Up, el primer paso urbano

Volkswagen busca el liderazgo mundial en el sector del automóvil y poco a poco va dando nuevos pasos para lograrlo. Hace unos años se metió en el desarrollo de una nueva gama de vehículos urbanos, el Up y sus primeros el Seat Mii o el Skoda Citigo. Es un vehículo muy interesante si se tiene en cuenta que se trata de un primer paso y un vehículo de acceso a la gama del grupo alemán.

La experiencia de conducir el Up es muy interesante porque ofrece una nueva sensación, completamente distinta a la que se saca cuando se conduce alguno de sus rivales del mercado de los coches urbanos. Y es que el nuevo modelo del grupo Volkswagen proporciona una sensación de aplomo y de robustez que ningún otro vehículo del segmento A proporciona. Es, por definirlo de una forma rápida, un vehículo de Volkswagen, uno más, con las mismas garantías, sensaciones y calidades, pero en una escala un poco más pequeña.

Por eso hemos querido hacer una prueba un poco especial en la que hemos incluido toda la gama. Es decir que hemos probado dos coches, para no hacer una prueba muy larga y compleja, pero con una variante de 3 puertas y otra de cinco, las dos alternativas disponibles en el mercado español.

Igualmente hemos elegido una variante con el motor pequeño, el de 1.0 litros de 3 cilindros y 60 caballos y otra con la variante más potente, el mismo 1.0 pero con su potencia aumentada hasta los 75 CV. Y también hemos comparado las dos variantes de caja de cambios que ofrece Volkswagen en su gama, el cambio manual, por supuesto de cinco marchas, y el automático, el ASG, igualmente de cinco relaciones.

Antes que nada, y después de hacer bastantes kilómetros con ambos modelos, les debo decir que me ha impresionado notablemente el comportamiento y su magnífica utilización en zonas urbanas e interurbanas. Pero lo que más destacaría, por encima de todo, es su gran aplomo y su agilidad por sus dimensiones muy pequeñas.

La sensación que proporcionan otros vehículos del segmento más pequeño es que son coches estrechos, altos, y con una estabilidad muy limitada. Por el contrario, lo que apreciamos nada más subirnos en estos modelos de Volkswagen es lo contrario, es aplomo, y es que se trata de un coche pegado al asfalto, sin balanceos, con unas ruedas puestas en los extremos de la carrocería y con buena estabilidad.

La dirección ofrece un buen tacto, casi con la misma precisión que modelos superiores de la gama, como el Polo. Y lo mismo ocurre con el equipo de frenos. No es muy potente, pero para unas prestaciones como las que ofrece este pequeño de Volkswagen tiene más que de sobra.

En cuanto a las plazas traseras, y teniendo en cuenta que es un cuatro plazas, digamos que son buenas. La cota de anchura es mejor que en algunos vehículos del segmento B, lo cual ya es bastante en un coche tan pequeño como este, que solo mide 3,54 metros de longitud. De altura es un poco justo detrás, y en cuanto al espacio para las piernas, siempre que delante no viaje alguien muy alto, es un hueco llevadero. En general, la sensación que se tiene, tanto delante como detrás, es que es más amplio de lo que parece antes de subirse al coche. Y en cuanto a maletero, con sus 250 litros es uno de los mejores de su segmento.  

El acceso al habitáculo es más complicado. Si contamos con una variante de cinco puertas la cosa irá razonablemente bien porque aunque el tamaño de la puerta trasera es bastante pequeño, y por ello hay que buscar la posición óptima de entrada, en general no hay problemas. Sin embargo, si se trata de un tres puertas, el acceso es realmente complicado y a partir de los cincuenta años, más o menos, conviene no intentarlo, salvo que estemos muy ágiles.

Pero hay un dato importante, y es que la diferencia de precio entre una versión de 3 puertas (que Volkswagen denomina 2 puertas) y una de cinco puertas es muy pequeña, de solo 440 euros. Esto significa que con ese diferencial tan bajo tan solo hay que decidir antes de comprarlo si se quiere un coche más vistoso y chulo de aspecto exterior o si preferimos perder algo en estilo para ganar en facilidad de uso.

Realmente las diferencias de precio entre una versión y otra dentro de la gama del Up son muy bajas en todos los casos. Y es que el más barato de toda la gama cuesta 10.300 euros, mientras que el más caro, el tope de gama, está en 14.400 euros. Ya les he mencionado la de las dos carrocerías, pero es que en el caso de los motores ocurre lo mismo. Y es que el pequeño y el grande, el de 60 y el 75 caballos, se diferencian por 600 euros.

El motor de acceso, de 60 caballos, ofrece un funcionamiento bastante agradable y un ruido que si usamos con un poco de cuidado el acelerador va bien, pero que si queremos pisarle mucho, estrujarle de verdad, entonces si tiene un sonido más bronco y desagradable. Pero eso ocurre solo en esas condiciones de uso más apurado.

En cualquier caso diría que hay pocas diferencias entre ambos y que si vamos a usar el coche para rodar por ciudad con una cierta tranquilidad la versión pequeña cumplirá perfectamente con nuestras necesidades. Y si queremos rodar más ágiles, entonces mejor el más potente, pero nos costará 600 euros más de adquisición y medio litro o más de aumento de consumo cada 100 kilómetros.     

Pero lo más importante es el cambio de marchas. En condiciones normales se trata de una caja manual de cinco marchas que funciona realmente bien. Buen manejo de la palanca, que está en la posición justa para que resulte muy cómoda de usar. Además, si queremos sacar más agilidad de marcha tendremos que usar bastante el cambio.

Lo bueno es que el consumo no se dispara por pisar mucho el acelerador. El valor homologado con el motor pequeño es de 4,5 litros, que sube hasta los 4,7 litros en el de 75 CV. Si hacemos una conducción normal por ciudad y por los alrededores por vías tipo M30 o M40, estaremos por debajo de los 5,3 litros, mientras que si pisamos a tope iremos en el entorno de los 6 litros.

Pero sigamos con el cambio automático, que es un aspecto muy interesante de este modelo. Se trata de lo que Volkswagen ha llamado ASG, que es una variante nueva de cambio, con embrague pero sin pedal, lo que llamaríamos un cambio pilotado. Su funcionamiento es razonablemente bueno en el modo automático pero muy bueno en el que podemos llamar “manual”.

Sin embargo, en el modo manual, o seudo-manual, me ha parecido un cambio genial. Y es que cambia de forma casi inmediata en el momento que se le dice que cambie mediante la palanca. Y al no haber pedal de embrague funciona de maravilla. Es una solución que me parece muy útil en un coche urbano.

Y sobre todo una alternativa muy económica. Y es que la diferencia entre una versión con cambio manual y otra con el automático es de solo 860 euros, que creo, sinceramente, que merece la pena optar por ella.

A modo de resumen diría que el Volkswagen Up, y por supuesto sus primos el Seat Mii y el Skoda Citigo que son exactamente iguales, es un vehículo muy interesante para el medio urbano y el interurbano, porque es un coche con mucho aplomo, con buena estabilidad y que proporciona una sensación a su conductor y a los acompañantes  de ser un vehículo robusto y seguro.

Y lo más importante es que ofrece una gama muy variada, con muchas e interesantes alternativas que se diferencian en cantidades de dinero bastante pequeñas pero que hacen que su posible comprador tenga que decidir antes de llegar al concesionario lo que quiere exactamente. Si se busca un 3 o un 5 puertas, o si queremos uno más potente o uno más ahorrador o si optamos por una versión manual o una automática.

Además, ofrece un equipamiento opcional muy interesante, e igualmente económico, como el freno de ciudad que detiene automáticamente el coche hasta 30 km/h si hay un obstáculo, o el navegador que incorpora una completa información del vehículo y que se quita del coche y se lleva en el bolsillo.