La berlina para grandes viajes

El Mercedes Clase E es una referencia entre las berlinas Premium desde hace ya muchos años. Cada vez que se lanza una nueva generación de este modelo supone la llegada de nuevas tecnologías que suponen un importante paso adelante en temas de confort y de seguridad, pero sobre todo en el apartado de eficiencia.

La gama del Clase E es muy completa y ofrece desde una versión de acceso con un motor diesel de 143 caballos, algo justo para el tamaño y peso del vehículo en cuestión, hasta las versiones más sofisticadas y potentes firmadas con el sello AMG.

Y por si todo esto ya fuera poco, aporta esta versión AMG la posibilidad de una variante aún más potente y deportiva, el S-AMG, que también incluye por primera vez un sistema de tracción 4x4 especialmente pensado para su utilización en una berlina deportiva y por ello para ofrecer la máxima agilidad en el asfalto.

El modelo que hemos probado en esta ocasión, el E220 CDI, es una versión muy básica, pero que creo que es la más razonable como el primer escalón de la gama. Y es que los 170 caballos disponibles ya mueven con suficiente soltura esta buena berlina y además se consiguen unos consumos realmente ajustados. La versión de acceso, de 143 caballos que ofrece el E200CDi, creo que se quedan muy justos.

El nuevo Clase E no es realmente una generación completamente nueva, sino más bien una puesta al día en temas de aspecto exterior e interior y de equipamiento, pero también con motorizaciones renovadas y aún más ajustadas en su consumo.

Este motor resulta un poco ruidoso y tiene vibraciones a baja temperatura, pero cuando ésta sube se reducen notablemente los problemas de rumorosidad. Pese a ello no es el motor más suave de gasóleo de entre su competencia más directa. Si queremos un motor de gasóleo realmente suave de funcionamiento en la Clase E tenemos que llegar al 300 o al 350 ambos con un esquema de seis cilindros.

Lo que si ofrece este motor es un buen rendimiento. Por una parte la entrega de potencia es muy agradable, ya que funciona de manera muy elástica, desde pocas vueltas, pero además tiene un tirón muy de agradecer por encima de las 2.000 vueltas que da a su conductor una sensación agradable de tener una mecánica que puede responder cuando se hace necesario. En este sentido la capacidad de recuperación de este Mercedes es la mejor dentro de este segmento de mercado. Y eso hace que su conducción sea muy agradable.

O lo que es lo mismo, que conduciendo solo por carretera y a la velocidad legal, teniendo un poco de cuidado con el acelerador veremos como la cifra de autonomía supera ampliamente los 1.000 kilómetros. Y eso es un placer añadido cuando empezamos nuestro viaje.   

Y es que este es un buen motor pero los ingenieros de la marca de la estrella le van añadiendo más equipamiento y funciones para que su consumo sea cada vez más bajo. Por ejemplo el sistema Stop/start que funciona muy bien y permite un importante ahorro de consumo cuando se utiliza en ciudad. Y con ello no se dispara la cifra del consumo combinado.  

Además, la combinación con el cambio 7 G-Tronic proporciona un funcionamiento muy bueno y agradable, ya que permite conducir con suavidad o hacerlo con algo más de violencia sobre el acelerador. Si lo manejamos con suavidad tendremos un coche rápido, pero al presionar con más fuerza veremos como el cambio actúa y va cambiando marchas para conseguir siempre la mayor rapidez.

Y es que el manejo del cambio mediante la dosificación de la presión sobre el pedal del acelerador es bastante bueno, pero el conductor siempre tiene a su alcance las levas en el volante. En este caso tengo que decir que son unas levas pequeñas y que van solidarias con el volante. Por ello que no conviene utilizarlas cuando se circula muy deprisa por una zona virada salvo que se tenga una buena experiencia con este tipo de cambios. De lo contrario puede haber algún susto. Pero para una utilización más normal y racional son muy buenas.

El cambio 7 G-Tronic me parece una muy buena alternativa, pero siempre me ha parecido que la posición de la palanca del cambio no es muy buena. Bien es verdad que una vez puesta en D tampoco hay que tocar casi nunca la palanca. Pero cuando hay que hacer una maniobra más rápida, y en nuestro caso cuando hacemos una sesión de fotos hay que hacer muchas vueltas, es fácil cometer un error, o tardar más de la cuenta.

Y hay otro aspecto negativo en su posición y es que normalmente en todos los coches, menos los Mercedes, en esa posición va la palanca del limpiaparabrisas. Por ello, cuando empieza a llover es muy fácil que si no tenemos la costumbre de conducir siempre un Mercedes nos podamos equivocar y tocar la palanca del cambio en lugar de la del limpiarabrisas.

Pero sobre todo es un gran viajero porque su consumo es muy ajustado. En nuestra prueba, y ya les digo que en esta ocasión no hemos tratado de conseguir un consumo ajustado, la cifra después de mil kilómetros ha sido de 6,7 litros reales. Un valor muy bueno.

Su nivel de equipamiento de serie es razonablemente bueno, pero es que la lista de opciones yo diría que es casi interminable. Esto supone un sobreprecio, lo que siempre va en contra de nuestro bolsillo, pero al mismo tiempo permite dejar el coche exactamente como queremos, lo que siempre es de agradecer.

Lo mejor de la Clase E es que ofrece un amplio abanico de versiones de carrocería, y es que además de la berlina que hemos probado se puede contar con una variante familiar para una utilización mucho más versátil, una variante de carrocería coupé y basad en esta misma, una versión descapotable.