Opel Adam, para no pasar desapercibido

El Opel Adam es la apuesta de la marca alemana dentro del segmento de los coches pequeños pero con muchas posibilidades de personalización y un cierto carácter Premium. Hemos probado la versión intermedia de motorización, con un motor de gasolina de 87 caballos, más que suficientes para lo que se necesita en ciudad.

Con el Adam llega aire fresco a la marca Opel en su segmento más pequeño. Un aspecto más moderno  juvenil y un equipamiento muy completo pero sobre todo con algunos elementos sofisticados son las claves fundamentales de un coche que ya está triunfando en otros mercados.

La apuesta del Adam es la de ser una alternativa a los modelos más chic del momento, vehículos como el Mini, el Citroën DS3 o el Fiat 500, coches todos ellos que buscan ser diferentes. Y todos, cada uno a su manera, lo están consiguiendo aunque el Mini, sin duda es el ejemplo más claro del éxito de un modelo pequeño Premium aunque empieza a estar ya un poco visto por la cantidad de unidades que se han vendido.

El Opel Adam es un coche pequeño, y es que solo mide 3,70 metros de longitud total. Por ello, es incluso más pequeño que el Corsa y se sitúa más cerca del pequeño Agila. Sin embargo, no se puede decir que sea una variante del Agila. Y es que mientras que aquel es un coche muy útil y con bastante espacio interior pese a su tamaño reducido, en el caso del Adam su habitáculo está menos aprovechado en este sentido. En cualquier caso es un vehículo cuatro plazas.

Y el acceso a las plazas traseras es también un poco delicado, aunque el asiento delantero se mueve bastante hacia delante para dar un mejor acceso. Pero aún así no es especialmente bueno. Otro aspecto que hay que señalar como negativo es su maletero, que resulta realmente justo con una cifra de 170 litros.

Pero ojo, estas cifras no desdicen para nada el concepto de coche que representa el Adam, porque los posibles clientes de este coche no buscan un coche amplio y bien aprovechado en lo que a espacio se refiere. Lo que buscan es un coche coqueto, innovador, con amplias posibilidades de personalización, y en ese sentido el Adam cumple a la perfección con todas las expectativas.

La gama se completará más adelante con nuevas motorizaciones, con cajas de cambios automatizadas y demás, pero de momento la oferta incluye tres motores de gasolina. El primero es el 1.2 de 70 CV y por encima el 1.4 en dos variantes diferentes, el de 87 CV que es el que hemos probado en esta ocasión y por encima una variante 101 caballos a la que quizá es un poco exagerado calificar de deportiva sino más bien una variante un poco más alegre, pero sin llegar a tal deportividad.

El acceso al interior del habitáculo en las plazas delanteras es bastante bueno si tenemos en cuenta sus dimensiones. Las puertas son de un tamaño justo para poder abrir bien en zonas con mucho tráfico, pero al mismo tiempo ofrecen una buena entrada.

Una vez instalados dentro, el coche transmite muy buenas vibraciones, y es que la buena calidad percibida, el empleo de nuevos materiales y sobre todo el esmero con el que los técnicos de la marca alemana han desarrollado cada una de las zonas del habitáculo y cada detalle del mismo es realmente envidiable.

La pantalla central queda perfectamente integrada en el salpicadero y es una tableta de 7 pulgadas de pantalla táctil. Con ella se pueden manejar todas las operaciones del propio vehículo, de la climatización y demás, pero también del equipo de música con las diferentes posibilidades de utilizar nuestra música propia. Ya sea con el Smartphone o con una toma de tipo Jack o USB, la operación resulta bastante sencilla. Pero sobre todo lo es para gente joven, acostumbrada a trastear con los móviles.   

El nuevo sistema de Información-entretenimiento hace que el contenido del Smartphone seleccionado esté disponible en el habitáculo, incluyendo las aplicaciones basadas en Internet, como los navegadores. Recoge el contenido y lo muestra en una pantalla de siete pulgadas de alta resolución y a todo color, que también proporciona un rápido e intuitivo acceso a varias funciones y controles a través de cinco menús de navegación muy sencillos 

Mecánicamente el coche no aporta demasiado. Un motor muy agradable de utilizar que sube bien de vueltas cuando se le fuerza un poco pero que resulta un poco perezoso aunque digamos que es razonable si tenemos en cuenta que es un motor de solo 1,4 litros sin turbo. La caja de cambios es manual de cinco marchas, de momento la única opción en toda la gama, pero pronto habrá también una versión con un cambio pilotado sin necesidad de embrague y que permite manejar el Adam en un modo automático.

De las tres variantes posibles creo que esta es la más interesante para una utilización normal. Sus dimensiones le hacen un coche ideal para el tráfico urbano, pero lo más importante es que sus posibilidades de personalización son casi inagotables. Por ejemplo nuestra unidad tenía el techo en color blanco mientras que la parte inferior de la carrocería era de color pistacho, una combinación interesante.

Tal es el caso de un techo con iluminación por puntos que crea una sensación de estar mirando las estrellas en una noche estrellada. Esta opción, muy exclusiva, cuesta 155 euros. Otra opción es un techo solar pero fijo que cuesta 500 euros. Y como es casi obligado dentro de la gama de Opel, también se ofrece el sistema de transporte de bicicletas, el FlexFix, aunque en este caso solo se puede llevar una bicicleta.

Si usted está pensando en comprar un coche urbano diferente, desde ahora a las del Mini, el DS3 o el Fiat 500 hay que añadir desde ahora también este Opel Adam que ha llegado por la puerta grande a este segmento urbano Premium y con gran personalidad. Bienvenido sea.