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El órdago de Ada Colau pone en jaque a la estructura de Podemos en Cataluña
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PODEM RECLAMA TIEMPO PARA DEBATIR SOBRE SU FUTURO

El órdago de Ada Colau pone en jaque a la estructura de Podemos en Cataluña

Si la apuesta de la alcaldesa de Barcelona se mantiene en los términos expresados, Podemos deberá elegir entre seguir siendo una fuerza soberana en Cataluña o difuminarse en otra marca

Foto: Ada Colau y Pablo Iglesias, durante un acto de la campaña del 20-D. (EFE)
Ada Colau y Pablo Iglesias, durante un acto de la campaña del 20-D. (EFE)

El órdago de Ada Colau para reconvertir en un partido político la coalición En Comú Podem, integrado por Barcelona en Comú, Podem, ICV y EUiA, coloca en una difícil tesitura a la formación de Pablo Iglesias en Cataluña. La propuesta de la alcaldesa de Barcelona, que ya llevó las riendas de En Comú, tanto en lo referente a la configuración de las listas, como al diseño de campaña y el programa, pasa por evitar la sopa de siglas, haciendo desaparecer de su estructura a las diferentes fuerzas.

La reacción de Podem, en inferioridad de condiciones y con una dirección colegiada tras la dimisión de la secretaria general en Cataluña, Gemma Ubasart, y su equipo, no se ha hecho esperar. En los próximos días se iniciará un proceso de evaluación y debate que deberá culminar en la elección de un secretario general y una consejo ciudadano (ejecutiva). Solo una vez constituida su propia estructura, “se debatirá la política de alianzas y se valorarán los diferentes escenarios, decidiendo conjuntamente qué hoja de ruta asume como organización”.

El proceso forzado por los impulsores del municipalismo en Cataluña replica los pasos dados por Barcelona en Comú el pasado verano. Un proyecto político que echó a andar como una coalición de partidos, pero que meses después de ganar las elecciones se constituyó formalmente como un partido político. En su estructura orgánica no están integrados dirigentes de otras fuerzas políticas, y entre los ocho miembros que componen su dirección ejecutiva se encuentran el portavoz parlamentario de En Comú, Xavier Domènech, y el representante de esta coalición en la Mesa del Congreso, Marcelo Expósito. Ambos arroparon a Colau durante la rueda de prensa en la que dio a conocer esta hoja de ruta.

Si la apuesta de la alcaldesa de Barcelona se mantiene en los términos expresados, la organización catalana de Podemos deberá elegir entre seguir siendo una fuerza soberana en el panorama político catalán o difuminar su identidad dentro del nuevo partido. El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, aboga por buscar un acuerdo para que Podem forme parte del nuevo partido, por lo que reclama tiempo. La estructura de Podemos en Cataluña no tendrá constituidos sus propios órganos antes de marzo, y cualquier acuerdo hay que "cocinarlo lentamente". Con todo, la premisa pasa por que el nuevo partido de izquierda, que según reconoce Errejón responde a una "demanda popular de construcción de una opción catalana", se forme "con Podem".

"Su intención es quedarse con los cuadros de ICV y con la fuerza de Podemos en el cinturón metropolitano"

Desde la dirección colegiada del partido en Cataluña, destacan su “generosidad a la hora de construir en común los diferentes proyectos en los que nos hemos embarcado", y reclaman que esta debe ser valorada para evitar una suerte de opa hostil. Un escenario al que también se enfrentarían ICV y EUiA, ambas organizaciones con una amplia organización territorial y una larga trayectoria política a sus espaldas. "Se tendrán que ir produciendo pasos para que se conforme esa opción que todos deseamos", vaticinaba Errejón.

Los equilibrios se complican y los plazos que marque Colau precipitarán una u otra decisión. Fuentes de Podemos en Cataluña subrayan su intención de continuar siendo una organización autónoma, aunque son conscientes de que pesarán mucho las decisiones que se vayan tomando desde Madrid. La estrategia de Barcelona en Comú, según denuncian estas mismas fuentes, es "quedarse con lo mejor de ICV, con muchos cuadros formados, y la fuerza electoral de Podemos en el cinturón metropolitano". Todo ello, añaden, imprimiendo la "potencia" que transmite la imagen y el liderazgo de la alcaldesa de Barcelona.

La izquierda tradicional, arrinconada

Apoyándose en el ejemplo de Barcelona en Comú, fuentes de la dirección colegiada de Podem no esconden su temor de que la intención de crear el nuevo partido sea "controlar la marca y controlar la confluencia". Los órganos de decisión del partido de la alcaldesa, explican, están formados por el 'pinyol', su núcleo duro, a pesar de que la coalición fue impulsada por diferentes fuerzas de izquierda, entre ellas Podem.

El apoyo de Colau ha sido hasta la fecha la clave del éxito político de las alianzas en Cataluña. Su formación no se integró en la coalición con la que Podemos concurrió a las elecciones del 27-S, Catalunya Sí que es Pot, y cuyos resultados fueron un fracaso al ser relegada al cuarto puesto con solo 11 actas, las mismas que el PP. Para el 20-D, en cambio, el equipo de la alcaldesa tomó las riendas y situó a la coalición como primera fuerza en Cataluña. Tanto Podemos como ICV y EUiA son conscientes de la necesidad del apoyo de Barcelona en Comú, aunque se han vuelto rehenes de este, hasta el punto de peligrar su futuro como organizaciones políticas.

La iniciativa arrincona a las fuerzas de izquierdas con implantación en Cataluña e incluso ha generado econtronazos entre ellas. Estas se han dejado ver ya en el seno de Catalunya Sí que es Pot, donde Podem ha lanzado un ultimátum a ICV y EUiA para conseguir más "visibilidad mediática" mediante una reorganización de los tiempos de intervención con el actual portavoz de la coalición, Joan Coscubiela (Iniciativa). En caso contrario, se pondría en riesgo la continuidad de una coalición que desde Podemos ya daban como finiquitada si se repetían los comicios catalanes. La izquierda catalana está en plena ebullición, tanto en lo organizativo (nuevas estructuras que buscan enterrar a las viejas) como en lo discursivo (creando un nuevo relato que busca integrar las viejas reivindicaciones de clase con las nacionales).

El órdago de Ada Colau para reconvertir en un partido político la coalición En Comú Podem, integrado por Barcelona en Comú, Podem, ICV y EUiA, coloca en una difícil tesitura a la formación de Pablo Iglesias en Cataluña. La propuesta de la alcaldesa de Barcelona, que ya llevó las riendas de En Comú, tanto en lo referente a la configuración de las listas, como al diseño de campaña y el programa, pasa por evitar la sopa de siglas, haciendo desaparecer de su estructura a las diferentes fuerzas.

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