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Range Sport, el coche definitivo
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AL VOLANTE DEL NUEVO RANGE ROVER SPORT

Range Sport, el coche definitivo

Land Rover lanza al mercado un Range Rover Sport completamente nuevo, con un monocasco que le hace 420 kilos más ligero, con un consumo hasta un

Land Rover lanza al mercado un Range Rover Sport completamente nuevo, con un monocasco que le hace 420 kilos más ligero, con un consumo hasta un 25 % más bajo, con la opción de siete plazas y la posibilidad de adquirir una variante sin marchas reductoras. Un nuevo Range Sport, de aspecto más parecido al del exitoso Evoque.

Land Rover ha remodelado completamente su gama de modelos alto de gama, los Range Rover. Primero llegó el Evoque, un nuevo concepto de todocamino pero con el máximo estilo y hace unos meses el nuevo Range Rover para situarse como el mejor todoterreno del mercado con estructura monocasco. Y ahora llega el tercer eslabón de la gama Range Rover. el Sport. Se trata de un vehículo a mitad de camino entre el “pequeño” Evoque y el “gran” Range Rover.

Gracias a ello el coche gana mucho en rigidez y en manejabilidad, tanto en carretera como en el campo, pero lo más importante es que consigue una reducción de peso de 450 kilos. Y esta es la clave del nuevo Range Sport, que con esos kilos menos a sus espaldas se mueve con mucha más soltura en cualquier terreno, pero sobre todo en el asfalto que es donde normalmente estos coches hacen casi el 100% de su vida.

Esta estructura monocasco no hace que el Range Sport pierda posibilidades fuera del asfalto. Sigue siendo igual de campero, pero hay que tener en cuenta que cada día se usan menos los todoterreno como vehículos para una conducción off-road de verdad, algo que no pueda hacer un buen todocamino con tracción 4x4.

El nuevo Range Rover aporta muchas novedades importantes en su concepción. La primera de todas ellas, y la más importante, es esta estructura monocasco y su mayor ligereza. También es nueva su estética, más en línea con el Evoque, con su frontal más afilado y con sus faros de luz diurna diferenciadores. Pero también su altura rebajada y sus líneas más redondeadas. Y en la parte trasera lo más llamativo es que desaparece esa zona en la que se veía parte de la rueda de repuesto, que no dejaba de afear su zaga en el viejo Range Sport, y que ahora queda perfectamente escondida.  

También es nueva la estructura de su habitáculo. Si hasta ahora era un cinco plazas, aunque eso sí de generosas dimensiones y con un gran maletero, desde ahora el nuevo Range Sport ofrece la opción de contar con dos plazas adicionales en una tercera fila, lo que le convierte en un todoterreno de siete plazas, algo que Land Rover jamás ha ofrecido en su gama alta y que quedaba para el Discovery y algunas variantes del Defender. Estas plazas se pliegan y despliegan eléctricamente mediante un botón. Pero son plazas pequeñas, para niños o para usar como una emregencia.

Aporta otra novedad muy importante, que es su sistema de tracción. El mercado del todoterreno evoluciona y las marcas que antes solo hacían vehículos 4x4 con marchas reductoras poco a poco van aligerando sus conceptos de todoterreno. El Evoque fue el primer vehículo de Land Rover con variantes de dos ruedas motrices y en estos momentos ya suponen un 30% de las ventas de este modelo.

Y el otro aspecto importante que aporta el nuevo Range es su diferencial trasero activo que le proporciona un comportamiento mucho más dinámico en carretera, lo que le permite ser casi como un turismo por su comportamiento, pero que a la hora de salir del asfalto también aporta un potencial añadido por su mejor manejabilidad..

También hay cambios importantes en el Terrain Response, el sistema de gestión del vehículo cuando se usa fuera del asfalto. La palanca de cambios circular de su antecesor deja su lugar  a un nuevo mando con forma de palanca para manejar su cambio automático de ocho marchas. Y no hay opción de cambio manual.

Por el contrario, el que pasa a ser circular es el gestor del Terrain Response. En condiciones normales funciona en modo Auto, y esa es la gran diferencia con respecto a su antecesor. En el nuevo, el accionamiento del Terrain Response  se hace mediante un botón giratorio. Este va situado a la altura del resto de la consola en modo Auto. Al presionar sobre el botón, éste sube y entonces encontramos cinco posiciones diferentes, general, hierba/gravilla, barro/roderas, arena y rocas. Además, en las versiones con acabado Dynamic se suma una posición más, específica para conseguir el mejor comportamiento dinámico en asfalto.

Además, cuando se utiliza el modo manual de selección, el propio sistema hace indicaciones a su conductor de cómo sacar el mejor partido del sistema. Por ejemplo poner reductoras o subir la altura de la suspensión. Un sistema mucho más sencillo que en el anterior Range Sport porque permite funcionar en automático sin necesidad de saber demasiado de todoterreno y solo tener que hacer lo que el coche nos va indicando.  

Hemos podido hacer una primera toma de contacto con este espectacular nuevo modelo de Land Rover en Inglaterra para comprobar que su comportamiento en asfalto ha mejorado mucho pero que no se ha renunciado en ningún caso a sus posibilidades camperas.

En carretera su comportamiento es delicioso. Desde el momento de sentarse a sus mandos ya se puede comprobar que el coche es mucho más ligero y dinámico. La sensación de aplomo y robustez que tenía su antecesor en este caso se pierde…pero solo en un primer momento. Y es que el coche se mueve con más soltura y ligereza aunque cuenta con la misma gama de motores que su antecesor, porque ahora tienen que mover 450 kilos menos de peso, por lo que al coche se le nota mucho más ágil.

Durante la toma de contacto pudimos hacer una prueba de aceleración y frenada en una recta de un aeropuerto, y de verdad que impresiona. En este caso la hicimos con una versión Supercharged de 510 caballos y la prueba era pasar de 0 a 100 m/h (unos 170 km/h) y volver a frenar hasta cero, parando el cronometro en solo 17,2 segundos. Una cifra solo un segundo peor que un Ford Focus ST, un deportivo compacto.  

Pero donde la sorpresa es máxima es cuando dejamos la carretera y nos adentramos en el bosque. Como les decía, esta primera toma de contacto la hemos realizado en la zona de Gales, en las proximidades de Eastnor Castle, una espectacular finca del grupo Jaguar Land Rover en la que desde siempre se han hecho las pruebas con los todoterreno británicos.

Unas instalaciones inmejorables, la sede central de la Land Rover Experience, en la que los coches se pueden poner al límite por su tracción, por su capacidad de vadeo y por todo lo que hace de un todoterreno un vehículo diferente. En nuestras pruebas el Range Sport salió airoso en situaciones límite  sin el menor problema, demostrando que pese a su nueva estructura monocasco es un coche imparable fuera del asfalto.

La marca Land Rover es legendaria por sus vehículos camperos, y por ello pone sus coches en las condiciones más difíciles. Cuando otras marcas de todoterreno hacen pruebas de este tipo, tienen coches específicos para superar las zonas más complicadas, con neumáticos también especiales y demás. En este caso Land Rover hace las cosas de otra manera.

Y es que el mismo coche, con los mismos neumáticos, pasa de rodar por carretera bastante deprisa, aunque siempre hay unos límites legales que hay que cumplir, a hacerlo por un camino lleno de barro o por un cauce de un rio que tiene 80 centímetros de altura de agua.

Las pruebas más duras 

A lo largo de nuestras pruebas, y en el álbum pueden ver algunos momentos de ellas, el nuevo Range Sport las pasó en las condiciones más difíciles y sin el menor problema. Ni un pinchazo pese a que las condiciones eran extremas… y sin duda mucho más complicadas que las que un conductor normal que se gaste más de 66.000 euros en su coche hará nunca jamás en la vida.

Hablemos de la gama. El nuevo Range Rover Sport se ofrece con tres tipos de motor. Dos variantes de gasóleo de 258 y 292 caballos y por encima el espectacular Supercharged. En este caso se trata de un vehículo con motor V8 de gasolina con compresor cuya potencia alcanza los 510 caballos.

Aunque la mayor parte de nuestras pruebas en Gales las hicimos con la variante turbodiésel de 296 caballos, también pudimos conducir esta variante de gasolina realmente brutal. Solo su sonido ya impone en el momento en el que nos ponemos en marcha. Un vehículo que aporta a esa fórmula tan bien conseguida por Land Rover de hacer un coche para rodar por carretera como un turismo y al mismo tiempo guardarse en la manga la posibilidad de rodar fuera de la carretera en las mejores condiciones, un tercer aspecto, la máxima deportividad.

El coche ya está llegando en estos días a los concesionarios españoles con estas tres versiones de motor y a final de año se completará la oferta con una variante SDV8 de 339 caballos y con una versión híbrida de la que por el momento Land Rover no ha avanzado más detalles.  En cuanto a la gama para España será la siguiente:

Range Rover Sport 3.0 TDV6  258 CV S, 66.000 euros

Range Rover Sport 3.0 TDV6  258 CV SE, 71.700 euros

Range Rover Sport 3.0 TDV6  258 CV HSS, 79.000 euros

Range Rover Sport 3.0 SDV6  292 CV SE, 76.900 euros

Range Rover Sport 3.0 SDV6  292 CV HSE, 83.100 euros

Range Rover Sport 3.0 SDV6  292 CV HSE Dynamic, 85.900 euros

Range Rover Sport 3.0 SDV6  292 CV Autobiography, 95.800 euros

Range Rover Sport 3.0 SDV6  292 CV Autobiography Dynamic, 98.000 euros

Range Rover Sport 5.0 SUPERCHARGED Dynamic, 101.300 euros

Range Rover Sport 5.0 SUPERCHARGED Autobiography, 113.700 euros

Land Rover lanza al mercado un Range Rover Sport completamente nuevo, con un monocasco que le hace 420 kilos más ligero, con un consumo hasta un 25 % más bajo, con la opción de siete plazas y la posibilidad de adquirir una variante sin marchas reductoras. Un nuevo Range Sport, de aspecto más parecido al del exitoso Evoque.