uno de los particulares que ofrecen sus dispositivos usados en plataformas como Wallapop o Vibbo. Varios son los motivos. Por una parte, una cadena de comercios se hará responsable de los posibles fallos del dispositivo gracias a ese año de garantía que marca la legislación. Además, en uno de estos comercios es poco probable adquirir un móvil robado. Sin embargo, cuesta poner la mano en el fuego por un ‘smartphone’ comprado a un desconocido.

Más allá de estos consejos, nada mejor que el sentido común a la hora de cambiar de dispositivo. Por poner un ejemplo de evidente engaño, nadie vende un modelo reciente de iPhone por 100 euros. Si huele a timo o a móvil robado, mejor salir corriendo.

Además, siempre es recomendable comprobar el estado del que podría ser nuestro nuevo móvil de antemano. Cerciorarnos de que funciona a la perfección es clave para asegurar que la inversión no termina saliendo cara. Una cosa es ahorrar y otra bien distinta pagar el pato.

A la hora de cambiar de teléfono móvil, el dilema monetario siempre se nos echa encima como una enorme losa. Consciente de que la ganga es casi una especie en peligro de extinción en el sector de los ‘smartphones’, el potencial comprador tiene que debatirse entre pagar mucho por un flamante móvil fabricado por alguna prestigiosa tecnológica (explosiones aparte) o escudriñar el mercado para hacerse con uno de esos terminales que cuestan menos de 100 euros, y que haberlos, haylos. Todo ello, evitando en la medida de lo posible ser víctima de algún tipo de fraude.

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