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Martín-Artajo, Jenaro, Sarao... nadie quiere purgar sus pecados bursátiles en EEUU
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Martín-Artajo, Jenaro, Sarao... nadie quiere purgar sus pecados bursátiles en EEUU

La Justicia estadounidense no se anda por las ramas con los casos financieros. Sus penas se cuentan por decenas de años. Por eso nadie quiere ser juzgado en territorio norteamericano

Foto: El exdirectivo del banco JPMorgan Javier Martín-Artajo
El exdirectivo del banco JPMorgan Javier Martín-Artajo

Javier Martín-Artajo respiró con alivio este jueves. El exdirectivo de JP Morgan no será extraditado a EEUU. La Audiencia Nacional rechazó la petición de la Justicia estadounidense, que le acusa de haber cometido delitos contra el mercado y los consumidores, societarios, falsedad documental y estafa. Normal que Martín-Artajo se quitara un peso mayúsculo de encima. Si hubiera sido extraditado, se hubiera expuesto a ser condenado a 95 años de cárcel.

Así se las gasta EEUU en estos casos. De ahí que no deje de crecer la lista de las personas que hacen cuanto pueden para evitar purgar sus -presuntos- pecados bursátiles y financieros en suelo norteamericano. El último y sonado ejemplo ha sido el del británico Navinder Singh Sarao, acusado por la Justicia estadounidense por cometer distintos delitos de fraude y manipulación de mercado y señalado, además, por ser uno de los culpables del Flash Crash que la bolsa estadounidense sufrió el 6 de mayo de 2010, cuando se hundió 600 puntos en apenas cinco minutos, para rebotar luego con la misma velocidad.

Por orden de EEUU, Sarao fue detenido en Londres el martes y el miércoles compareció ante el juez. Y lo que hizo fue, principalmente, oponerse a la extradición que solicita la Justicia estadounidense. No es para menos. Por los distintos delitos que se le achacan, se expone a una pena de 380 años de cárcel.

La cuota española

Antes que Sarao, Martín-Artajo también había pedido por todos los medios que no le extraditaran. En la vista para tratar la solicitud estadounidense, que se celebró a comienzos de marzo, Martín-Artajo defendió su "inocencia", pero fue su abogado el que se empleó a fondo. Apelando al "arraigo" que tiene en España y a que la pena de 95 años a la que se exponía era "desproporcionada", rogó que la Audiencia rechazar la extradición.

Finalmente, se ha salido con la suya. La Audiencia justificó la decisión en que los hechos delictivos de los que se le acusan ocurrieron "fuera del Estado requirente", es decir, fuera de EEUU, puesto que cuando tuvieron lugar Martín-Artajo trabajaba en Londres, con lo que se cometieron en suelo británico, no estadounidense, con lo que no encuentran motivo para que sea juzgado allí. Y junto a este motivo, otro: "La cualidad de nacional español".

La dureza de la Justicia estadounidense es tan conocida, que incluso hay quien prefiere poner la venda antes siquiera de que se abra la herida. Fue el caso de Jenaro García, el expresidente y exconsejero delegado deGowex.

Apenas unos días después de que Gotham City Research descerrajara un informe demoledor sobre la compañía tecnolófica española, Jenaro explotó. Lo confesó todo -o casi- a toda prisa. Pero todo respondía a un motivo: Gowex también cotizaba en EEUU, con lo que la Justicia norteamericana lo podría reclamar por estafa. Una vez acorralado, prefirió confesar y colaborar con la Justicia... española.

Madoff marca el territorio

Estas prevenciones no se apoyan en presunciones. Lo hacen en hechos. Porque la Justicia estadounidense ya ha dado probadas muestras de su contundencia. Sobre todo una, porquesi hay una condena que ha pasado a la historia y ha marcado el terreno es la del exgestor estrella y expresidente del Nasdaq, Bernard Madoff. Su fraude, que fue destapado en diciembre de 2008, removió aún más los entonces ya castigados cimientos financieros de EEUU, porque apenas tres meses antes se había producido la quiebra de Lehman Brothers.

Madoff dio la puntilla. Hasta entonces, le rodeaban la fama y la gloria; una aureola de infalibilidad, forjada en la creencia de que había hallado la fórmula de la eterna rentabilidad. Pero en realidad su mérito era mucho más de este mundo. Nada de gloria. Ni de rentabilidad. Lo suyo era un fraude piramidal, unos jugosos rendimientos que se pagaban con el dinero fresco que iban aportando los nuevos inversores que llegaban seducidos por los cantos de sirena que envolvían a Madoff. En total, un fraudede 50.000 millones de dólares.

Por todo ello, la Justicia se aplicó para que nadie olvidara que esas cosas, aunque se descubran con retraso, se pagan en EEUU. Y en 2009 anuncióuna sentencia sin precedentes: 150 años de cárcel.

Dos años después, mostró esa misma mano dura con la mayor pena impuesta para un caso de información privilegiada. El protagonista, Raj Rajaranatman, fundador del fondo de cobertura Galleon, y su condena, 11 años de prisión.

Javier Martín-Artajo respiró con alivio este jueves. El exdirectivo de JP Morgan no será extraditado a EEUU. La Audiencia Nacional rechazó la petición de la Justicia estadounidense, que le acusa de haber cometido delitos contra el mercado y los consumidores, societarios, falsedad documental y estafa. Normal que Martín-Artajo se quitara un peso mayúsculo de encima. Si hubiera sido extraditado, se hubiera expuesto a ser condenado a 95 años de cárcel.

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