Sangre, motocicletas hechas pedazos y cuerpos cubiertos de sábanas. Es el escenario que ha quedado después de que un artefacto haya explotado en uno de los puntos más turísticos de la capital de Tailandia dejando varias decenas de muertos y en torno a un centenar de heridos. Los equipos de emergencias rastrean la zona en busca de otros explosivos.