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La CUP cuenta con Podemos para lograr un referéndum y la independencia
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CREARÁ LOS GRUPOS DE ACCIÓN POR LA REPÚBLICA PARA CAUSAR MÁS COSTES AL ESTADO

La CUP cuenta con Podemos para lograr un referéndum y la independencia

La formación independentista se marca como objetivo "establecer canales de comunicación fluidos con Podemos y otros espacios de izquierdas"

Foto: Acto en Barcelona a favor del referéndum de independencia. (AP)
Acto en Barcelona a favor del referéndum de independencia. (AP)

La CUP cuenta con Podemos para culminar el proceso de desconexión con España. Así se recoge en los documentos internos de la organización. “La CUP ha de emplazar el espacio político amplio de izquierdas que se está vertebrando en Cataluña en el entorno de los denominados ‘Comuns’. Es un espacio que no se declara independentista, pero sí favorable al derecho a la autodeterminación y, por tanto, es preciso trabajarlo y emplazarlo desde la unidad popular para conquistar dos objetivos: el ensanchamiento de la actual mayoría social y parlamentaria independentista; y vincular el independentismo con un programa claro de reivindicaciones sociales”.

Los anticapitalistas señalan que “el trabajo de acercamiento hacia este nuevo espacio político ha de ser en base a una política clara de emplazamientos a participar del proceso constituyente-desobediente que ya se está comenzando a gestar. Es preciso encontrar los espacios de lucha de base que puedan permitirnos trabajar con todo este espacio de una posición de igual a igual”.

En su actual estrategia, la organización independentista reconoce que ya tiene trabajo hecho. Y destaca como uno de sus puntos fundamentales el de “establecer canales de comunicación fluidos con el espacio de En Comú, Podemos y otros espacios de izquierdas, con el objetivo de sumarlos al proceso de ruptura y al proceso constituyente, así como explorar estrategias conjuntas de cara a la recuperación de los servicios públicos y de los derechos sociales”. La CUP pretende también, parlamentariamente, “explotar las contradicciones existentes en Junts pel Sí (JxSí) y poner en marcha una dinámica de trabajo y alianzas con la izquierda parlamentaria”.

La actual estrategia de la CUP tiene dos vertientes bien diferenciadas: la parlamentaria y la extraparlamentaria. La de las relaciones con el mundo de Podemos está a caballo entre estas dos vertientes. La extraparlamentaria se sustenta, eminentemente en “impulsar espacios de debate, participación y movilización para combinar el trabajo parlamentario con la lucha en la calle, promoviendo luchas que se retroalimenten, situando el peso de la acción política más allá de las puertas del Parlamento”.

Su estrategia parlamentaria, en cambio, pasa por “conseguir que el Gobierno haga efectiva la declaración de ruptura”. Para ello, su cometido es “intensificar presiones y fiscalización [de la acción de gobierno], como colaboraciones y mano extendida para conseguir la aplicación de medidas ejecutivas fundamentales como la creación de una banca pública y una Hacienda propia, la articulación de un Cuerpo de trabajadores y trabajadoras públicos, la aplicación de medidas emanadas de la legitimidad popular y la desobediencia de la legalidad española”. Otro de sus objetivos es “luchar por un ‘Parlamentsoberano e insumiso” a través de iniciativas legislativas que garanticen la desconexión, como la Ley Hipotecaria, la Ley Educativa, Leyes de Salud y la Ley de Seguridad y Protección Social, es decir, la de la Seguridad Social catalana.

Parlamentariamente, también espera “no someter nuestra actividad parlamentaria a las necesidades políticas de JxSí ni del ‘Govern’, sino encaminarla a condicionar sus políticas hacia la izquierda”.

Evitar el encaje en España

La CUP tiene en cartera la revitalización de la Unidad Popular porque “es el mecanismo que nos permite superar la falsa dicotomía entre lucha nacional y lucha social”. Además, considera que “la lucha y la movilización popular es un elemento imprescindible para condicionar y marcar la agenda política institucional, así como para evitar posibles pactos políticos que faciliten un nuevo encaje con el Estado español”.

“Es preciso pasar a la ofensiva, anticiparse al Estado de forma organizada, erosionando su posición política para causarle más costes que beneficios"

Además, cree que la ruptura no se producirá mientras se realicen los debates en un marco constitucional, por lo que es necesario “continuar trabajando con las TUP como una vía amplia de construcción de unidad popular”. La TUP es la Trobada d’Unitat Popular (Encuentro de Unidad Popular), encuentros periódicos que se realizan por asociaciones soberanistas diversas desde el año 2013.

Reconocen, sin embargo, que el proceso está estancado y, ante ello, “es preciso pasar a la ofensiva, anticiparse al Estado de forma organizada, erosionando su posición política para causarle más costes que beneficios. Es preciso movilizar amplias capas de nuestro pueblo a favor del objetivo democrático de la independencia, desenmascarando el carácter autoritario del Estado y superando la dinámica estrictamente institucional”.

Crea los Grupos de Acción por la República

Para ello, la CUP trabaja es “la creación de grupos amplios de acción a favor de la República Catalana que aglutinen a todos aquellos sectores, partidos y entidades favorables a la independencia, para situar la confrontación pueblo catalán versus Estado español en el centro de la acción política”. Son lo que llama “Grupos de Acción por la República (GAR), “que trabajen de forma preventiva y con propuestas de debediencia masiva no violenta ante los reiterados ataques que seguirán viniendo del Estado español contra el pueblo catalán”.

Estos grupos se constituirán a nivel comarcal o territorial y tienen seis objetivos fundamentales:

1. "Acelerar el proceso de ruptura"

2. "Poner en contradicción la vía de la concertación y el pacto con el Estado"

3. "Generar un cojín de solidaridad y fuerza entre amplios sectores catalanes practicando métodos de desobediencia no violenta (ocupaciones de edificios, cortes de carreteras, bloqueos, etc)"

4. "Reunir el máximo número de independentistas dispuestos a asumir los riesgos que la ruptura comportará"

5. "En el campo de la agitación y la propaganda, denunciando el callejón sin salida autonomista y las falsas reformas, profundizando en las contradicciones, generando un clima propenso a los postulados de ruptura y sumando voluntades a partir de un discurso que dé respuesta a las demandas ciudadanas"

6. "En el campo de la organización y la movilización, reforzando las entidades y plataformas soberanistas y su carácter combativo, favoreciendo la coordinación de casales, ateneos y asociaciones cívicas y culturales y trabajando por la implicación de los sindicatos en el proceso constituyente de ruptura”.

En esta estrategia cobra especial relevancia una medida que ya ha sido puesta en marcha: “La acción desobediente de nuestros cargos electos a las instancias judiciales españolas”. Algunos alcaldes de la CUP, por ejemplo, se han negado a los requerimientos de la Audiencia Nacional, que les pedía que entregasen las actas de desobediencia aprobadas en los plenos. De momento, no ha habido consecuencias penales todavía.

Paralelamente, los independentistas quieren combinar su trabajo en instituciones con el desarrollo de los Forums Sociales Constituyentes, herramientas para debatir la formación de la República Catalana a nivel social. “El municipalismo, las campañas de desobediencia y tejer alianzas con el independentismo organizado, especialmente a nivel local, serán mecanismos útiles para esta etapa”, dicen en la CUP.

La CUP cuenta con Podemos para culminar el proceso de desconexión con España. Así se recoge en los documentos internos de la organización. “La CUP ha de emplazar el espacio político amplio de izquierdas que se está vertebrando en Cataluña en el entorno de los denominados ‘Comuns’. Es un espacio que no se declara independentista, pero sí favorable al derecho a la autodeterminación y, por tanto, es preciso trabajarlo y emplazarlo desde la unidad popular para conquistar dos objetivos: el ensanchamiento de la actual mayoría social y parlamentaria independentista; y vincular el independentismo con un programa claro de reivindicaciones sociales”.

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