El secuestro de las dos jóvenes italianas entra "en una fase delicadísima"

Vestidas con un chador negro que les cubre la cabeza, Greta Ramelli y Vanessa Marzullo, las dos italianas raptadas a finales de julio en Siria, aparecieron ayer en un vídeo de 23 segundos difundido en YouTube en el que suplican que su Gobierno llegue a un acuerdo con los secuestradores. La grabación se habría realizado a mediados de diciembre (una de las chicas muestra un papel con la presunta fecha: 17/12/2014), pero no se hizo pública en la red hasta la madrugada de ayer.

“Suplicamos a nuestro Gobierno y a sus mediadores que nos lleven a casa antes de Navidad. Corremos un grave peligro y podríamos ser asesinadas. El Gobierno y sus mediadores son responsables de nuestras vidas”, lee una de ellas, en inglés, ante la cámara. Los servicios secretos italianos pedían horas después que se frenasen las especulaciones sobre su paradero. “La negociación está en una fase muy delicada, consiéntanos trabajar en silencio por favor”, insistían.

Italia, igual que España y al revés que Estados Unidos, es uno de los países que sípaga rescates a grupos terroristas con tal de rescatar asus ciudadanos. Según fuentes citadas por el diario Corriere della Sera, las dos jóvenes podrían estar en manos de una célula de Al Nusra, movimiento ligado a Al Qaeda y que, por tanto, no depende del Estado Islámico. “Es verdad, tenemos a las dos italianas nosotros, porque su país apoya todos los ataques contra nosotros en Siria”, dijo uno de sus líderes, Abu Fadel, citado por la agencia alemana Dpa. Con todo,no hay ninguna confirmación oficial.

El padre de Vanessa,Salvatore Marzullo, aseguró sentirse ayer “optimista y contento” después de haber visto las imágenes de su hija. “Son las primeras desde hace meses y parece que están bastante bien, aunque en una condición muy difícil”, dijo.

Vídeo: Dos jóvenes italianas piden su liberación

Vanessa y Greta, de 21y 20 años, respectivamente, llevaban tiempo gravitando en torno al activismo propalestino y la causa rebelde siria.Viajaronen unamisión humanitaria casi personal, a través deun proyecto coordinado en una pequeña asociaciónque entregaba dinero de colectasa la población de Alepo, una de las ciudades más castigadas por el conflicto. Según reconstrucciones de lo sucedido realizadas porla prensa italiana y británica, las jóvenes cayeron en la trampa tendida por un grupo de rebeldes con el que viajaban y pasaron de mano en mano (hasta tres veces) antes de ser “vendidas” a una facción terrorista.

Era la tercera vez que entraban en Siria desde 2012, pero en esta ocasión se internaron en las zonas más duras del conflicto.Ignorando la desesperadaoposición desus padres, las dos jóveneshabrían volado a Turquía en verano y entrado en Siria a travésdelcampo de refugiados de Atma, uno de los más grandes de la frontera. Una vezallí, se desplazaronhasta Alepo, donde el 31 de julio subieron a Facebook una última foto, en la que mostraban a un joven con un arma de asaltoen una zona bombardeada de la ciudad.

Aunque los esfuerzos se han concentrado en rescatarlas, elcaso ha generado cierta polémica en Italia. Diarios como Il Giornalehan acusado de manipulacióna Robert Andervill,director de Horryaty (la pequeña organización humanitaria con la que colaboraban las dos jóvenes). Entre otras cosas, sele acusa de ser cercano a ideologías radicalesy dehaberconvencidoa las dos muchachas de entrar en Siria de la mano de los rebeldes.

En Italia se afronta desde hace tiempo el áspero debate sobre si el Gobierno debe negociar y pagar para devolverlas a casa. Según diferentes sondeos, la opinión pública está mayoritariamente a favor de hacerlo. En esta operacióntambién habrían participado los servicios secretos franceses, belgas y holandeses, de acuerdo con el periódicoLa Repubblica.