Asesina a su amigo de nueve años para experimentar "qué se sentía"

“Quería saber lo que se sentía al matar a alguien antes de que alguien tratara de matarme a mí”. Así se ha manifestado William Shultz vestido con el traje amarillo que le han dado en la cárcel y el pelo rapado a la manera en que lo llevan los presos. Este adolescente de 18 años se encuentra en prisión bajo fianza de un millón de dólares después de haberle quitado la vida al mejor amigo de su hermano pequeño. Jordon Almgren, de 9 años, fue asesinado mientras dormía después de haber pasado una noche de pizza y videojuegos en la casa del agresor, en Discovery Bay (California, Estados Unidos).

Los hechos sucedieron el pasado domingo. Después de cometer el homicidio, William acudió al hospital para que le trataran las heridas que se había hecho durante el apuñalamiento de su víctima. Fue allí donde un miembro del personal sanitario le reconoció tras haber visto en la televisión local que se le estaba buscando. “Me gustaría no haberlo hecho. Pienso en que Jordon podría ser mi hermano pequeño”, confesó Shultz, que continuó: “En ese sentido me siento mal y tengo remordimientos, pero hay una razón para todo lo que pasa”.

El joven había acudido al hospital con sus padres el día antes del asesinato porque los progenitores consideraban que debía realizarse un examen mental a su hijo. Al parecer, el adolescente creía en el fin del mundo y estaba obsesionado con el número 3 –de hecho, fue a las 3 de la madrugada cuando cometió el crimen–. Sin embargo, los médicos no consideraron que necesitara tratamiento inmediato o requiriera custodia especial. “¿Cuál es la razón por la cual yo estoy en la Tierra? Tengo que averiguarlo”, se preguntaba ante los medios locales William, que situó el comienzo de sus problemas tras una discusión con sus padres hace diez años. “Hay mucho detrás de lo que me ha llevado hasta esto”, dijo.