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Lluvia sólida, el ‘milagro’ que promete mitigar las sequías y la escasez de alimento
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¿LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA?

Lluvia sólida, el ‘milagro’ que promete mitigar las sequías y la escasez de alimento

Acrilato de potasio. Diez gramos de esta sustancia pueden solidificar un litro de agua, el cual no se evapora ni se filtra. Es como almacenar la lluvia

Foto: Un hombre recoge agua de un pozo casi seco en Xinchang, China. (Reuters)
Un hombre recoge agua de un pozo casi seco en Xinchang, China. (Reuters)

Acrilato de potasio. Quédese con ese nombre porque las propiedades químicas de esta sustancia superabsorbente podrían ser la clave para combatir la desertificación y salvar millones de cosechas en todo el planeta. Una empresa mexicana lleva varios años trabajando sobre este polímero y comercializándolo en América Latina, Rusia, Israel y también España. Lo llaman lluvia sólida, y literalmente eso es lo que es: el acrilato de potasio absorbe hasta 500 veces su peso en agua, dando como resultado una especie de gel súper hidratado. Diez gramos de esta sustancia pueden solidificar un litro de agua, el cual no se evapora ni se filtra. Es como si en el granero, además de trigo y cebada, se pudieran almacenar también toneladas de lluvia para utilizarla cuando mejor convenga.

Todo se basa en las mismas propiedades absorbentes del arroz o de los pañales para bebés, pero cientos de veces más efectivo. El principio es sencillo: al contacto con el agua, los iones de los que está compuesto el acrilato de potasio se liberan y actúan como una especie de imán que adhiere las moléculas del agua, lo que provoca que el líquido se granule formando esferas, con un aspecto similar al azúcar. Lo novedoso no es la propiedad del acrilato, sino su optimización para uso agrícola.

“Cuando ya terminaron las lluvias o se atraviesa una época de sequía, sólo hay que escarbar en el área donde están las plantas y colocar la lluvia sólida como si fuese hielo picado, tan cerca de las raíces como sea posible. Con eso logramos humedecer el entorno radicular y la planta se mantiene con vida o vuelve a renacer. La humedad puede durar incluso meses, en algunos casos sin necesidad de volverla a regar”, prosigue el ingeniero.

Asegurar la producción

Cerca del 70% del agua dulce de todo el mundo se destina a la agricultura, sector que a su vez desperdicia hasta el 80% de ese líquido, como ocurre en México. Gracias a la lluvia sólida se pueden planificar las cosechas de un año para el otro, asegurar la producción ante sequías inesperadas y obtener finalmente una cantidad enorme de alimentos y de una calidad muy superior, pues nunca habrá faltado una gota de riego en todo el proceso.

“Lo que conseguimos es olvidarnos de toda la incertidumbre de las lluvias, porque ya la tenemos en las manos y está en nuestro criterio sembrarla en lugar de esperar a que nos caiga del cielo”, indica Rico. Los resultados son espectaculares, y el ingeniero ofrece como ejemplo el más reciente, experimentado días atrás en unos campos de maíz en el estado de Jalisco. Parte de la cosecha fue tratada con acrilato de potasio y parte no. “Después de 24 días de sequía, el maíz no tratado con esta técnica estaba amarillento y según el ingeniero agrónomo del lugar no dará más de un kilo por hectárea. A medio metro, con nuestra tecnología, las plantas están grandes y de un verde intenso, y se calcula que puedan dar 15.000 kilos de maíz por hectárea”.

¿Estamos ante la próxima revolución agrícola?

¿Es la lluvia sólida la próxima revolución agrícola? Por el momento su implantación está siendo lenta, si bien cada vez más empresas españolas están usando este singular remedio. El Ayuntamiento de Barcelona la está empleando en sus jardines y zonas verdes, así como el sector vitivinícola y aceitero de nuestro país. Sin embargo, varios son los expertos que han puesto en duda tal milagro contra las hambrunas y las sequías.

La doctora Linda Chalker-Schoot, de la Universidad del Estado de Washington, se preguntaba si el acrilato de potasio aplicado en masa en el subsuelo no absorbería una cantidad de lluvia excesiva. “Estos geles pueden hacer tanto daño como bien. En cuanto comienzan a secarse, absorben el agua de su alrededor de manera incluso más vigorosa, lo que significa tomar el agua directamente de las raíces de la planta”. También los expertos se cuestionan qué ocurre con los residuos del acrilato de potasio una vez expirada su vida útil, que puede alcanzar hasta los 10 años.

‘Estos geles pueden hacer tanto daño como bien. En cuanto comienzan a secarse, absorben el agua de su alrededor de manera incluso más vigorosa, lo que significa tomar el agua directamente de las raíces de la planta’

“Este polímero no envasa el agua, sino que adhiere las moléculas. No es soluble en agua, por lo que los elementos de su fórmula no van a contaminar la tierra ni van a ser absorbidos por las plantas, sino que forma como un granito de arena que queda integrado al suelo pero totalmente inocuo”, argumenta Rico, quien prosigue: “La cantidad es de más o menos 200 gramos por cada tonelada de tierra, o sea que prácticamente es insignificante su presencia”. Los granos de agua mantienen húmedos los campos de cultivo, condición necesaria para que los microorganismos procesen los nutrientes de la tierra y los transmitan a las plantas. De este modo, se mantiene la humedad por mucho más tiempo y se impide que el agua y los minerales de la tierra se filtren al subsuelo. Cuando se agota el líquido, los polímeros se pueden volver a llenar con una cantidad mínima de riego.

La lluvia sólida se usa tanto en agricultura extensiva como en pequeños jardines o en macetas del hogar. También se puede emplear como cortafuegos o para la reforestación de bosques, colocando el gel en el fondo de las cepas y aumentando así las probabilidades de vida de los árboles que se están trasplantando. El desarrollo y uso comercial del acrilato de potasio es libre, no se rige bajo ninguna patente, y de hecho hay cada vez más compañías explorando esta sustancia para su uso en agricultura. No sería extraño que su nombre se convierta en algo común en nuestro entorno agrícola en los próximos años.

Acrilato de potasio. Quédese con ese nombre porque las propiedades químicas de esta sustancia superabsorbente podrían ser la clave para combatir la desertificación y salvar millones de cosechas en todo el planeta. Una empresa mexicana lleva varios años trabajando sobre este polímero y comercializándolo en América Latina, Rusia, Israel y también España. Lo llaman lluvia sólida, y literalmente eso es lo que es: el acrilato de potasio absorbe hasta 500 veces su peso en agua, dando como resultado una especie de gel súper hidratado. Diez gramos de esta sustancia pueden solidificar un litro de agua, el cual no se evapora ni se filtra. Es como si en el granero, además de trigo y cebada, se pudieran almacenar también toneladas de lluvia para utilizarla cuando mejor convenga.

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