“En España el paro podría acabarse en tres meses”

Ha sido su segunda entrevista en televisión y seguramente no será la última. Francisco Hernando, es decir, Paco el Pocero, el otrora anónimo constructor de 11.000 viviendas en la localidad toledana de Seseña, ha comparecido esta mañana ante los micrófonos del magazine televisivo de Ana Rosa Quintana.

 

En casi una hora de entrevista, el empresario ha repasado la actualidad del sector del ladrillo y por extensión de la actual crisis económica, que según su manual de recetas podría acabarse en tres meses... el problema es de los políticos que tenemos. Además, repasó detalles más personales de reciente fecha, como la detención de la banda de atracadores que intentó secuestrar a su hijo o su donación a una paciente con una grave enfermedad.

 

Convenientemente trajeado, Francisco Hernando demostró a lo largo de su intervención que es un hombre y un empresario hecho a sí mismo. Con las formas y maneras de otros antaño ilustres personajes, tal vez como el difunto Jesús Gil y Gil, el constructor se reconoció perseguido, negando que sus posibles amistades o relaciones con los políticos le hayan deparado favores o situaciones de privilegio.

 

En su particular causa, la de la mega urbe que le dio la fama, El Pocero atizó al equipo municipal de Seseña, gobernado por Izquierda Unida. Su enfrentamiento con el consistorio se remonta a años atrás y tiene buena parte de la culpa de la actualidad notoriedad del constructor, que con el paso del tiempo se ha visto obligado a aumentar sus intervenciones públicas para poder modificar su imagen.

 

La entrevista de esta mañana puede ser un ejemplo. Hernando aprovechó su intervención para destacar las bondades cosechadas por su persona a lo largo de 50 años de trabajo, una carrera vital llena de sacrificios que ahora no puede disfrutar ni ejercer como debiera por culpa de la persecución a la que se ve sometido. "Lo he consultado con mis abogados y puedo decir que no siento seguridad en este país".

 

Abundando sobre este tema, Paco reconoció lleva escoltas después de que fuera víctima de un intento de secuestro por parte de una banda organizada -donde participaba, curiosamente, un primo de Mariano Rajoy. "Debería llevar seguridad del Estado, pero no es así, he tenido que ponérsela yo". Desde que perdió el anonimato y se supo de la fortuna levantada con el ladrillo, El Pocero y su clan familiar son objetivo de los focos.

 

Después de levantar el complejo urbanístico de Seseña, semivacío ahora por culpa de la crisis, El Pocero reconoce que seguirá trabajando en lo que sabe, pero lejos de España. Sus próximos planes tienen como destino Guinea Ecuatorial y Dubai, hasta donde se llevará a sus propios trabajadores -hasta 40.000-, o mejor dicho, soldados, que es como al constructor le gusta llamar a sus empleados.

 

Para culminar su intervención, porque no se trató realmente de una entrevista, El Pocero humedeció sus ojos al repasar las imágenes sobre el caso de Elvira Roda, una valenciana que padece sensibilidad química múltiple a la que ayudó a repatriar desde Dallas poniendo a disposición su avion privado. A su regreso, después de haber consumido los ahorros familiares en el tratamiento, el constructor se comprometió a concederle una pensión vitalicia y dos duplex en su macro urbanización.

 

Esta vez, El Pocero no lloró ante las cámaras, como si hizo durante los días que las cámaras del programa grabaron el aterrizaje y primer encuentro con el mecenas. Mientras concluía la intervención, el público presente en el plató dedicó una calurosa ovación al desprendido constructor, igual que antes hizo con cada comentario abrasivo para con la clase política.