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Así es el país que promete Mas: 100.000 empleos en el “espacio fiscal catalán”
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CON HACIENDA, JUSTICIA Y SEGURIDAD PROPIAS

Así es el país que promete Mas: 100.000 empleos en el “espacio fiscal catalán”

Un país idílico, vanguardista, emprendedor, paradigma del bienestar social, con una menor presión fiscal individual, una tasa de paro similar a la de la UE y

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Así es el país que promete Mas: 100.000 empleos en el “espacio fiscal catalán”

Un país idílico, vanguardista, emprendedor, paradigma del bienestar social, con una menor presión fiscal individual, una tasa de paro similar a la de la UE y un nivel de competitividad nunca antes visto. Así es, a grandes rasgos, el Estado que promete el líder de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, si hace realidad todos sus sueños a través de la independencia de Cataluña.

Para ello, no duda en prometer una ampliación de las funciones de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) para que sea la única administración responsable de la “gestión, inspección y recaudación de todos los impuestos generados” en la comunidad. Pero no duda tampoco en “nacionalizar” la Tesorería de la Seguridad Social o el CSIC, en deslindar e independizar la Justicia catalana de la española, en “asumir” la gestión de la cuenca catalana del Ebro “actualmente ejercida por la Confederación Hidrográfica del Ebro” (su intención es “gestionar de manera global la totalidad de los recursos hídricos de Cataluña con independencia de su pertenencia a una cuenca de ámbito superior al catalán”), en arrogarse la gestión de todos los permisos de extranjería o en prometer una Ley de Dación en Pago.

También asumirá “la titularidad y la gestión, con la dotación económica correspondiente, de todas las infraestructuras de Cataluña que den acceso por tierra mar y aire”. Entre otras cosas, dice el programa, “asumiremos la gestión directa de los operadores de servicios de cercanías y regionales para viajeros, actualmente en manos de la operadora estatal Renfe”. Y, consecuentemente, también “todas las competencias en materia de navegación aérea dentro de las directivas del cielo único europeo” y “la competencia íntegra de las autoridades portuarias de Barcelona y Tarragona”.

Su programa electoral recoge propuestas concretas. “Y cuantificables”, argumentó ayer el líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, en la presentación del mismo. Para el presidente del comité de gobierno de UDC, Ramon Espadaler, se trata de un programa “realista, ambicioso, propositivo, autoexigente y europeo”. No se trata de “un acto de chauvinismo, ya que hace propuestas concretas. Es un programa de compromiso. Podría ser más teórico, más conceptual. Pero apostamos por propuestas mesurables y evaluables, aunque nos fijamos objetivos ciertamente ambiciosos”.

Algunos de estos objetivos parecen, de momento irrealizables. Por ejemplo, asumir “la gestión de la Tesorería General de la Seguridad Social y de las cotizaciones, así como la del Instituto Nacional de la Seguridad Social, que se encarga de las prestaciones económicas del sistema”. El programa de CiU asegura también que  “la Generalitat será la titular de los edificios vinculados a la sanidad pública catalana, que todavía hoy son propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Bajar el paro

Mas  quiere también conseguir “una tasa de ocupación del 75% de las personas entre 20 y 64 años, con una tasa de paro similar a la de la UE”. Para ello, tiene en cartera la aprobación de la Ley de Ocupación de Cataluña a través de la que piensa determinar “el marco jurídico propio para el desarrollo de las políticas de empleo en Cataluña”. También prevé impulsar “las prácticas no laborales, el fomento de la contratación a tiempo parcial y los programas mixtos de formación-capacitación-contratación para reducir las tasas de paro entre los colectivos más afectados por el desempleo”. Entre sus objetivos está también impulsar “de manera generalizada la vinculación de la percepción de la prestación por desempleo con la asistencia y el aprovechamiento a dispositivos para la mejora de la ocupabilidad y la promoción del trabajo en favor de la comunidad (colaboración social), mediante la formalización de un compromiso de actividad que se firmará en el momento de la inscripción en el registro de demandantes de empleo”.

Artur Mas promete también situar al nuevo Estado catalán “entre los 5 primeros países de la UE en tasa de actividad emprendedora”, al mismo tiempo que piensa duplicar el porcentaje de jóvenes universitarios que quieren montar un negocio y crear “60.000 nuevas empresas y 100.000 puestos de trabajo vinculados a proyectos emprendedores”. Todo ello, claro, cumpliendo con el principio de estabilidad presupuestaria (es decir, consiguiendo el déficit cero), y con el compromiso de tener una fiscalidad más justa (con la reducción de la presión fiscal individual) y la reducción a la mitad del fraude fiscal. En estos temas hizo hincapié Jordi Baiget, el coordinador de los grupos parlamentarios de CiU en el Parlamento catalán y en el Congreso.

La Carta Fiscal de Cataluña

Y para conseguir el déficit cero, no descarta la venta de nuevo patrimonio de la Generalitat y pedir al Estado español “la creación de un instrumento que permita, bajo determinadas condiciones, que el Estado avale la deuda emitida por las comunidades autónomas”. En materia fiscal, por ejemplo, Mas quiere crear “el espacio fiscal catalán, que desarrollará un sistema tributario propio”. Será un sistema impositivo de progresividad fiscal que se definirá en una nueva ley, la Carta Fiscal de Cataluña, que “actualizará y unificará toda la legislación catalana en materia de tributos”.

El nuevo país que quiere conseguir Mas, según el programa convergente, estaría “entre las 20 primeras posiciones del ranking de la competitividad mundial del World Economic Forum”. Y, entre los objetivos concretos que señala están los de invertir el 3% del PIB en I+D+i, duplicar el número de empresas catalanas que exportan y duplicar el número de vuelos intercontinentales. Entre sus objetivos se encuentra, asimismo, asumir “los centros del CSIC ubicados en Cataluña”. En materia de Vivienda, el programa recoge una Ley de Segunda Oportunidad “para encontrar salida a los casos de sobreendeudamiento familiar siempre que el deudor sea de buena fe, es decir, por causas sobrevenidas y se trate de la vivienda habitual (dación en pago)”.

En el ámbito de la salud, las cosas no pintan tampoco muy mal. Mas promete “aumentar en un 5% la esperanza de vida con buena salud, aumentar en un 5% la tasa de supervivencia del cáncer, mejorar las pensiones en la medida que lo permita el nivel de empleo e incrementar en 5.000 el número de plazas públicas en centros asistenciales para ancianos con dependencia”. Por si fuera poco, espera reducir en un 25% el número de personas en riesgo de pobreza o de exclusión social, duplicar el porcentaje de discapacitados integrados en el mercado de trabajo, aumentar hasta el 70% el número de alumnos que acaban la secundaria con un buen nivel de inglés, reducir el porcentaje de abandono escolar hasta el 10%, situar a las 7 universidades catalanas entre las 200 mejores del mundo y, como mínimo, tres de ellas entre las 100 mejores. Uno de sus puntos destaca que “asumiremos las becas universitarias que hoy gestiona el Gobierno español”.

Plenas competencias en seguridad

No es todo. En su programa figura también conseguir el Corredor Ferroviario Mediterráneo, hacer de El Prat un hub aeroportuario y dotar al 50% de las casas de una banda ultra rápida de 100 MB. Por último, promete reducir en un 50% el número de muertos y heridos graves en accidentes de tráfico, aumentar un mínimo del 10% el nivel de percepción de seguridad ciudadana, reducir en un 20% la emisión de gases de efecto invernadero e incrementar en un 20% el porcentaje de las energías renovables en el consumo final.

Para cuando vuelva la bonanza económica, Mas promete “un nuevo modelo de ayudas a las familias con hijos a su cargo en las que se tendrá en cuenta el número de hijos y el nivel de ingresos familiar”. También quiere aprobar una Ley Catalana de Promoción de la Autonomía Personal y una Ley de Accesibilidad, así como dedicar el 0,7% del IRPF que se recaude a “finalidades sociales de entidades catalanas” e implantar el servicio de “asistente personal en todos los casos en que facilite un proyecto de vida independiente para la persona con dependencia”. En materia de inmigración, el programa destaca que “la Generalitat gestionará la totalidad de autorizaciones de permisos de extranjería”.

Paralelamente, propone una policía integral a partir de los Mossos d’Esquadra, que tendrán “plenas competencias en los temas de extranjería, control aduanero y expedición de documentos de identidad, además de competencias en medio ambiente y medio natural. Ejerceremos las plenas competencias también en lo que hace referencia a la seguridad de puertos y aeropuertos y el salvamento marítimo en nuestras costas”. En materia judicial, quiere convertir el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en la última instancia judicial. Y el equivalente al CGPJ español será el Consejo de Justicia, al mismo tiempo que “la Fiscalía Superior de Justicia de Cataluña asumirá la gestión y el gobierno de los fiscales de Cataluña, con autonomía respecto a la Fiscalía General del Estado”.

No podía faltar tampoco la prioridad de conseguir que las selecciones catalanas puedan competir a nivel internacional y de aumentar un 25% el consumo cultural catalán, así como “duplicar la presencia del catalán (es la novena lengua de la UE) y de la cultura catalana en Internet”. Otro de los puntos es conseguir “el posicionamiento internacional del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) como elemento imprescindible para disponer de un servicio técnicamente eficiente e innovador”. 

Un país idílico, vanguardista, emprendedor, paradigma del bienestar social, con una menor presión fiscal individual, una tasa de paro similar a la de la UE y un nivel de competitividad nunca antes visto. Así es, a grandes rasgos, el Estado que promete el líder de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, si hace realidad todos sus sueños a través de la independencia de Cataluña.