Sarao se defiende de las acusaciones de EEUU: "No he hecho nada incorrecto"

El destino es así de caprichoso. Hace justo cinco años, el 6 de mayo de 2010, la bolsa estadounidense tembló durante unos minutos. Los índices se hundieron en cuestión de segundos antes la incrédula mirada de los inversores. El pánico se adueñó de la situación, las órdenes de venta se atropellaron y el Dow llegó a registrar una caída del 9% con respecto al cierre del día anterior... hasta que todo se detuvo con la misma velocidad. Las cotizaciones rebotaron y al final del día el susto quedó reducido a un descenso del 3,2%. Todo ocurrió en cuestión de minutos, de ahí que ese episodio quedara bautizado como flash crash -caída relámpago-.

Este miércoles, en el quinto aniversario de esos hechos, Navinder Singh Sarao, el inversor al que la Justicia estadounidense y la Comisión de Negociación de Futuros y Materias Primas (CFTC) acusan de haber cometido varios delitos financieros y de haber desencadenado el flash crash, ha comparecido ante la Justicia británica. "No he hecho nada incorrecto, más allá de hacer bien mi trabajo. ¿Cómo va a permitir que este caso siga adelante?", ha declarado en su defensa.

Pero va a seguir adelante, porque así lo pretenden las autoridades norteamericanas. Y por el momento no pinta bien para Sarao. Su abogado, James Lewis, ha reconocido que es imposible que Sarao reúna los cinco millones de libras -unos 6,7 millones de euros- a los que asciende la fianza que le ha impuesto la Justicia británica, sobre todo porque EEUU ha congelado las cuentas de su cliente. Según consta en las investigaciones estadounidenses, Sarao ganó40 millones de dólares entre 2009 y 2014.

Sarao, por tanto, seguirá en prisión. La próxima vista está prevista para el 26 de mayo. Aunque la fecha verdaderamente importante para él ha sido fijada pra los días 24 y 25 de septiembre. Será entonces cuando se trate la petición de extradición solicitada por EEUU. Y el asunto no es menor: la Justicia norteamericana pide para él una pena de 380 años de cárcel.