Nokia, con el agua al cuello: está en mínimos de 17 años

La caída de Nokia no parece tener fin. La firma finlandesa, que antaño fuese un gigante, marca estos días mínimos en el parqué no vistos desde 1995, cuando el 2110 era la punta de lanza. Su capitalización bursátil oscila torno a los 5.500 millones de euros, lo que supone un escalofriante descenso del 98% con respecto al 'boom' tecnológico del año 2000, y ya es menos de lo que pagó Microsoft por Skype en mayo, que es solo un servicio de videochat. Y lo que es aún más sangrante, su competidor Apple registra unos beneficios trimestrales -13.000 millones- que prácticamente triplican su presencia en el mercado. 

El dominio de Nokia en el mercado de la telefonía móvil terminó el día que el 'smartphone' se consolidó en la sociedad. De su barrida hablan los gráficos. El 29 de junio de 2007, el día que fue presentado el primer iPhone, los títulos de Nokia cotizaban a 24,4 euros, mientras que hoy luchan por no perder el euro (1,45). La firma fundada por Jobs y Wozniak, por su parte, ha pasado de los 143 dólares pre-iPhone a los 611 que marcaba anoche en el Nasdaq.

Los desastres se han sucedido en catarata desde entonces. Cuarenta mil trabajadores despedidos en solo un año, 'profit warnings' por aspersión, rebajas de rating hasta 'bono basura'... y una línea de productos que no sabe si atacar al usuario medio, al 'hardcore' o al profesional.

De nuevo el panorama es más oscuro de lo que parece aun sumando el valor de Nokia por partes. Gran parte del efectivo está siendo 'quemado' a base de indemnizaciones por la oleada de despidos y, con la bizarra situación legal en torno a las patentes, el valor de la propiedad intelectual está cada día más en entredicho. La solución tampoco pasaría por separar Nokia de Nokia Siemens Networks, su filial 'teleco', dado que diversos analistas indican que sería necesaria una inyección de 4.000 millones para que la filial pudiera irse de casa con alguna garantía.

Para Nokia, fundada hace 141 años, la vía del mercado se ha agotado. "Los inversores no quieren escuchar nada de la finlandesa. Algunos piden que les llamemos cuando volvamos a escuchar cosas positivas, pero no ahora", relatan desde BMO. La única salida pasa por aguantar colocando como sea su línea actual de teléfonos hasta que sus nuevos dispositivos puedan ejecutar el Windows Phone de Microsoft, con quienes tienen un acuerdo. No obstante, el común de los analistas cree que el último trimestre de Nokia será "catastrófico".