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Cómo convertir tu coche en inteligente sin rascarte mucho el bolsillo
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pero no más que el dueño

Cómo convertir tu coche en inteligente sin rascarte mucho el bolsillo

Los vehículos tradicionales aún pueden adaptarse a los nuevos tiempos gracias a esta serie de dispositivos

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A pesar de la polémica que ha rodeado en las últimas semanas al mundo de la innovación automovilística después de que tuviera lugar el primer accidente mortal de un Tesla con el piloto automático activado, el sueño de muchos sigue pasando por tener un coche inteligente en su poder.

Aunque la meta de tener uno autónomo sigue estando un poco lejos, sí que es posible hacerse con uno de los muchos que ya hay en el mercado con sistema operativo incluido para gestionar mapas, entretenimiento y todos los datos relacionados con la conducción. El coche conectado ya es una realidad y el mundo de las aplicaciones también ha desembarcado sobre las cuatro ruedas.

No obstante, no todos los bolsillos están preparados para hacerse de la noche a la mañana con un coche nuevo que, además, incluya como extra la posibilidad de estar conectado a través de su propio sistema operativo. Por suerte para aquellos que deseen contar con la ayuda de la tecnología al volante sin necesidad de pasar por el concesionario, la internet de las cosas pone a su disposición un buen puñado de dispositivos con los que darle un mínimo de inteligencia a cualquier coche:

Foto: Anton van Zanten muestra su sistema de control de estabilidad. (EPO)

Con tu propio ‘smartphone’

Un soporte para tu móvil o tableta y una aplicación son suficientes para poder disfrutar de un salpicadero inteligente. Será posible gracias a AutoMate, una ‘app’ para móviles y ‘tablets’ Android que hace las veces de navegador GPS, permite hacer llamadas y enviar mensajes o incluso controlar el volumen de la música mientras conducimos.

Está todo pensado para que los conductores no desvíen su atención de lo verdaderamente importante. Tanto es así que las distintas herramientas de la aplicación se pueden controlar con gestos, como pasar la mano ante la pantalla o, simplemente, con la voz. Además, en base a los datos del GPS, la ‘app’ también cuenta con alertas por exceso de velocidad.

Desde el vetusto puerto de tu coche

Si tu vehículo es posterior a 1996 (algo que tampoco es difícil teniendo en cuenta que veinte años nos separan), hay otra posibilidad para convertirlo en uno inteligente. Bajo el volante se encuentra el puerto del sistema de diagnóstico a bordo en vehículos (OBD, por sus siglas en inglés) aunque también puede estar en otros puntos del salpicadero porque su disposición varía según el modelo. El sistema fue diseñado para monitorizar con antiguos dispositivos algunos datos del motor, pero ahora, con el ‘boom’ de la internet de las cosas y los coches inteligentes, se ha convertido en el aliado perfecto de los conductores.

Con dispositivos como el Samsung Connect Auto, este viejo y poco conocido puerto pasa a ser de lo más útil: a través de su aplicación correspondiente, este aparato permite al conductor saber dónde ha dejado su coche, conocer el estado de las distintas partes del vehículo e incluso entender mejor qué tal lo hace al volante. Además, el dispositivo está diseñado para dar consejos personalizados para ahorrar gasolina, y todo ello en tiempo real.

Algo similar hace Automatic, un dispositivo puesto a la venta por 80 dólares (poco más de 70 euros) y que recoge a través del OBD multitud de datos sobre el coche, para diagnosticar fallos del motor o incluso pedir ayuda en caso de accidente. Todo ello puede ser visualizado a través de su propia aplicación en el móvil, que recoge todos los datos del sensor a través de su conexión Bluetooth.

Ponle wifi

Para que los acompañantes de nuestros trayectos se sientan como en casa, nada mejor que ofrecerles un poco de wifi, que tampoco vendrá nada mal para hacer sonar largas listas de reproducción de Spotify que amenicen el viaje o para que los más pequeños se entretengan a golpe de vídeos infantiles en YouTube.

Para ello, toca rascarse el bolsillo doblemente. Primero, comprando un aparato como Vinli, un dispositivo de 200 dólares (algo menos de 180 euros) que también se conecta a través del puerto OBD para recoger información técnica sobre el vehículo y algo mucho más interesante: crear una red wifi dentro del coche a costa, eso sí, de pagar una tarifa de datos para el propio accesorio.

Aprendiendo a conducir (mejor)

Zubie es otro de esos dispositivos que, vía OBD, llevan a cualquier vehículo de las últimas dos décadas al mundo de los coches inteligentes. En el caso de este aparato de 100 dólares (unos 90 euros) no solo se recogen los datos de uso del coche, sino que se realiza un análisis de la conducción para dar consejos de seguridad y de eficiencia al volante. De hecho, va más allá que el sensor de Samsung y, por ejemplo, advierte al conductor cada vez que frena demasiado fuerte.

Además, cuenta con un modo de control parental que permite configurar el dispositivo para advertir a los padres si su hijo conduce cometiendo alguna infracción, como excederse de la velocidad permitida. Todo ello pudiendo sincronizar la herramienta con Echo, el asistente virtual de Amazon, y así preguntar en casa cuánta gasolina le queda el coche antes de ponerse al volante.

Con ojos en todas partes

Si la Red está llena de vídeos de accidentes de tráfico grabados desde el parabrisas del coche es porque cada vez más, y especialmente en ciertos países, se tiende a vigilar todo lo que pasa alrededor del vehículo. Para ello, el sistema RearVision ofrece un marco para matrículas que incorpora dos cámaras HD para alertar al conductor de posibles colisiones a través de su propia ‘app’.

No obstante, este sistema presenta dos problemas: cuesta 500 dólares (cerca de 450 euros) y, por ahora, solo existe con las dimensiones de las matrículas norteamericanas. Por suerte, aquellos conductores europeos que deseen vigilar desde sus matrículas lo que sucede alrededor de un coche (aunque sea para disponer de imágenes en caso de accidente), pueden encontrar en Amazon productos similares, aunque algo más rudimentarios y sin el apoyo de una ‘app’, por menos de 60 euros.

Algo similar, y sin necesidad de adaptarlo al tamaño de la matrícula, es lo que ofrece Mobileye, una cámara inteligente que se coloca en el parabrisas y que cuenta con un pequeño altavoz y una pantalla desde la que se advierte al conductor de posibles accidentes o de la cercanía de peatones. Para ello, la lente es capaz de medir la distancia entre vehículos e incluso leer el límite de velocidad señalado.

En definitiva, las opciones son variadas para evitar un desembolso de miles de euros en un coche nuevo: tu no tan viejo vehículo aún puede demostrarte que no es tan tonto como parecía. Solo necesita un poco de tuneo.

A pesar de la polémica que ha rodeado en las últimas semanas al mundo de la innovación automovilística después de que tuviera lugar el primer accidente mortal de un Tesla con el piloto automático activado, el sueño de muchos sigue pasando por tener un coche inteligente en su poder.

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