"Nos colocaban en línea desnudas cada mañana, se acercaban a nosotras, nos olían…".
Este es el testimonio que una mujer yazidí pronunciaba cuando se le preguntaba por su experiencia al ser vendida como esclava sexual a los combatientes del ISIS. Los yazadíes han sufrido años y años de acoso y tratos vejatorios: violaciones, palizas...
Ahora son las mujeres de esa religión minoritaria, las más perjudicadas, las que plantan cara al ISIS en Sinjar, Irak.