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La primera protesta del año reúne a decenas de miles de empleados públicos cabreados con Mas
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LOS FUNCIONARIOS TOMAN LA CAPITAL CATALANA

La primera protesta del año reúne a decenas de miles de empleados públicos cabreados con Mas

Caos en Barcelona. La capital catalana sufrió ayer una oleada de protestas durante todo el día, justamente cuando el Parlament comenzaba la discusión sobre los presupuestos

Foto: La primera protesta del año reúne a decenas de miles de empleados públicos cabreados con Mas
La primera protesta del año reúne a decenas de miles de empleados públicos cabreados con Mas

Caos en Barcelona. La capital catalana sufrió ayer una oleada de protestas durante todo el día, justamente cuando el Parlament comenzaba la discusión sobre los presupuestos de este año, que prevén recortes generalizados y subida de las tasas universitarias, de transportes, del agua, del notario y la novedad del euro por receta y de la tasa turística. Los políticos discutían -hubo brillantes intervenciones- en la Cámara mientras los empleados públicos se desgañitaban en la calle, frente a la Cámara, donde acabó la gran manifestación que convocaron para la tarde.

Es la primera manifestación del año, preludio de una serie de protestas que amenazan con caldear el crudo invierno. Ésta era una muestra de fuerza sólo de los empleados públicos, pero el día 28 se sumarán también trabajadores de empresas privadas y de sectores productivos en las cuatro capitales de provincia de Cataluña. Aun así, en la gran manifestación de la tarde de ayer hubo 11.000 manifestantes cortando el centro de la ciudad, según fuentes de Interior. O 30.000, según los organizadores. Y en ella se evidenció el enorme cabreo, mayúsculo, con los recortes salariales del Gobierno de Artur Mas. Porque en todos los sectores -sanidad, educación, seguridad, transportes, prisiones, justicia...- la propuesta de la Administración a los funcionarios es siempre la misma: han de rebajarse el sueldo si no quieren ser sometidos a un expediente de regulación de empleo. En algunos sectores, incluso han comenzado a elaborarse la lista de los sobrantes, lo que los trabajadores no están dispuestos a aceptar.

El calentamiento comenzó por la mañana en la plaza Sant Jaume. Los sindicatos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) se concentraron en la emblemática plaza y entregaron una carta al alcalde de la ciudad, Xavier Trias (presidente del Área Metropolitana, organismo del que depende TMB). En ella, manifestaban su postura contraria a los recortes y pedían una reunión con los máximos responsables políticos. Trias no recibió a los representantes de los empleados, pero sí el jefe de alcaldía, Albert Ortás, que se comprometió a “darnos una respuesta a nuestra petición de datos [sobre los sueldos de los altos cargos de la empresa] y, además, a facilitar una reunión con el alcalde Trias y con el presidente de TMB, Joaquim Forn [que también es teniente de alcalde de Barcelona]”, según manifestó a El Confidencial Miguel Ángel Arias, presidente del comité de empresa de autobuses.

Los bomberos también hicieron de las suyas. A las 3 de la tarde, se concentraron ante la sede de la consejería de Interior, cortaron el centro de la ciudad y extendieron una capa de espuma en la vía pública. Protestan contra los recortes, contra la intención de no incorporar nuevos efectivos en dos años y por la introducción de algunos cambios que les afectan en relación con la incapacidad permanente. Por ejemplo, el recorte del 25% en las ayudas en caso de incapacidad por enfermedades que, según los sindicatos, contraen trabajando. La jugarreta de la espuma tuvo sus consecuencias inmediatas: en aquel momento, estaba reunida la mesa de negociación y el Gobierno se levantó de la misma en protesta por ello. Para los sindicatos, lo que buscaba la Administración era una excusa, ya que no tenía voluntad de negociar nada.

Otra cosa es la negociación con los funcionarios de prisiones, que también han paralizado varias cárceles en las últimas semanas. A última hora de la tarde, los representantes de los trabajadores se reunieron con la Administración para tratar de llegar a algún acuerdo que suavice las medidas de recortes que quiere aplicar la consejería de Justicia.

La advertencia de los sindicatos

El secretario general de CCOO, Joan Carles Gallego, señaló que “los trabajadores, tanto públicos como privados, llevan demasiado tiempo apretándose los cinturones y, mientras, el consejero de Economía rebaja el Impuesto de Sucesiones o se relaja en la persecución del fraude fiscal. Hemos de recordarle al consejero que se debe a los ciudadanos, no a las grandes fortunas”. El secretario general de la UGT, Josep Maria Álvarez, fue también crítico: “Las medidas que quiere aplicar el Gobierno arruina a los trabajadores tanto públicos como privados. Pero que sepa que la lucha continuará”. Los sindicatos echan en cara al Gobierno que las medidas que quiere implantar no sirven para reactivar la economía ni para crear empleo, además de empeorar los servicios públicos.

Minutos antes, Álvarez había declarado a la emisora pública Catalunya Ràdio que “hemos de ir abriendo el debate. ¿Por qué? Pues porque ya tenemos algunos ejemplos de lo que pasa si lo radicalizas todo y todo acaba en huelgas generales. Tenemos el ejemplo griego y no nos gustaría entrar en una espiral en la que finalmente a la gente, con todos los respetos, sólo le queda quemar contenedores”. El líder ugetista criticó especialmente las políticas desarrolladas por el Gobierno, que no estaban en su programa electoral “y eso es una tomadura de pelo a la ciudadanía”.

Mientras, en el Parlamento catalán se rechazaban las enmiendas a la totalidad de los presupuestos presentadas por la oposición. O sea, se abre una nueva etapa. Los presupuestos, gracias al voto del PP alineado con el Gobierno catalán, pasan a la segunda fase. Ahora falta la tanda de enmiendas parciales, donde CiU ha de poner a prueba su cintura para ceder en algunos aspectos y poder mantener su propuesta en otros.

Los partidos de la oposición, mientras, se afanan en estos días a reunirse con los sindicatos, que quieren llevar al Parlamento el debate sobre los recortes. Tanto PSC como ICV y ERC han dado su apoyo a esta propuesta. Y también están de acuerdo con que se haga una consulta popular sobre los recortes, como pretenden las organizaciones sindicales. Pero ello no garantiza nada: el Gobierno tiene recursos suficientes como para bloquear cualquier propuesta de la oposición de izquierdas en el Parlamento, por mucho que apelen a la protesta callejera para justificar la iniciativa.

Caos en Barcelona. La capital catalana sufrió ayer una oleada de protestas durante todo el día, justamente cuando el Parlament comenzaba la discusión sobre los presupuestos de este año, que prevén recortes generalizados y subida de las tasas universitarias, de transportes, del agua, del notario y la novedad del euro por receta y de la tasa turística. Los políticos discutían -hubo brillantes intervenciones- en la Cámara mientras los empleados públicos se desgañitaban en la calle, frente a la Cámara, donde acabó la gran manifestación que convocaron para la tarde.