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La exclusividad por bandera
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PRUEBA/INFINITI EX30d

La exclusividad por bandera

Para triunfar en el mercado español, incluso dentro del segmento de los vehículos de lujo, es necesario contar con variantes de gasóleo. Y esto es aún

Para triunfar en el mercado español, incluso dentro del segmento de los vehículos de lujo, es necesario contar con variantes de gasóleo. Y esto es aún más exagerado cuando se trata de versiones de modelos todocamino, pesados y con un consumo elevado. Este Infiniti ofrece un interesante V6 muy poco ruidoso y muy agradable de conducir, con unos consumos que le hacen un vehículo muy razonable, aunque caro. (Pinche aquí para ver el álbum de fotos).

Tener un todocamino ágil en sus reacciones requiere de versiones turbodiésel cuando se trata de hacer muchos kilómetros. Y este Infiniti EX30d es un perfecto ejemplo de una combinación muy bien pensada entre lo que es un todocamino lujoso, con una esmerada terminación, junto a un delicioso motor de gasóleo. Gracias a este motor, el EX30d supone una buena alternativa a los todocamino alemanes que dominan en este segmento.

El EX es el todocamino “pequeño” de Infiniti, la marca de lujo de Nissan. Si en un principio esta versión solo se ofrecía con una potente motorización de gasolina V6 de 320 caballos, desde el pasado año se ofrece también con esta interesante alternativa de gasóleo que hemos probado en esta ocasión.

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Es un motor perfecto para este vehículo. Se trata de un propulsor muy ágil, que proporciona un comportamiento a mitad de camino entre un gasolina y uno de gasóleo. Del gasolina toma su empuje en la parte más alta del cuentavueltas, aunque con una pequeña diferencia, y es que donde el motor de 320 caballos empuja fuerte entre 3.000 y 5.000 revoluciones, en este caso todo el empuje está desde las 1.750 vueltas hasta las 2.500. Sin embargo, sigue ofreciendo mucho empuje hasta superar las 3.000 vueltas, y eso es por lo que les digo que ofrece lo mejor de uno de gasóleo o de un gasolina.

De esta forma tenemos un coche que funciona con mucho brío desde pocas vueltas pero que igualmente cuando necesitamos también sigue estirándose por la parte alta.

La otra razón muy importante de este funcionamiento suave y agradable es la ausencia de ruido del motor. Al menos de ese ruido desagradable que a veces ofrecen los motores diesel, y que en este caso casi ni existe. No es un coche en el que se haya puesto mucho aislante para que no llegue el ruido al habitáculo, pero que tiene un propulsor ruidoso. No, no es ese el caso, el motor V6 de la alianza Renault/Nissan hace muy poco ruido. Solo hay que bajar la ventanilla para comprobar que realmente no suena a diesel.

En cualquier casi va asociada con una caja de cambios automática de siete marchas con la que se pueden provechar muy bien el buen rendimiento de su motor.

Y esta combinación es definitiva. El motor de gasóleo muy potente y elástico y un cambio bastante rápido en sus reacciones permite rodar con el EX30d como se quiera. Si buscamos viajar rápido, podremos hacerlo con unas cifras de consumo más que razonables y que nos recuerdan en todo momento que se trata de un modelo de gasoil. Y si lo que buscamos es hacer un desplazamiento rápido, veremos que no tiene nada que envidiar a la variante de gasolina en este aspecto, pese a tener 80 caballos menos que aquel.

En cualquier caso, ambos modelos de precios y prestaciones similares tienen una gran diferencia de consumo. El valor homologado para el gasolina es de 11,3 litros mientras que el 30d se queda en los 8,5 litros. Eso significa que rodando tranquilo por carretera y quiero decir a la velocidad legal o un poquito por encima estaremos por debajo de los nueve litros en el caso del que hemos probado en esta ocasión, pero si intentamos ir más rápido en un tramo de montaña subiremos a las dos cifras. Pero si lo hacemos con el de gasolina, el punto de partida estará en los 12, pero cuando le pisemos fuerte la cifra se dispara bastante más que en el de gasóleo.

Su caja de cambios está pensada para ser utilizada en modo automático. Ahí es donde esta a gusto, pero si el conductor necesita su usio en modo manual puede hacerlo, aunque solo mediante la palanca de cambios. Cuando rodamos en el modo "D" se mueve la planca hacia la izquierda y a partir de ese momento solo subir o bajar la palanca nos subirá o bajará marchas. Lo que no tiene son levas en el volante para agilizar los cambios, aunque no soy muy partidario de estas palancas en el volante salvo en modelos muy deportivos, y desde luego no es el caso del EX30d.

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El EX30d, como todos sus hermanos de gama, está pensado para las carreteras, y sin son buena mejor. Pocos todocamino de lujo están pensados para hacer algo más que una pista. Además, no tendría mucho sentido gastarse 55.000 euros en un coche para hacer conducción fuera de carretera con él cuando los hay más baratos y sobre todo mejor preparados para este cometido.

En cualquier caso el vehículo tiene un sistema de tracción 4x4, aunque más pensado para ofrecer una buena estabilidad en asfalto que para hacer campo con él. En principio, el vehículo funciona en modo de tracción trasera exclusivamente. Esto le proporciona un comportamiento en carretera más asentado, en el que prima el confort.

Tan solo cuando se producen pérdidas de tracción es cuando parte de la potencia del eje trasero se pasa al delantero para conseguir estabilizar el vehículo con el apoyo del ESP y ganar en capacidad de tracción cuando las circunstancias así lo aconsejan.

En cuestión de habitabilidad, teniendo en cuenta que su longitud es de 4,63 metros es bastante buena en las plazas traseras, pero en lo que va muy justo es en maletero. Tiene un suelo plano pero situado en una posición muy alta, y eso repercute en una cifra muy por debajo de la de sus rivales.

Los 340 litros que cubica son muy limitados para un modelo que se puede considerar como un buen rutero. Pero es que ni siquiera tiene la excusa de falta de espacio por llevar una rueda de repuesto normal. No, el Infiniti EX30d lleva un kit antipinchazos, y en el espacio bajo el suelo se sitúa la batería y parte del equipo de sonido.

Su equipamiento es bastante completo, sobre todo en lo que a confort se refiere. Sin embargo, la versión que hemos probado, con el acabado básico, es la que cuesta 54.450 euros. Por encima encontramos dos versiones, el GT, como un paso intermedio, por un precio en torno a los 60.000 euros, mientras que como tope de gama, y este sí con casi todo lo que un coche moderno puede llevar, encontramos el GT Premium. En este caso estamos hablando ya de superar los 65.000 euros, sin duda un precio elevado incluso para un todocamino de Infiniti y su calidad de terminación y equipamiento.

Entre su equipamiento de serie destaca el sistema de iluminación adaptativa con faros de xenón, mientras que la opción más interesante es el sistema de conectividad, con navegador, disco duro para almacenar música y un sinfín de complementos adicionales como las cámaras alrededor de todo el vehículo, interesantes para aparcar pero mucho más cuando salimos con el coche fuera del asfalto, cuyo precio es de 2.650 euros.

Este Infiniti EX30d es una muy buena alternativa a los modelos alemanes de las marcas Premium, con un motor que en nada desmerece los fabricados en Alemania ni por su suavidad de funcionamiento ni por sus consumos y que ofrece una virtud importante: la exclusividad. Mientras que los modelos de Mercedes, Audi o BMW están muy vistos por las calles de nuestras ciudades, ver un Infiniti es mucho menos frecuente y ese es un punto a favor cuando se sabe que la calidad es perfectamente comparable a la de aquellos.

Para triunfar en el mercado español, incluso dentro del segmento de los vehículos de lujo, es necesario contar con variantes de gasóleo. Y esto es aún más exagerado cuando se trata de versiones de modelos todocamino, pesados y con un consumo elevado. Este Infiniti ofrece un interesante V6 muy poco ruidoso y muy agradable de conducir, con unos consumos que le hacen un vehículo muy razonable, aunque caro. (Pinche aquí para ver el álbum de fotos).