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Nuevo gesto de Sánchez: el PSOE desatasca los acuerdos en Galicia con las Mareas
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Nuevo gesto de Sánchez: el PSOE desatasca los acuerdos en Galicia con las Mareas

Santiago inicia el deshielo con el apoyo socialista a sus presupuestos, en vísperas de unas autonómicas en las que se necesitan y mientras Sánchez busca la abstención de Podemos

Foto:  El portavoz nacional de Anova y parlamentario de AGE, Xosé Manuel Beiras. (EFE)
El portavoz nacional de Anova y parlamentario de AGE, Xosé Manuel Beiras. (EFE)

La política local se ha convertido en Galicia en un microcosmos. En las municipales del pasado mayo, Podemos y un grupo de formaciones de izquierdas ensayaron con éxito la fórmula de las Mareas, que irrumpió en el Congreso siete meses después. La gestión de los alcaldes de las confluencias rupturistas en Santiago, A Coruña y Ferrol, elegidos con el apoyo de los socialistas, se había enquistado. No había acuerdo para los Presupuestos de 2016. Santiago ha sido la primera en desbloquear las relaciones con los socialistas, pocos días después de que Pedro Sánchez se presentara en persona en Galicia para facilitar el acuerdo sobre el terreno y, de paso, tantear el apoyo de Podemos a su elección.

La abstención del PSOE y del BNG en Santiago permitió este martes aprobar las cuentas para 2016, para alegría de su alcalde, Martiño Noriega, de Anova, el partido de Xosé Manuel Beiras. Ahora le toca el turno a A Coruña, donde los socialistas han cambiado su anterior rechazo a aprobar los Presupuestos de Xulio Ferreiro por una actitud de diálogo que hace prever un acuerdo. Y en Ferrol, la única de las tres ciudades en la que el PSOE se ha implicado en un Gobierno en coalición, empiezan a registrarse movimientos.

El acuerdo es importante para allanar un eventual pacto entre Pedro Sánchez y el partido morado que evite la repetición de las elecciones generales. Pero no solo para eso. En clave gallega es fundamental, ya que de perder el Partido Popular la mayoría absoluta en las autonómicas de este año, el pacto entre el PSOE y Podemos, sea cual sea la fórmula con la que se presente, se perfila como indispensable.

De esa doble importancia era plenamente consciente el secretario general del PSOE cuando visitó Galicia la semana pasada y organizó sobre la marcha una reunión con el alcalde de A Coruña, que parece haber cambiado el sentido de las negociaciones del Presupuesto municipal. Sánchez envió un mensaje de tranquilidad a los denominados alcaldes del cambio, a los que garantizó el apoyo de su partido con independencia de lo que ocurra en las conversaciones con Pablo Iglesias y los suyos para formar Gobierno. “Pueden estar seguros de que el PSOE no va a frenar el cambio porque Iglesias haya votado en contra de mí”, les tranquilizó. El objetivo de allanarse el camino hacia La Moncloa estaba implícito en su agenda, como se desprende de la inclusión de A Coruña en lo que puede considerarse una gira del líder socialista por otras ‘ciudades del cambio’ para presionar a Pablo Iglesias.

Santiago, el primer banco de pruebas

En Santiago, Martiño Noriega necesitó no solo la abstención del PSOE sino también del BNG. Los socialistas concedieron con el sentido de su voto un balón de oxígeno al alcalde, elegido por Compostela Aberta, pero no ahorraron críticas. Acusaron al alcalde de haber perdido la oportunidad de proponer un “presupuesto progresista” basado en “un acuerdo más amplio con los grupos progresistas”. Su portavoz, Paco Reyes, censuró que el presupuesto participativo se reduzca al 0,09% y sostuvo que las cuentas “no tienen enfoque de género”. “Sus políticas cada vez se parecen más a las del PP”, le reprochó Reyes a Noriega. Es decir: hay acuerdo presupuestario, pero las diferencias se mantienen.

“Más allá de victorias o derrotas, quien gana es la ciudad”, se felicitó el alcalde, que reconoció que dejó pasar “conscientemente” las elecciones antes de negociar los Presupuestos para esperar un momento más propicio. “Tenía claro que se necesitaban unos nuevos Presupuestos, porque la prórroga dejaba la situación restrictiva”, agregó el alcalde, que defendió el carácter progresista de sus cuentas frente a las acusaciones del PSOE, al asegurar que el 35% se destina a partidas sociales y empleo.

Tras el deshielo en Santiago, A Coruña es la siguiente en la lista. El cambio de actitud del PSOE en la ciudad que gobierna en minoría Xulio Ferreiro es notable. De las críticas más duras ha pasado suavemente a una actitud de “estudio” del proyecto presupuestario, que se espera que presente el Gobierno local este mismo viernes, con lo que la aprobación de las cuentas municipales podría ir a pleno este mismo marzo, cuando se cumplan 10 meses desde las elecciones. Si los nacionalistas del BNG ya han adelantado que estudian dar su voto favorable a las cuentas de A Coruña, el PSOE guarda silencio. Públicamente no se ha pronunciado, aunque en privado se empieza a aceptar que habrá pacto.

La única ciudad gallega donde el PSOE ha entrado en el Gobierno municipal con una Marea es también la única en la que el pacto presupuestario se vislumbra lejano. En Ferrol, las relaciones entre el alcalde, Jorge Suárez, de Izquierda Unida y elegido en la candidatura de Ferrol en Común, con sus socios socialistas, encabezados por Beatriz Sestayo, no son precisamente fluidas. Tanto es así que Suárez aún no ha presentado un proyecto, para evitar que se escenifiquen sus diferencias con los socialistas. Con todo, en Ferrol se espera que el acuerdo de Santiago y el nuevo escenario que se abre en A Coruña faciliten también un acuerdo entre los socios.

Aunque ninguno de los alcaldes de las Mareas es de Podemos, el deshielo en sus relaciones con el PSOE puede suavizar al menos la postura de los seis diputados gallegos del grupo de Pablo Iglesias en el Congreso, y coincide con un nuevo impulso al diálogo entre este y Pedro Sánchez.

La política local se ha convertido en Galicia en un microcosmos. En las municipales del pasado mayo, Podemos y un grupo de formaciones de izquierdas ensayaron con éxito la fórmula de las Mareas, que irrumpió en el Congreso siete meses después. La gestión de los alcaldes de las confluencias rupturistas en Santiago, A Coruña y Ferrol, elegidos con el apoyo de los socialistas, se había enquistado. No había acuerdo para los Presupuestos de 2016. Santiago ha sido la primera en desbloquear las relaciones con los socialistas, pocos días después de que Pedro Sánchez se presentara en persona en Galicia para facilitar el acuerdo sobre el terreno y, de paso, tantear el apoyo de Podemos a su elección.

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