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Clemencia a Susana y a los obispos para salvar a la pava del campanario de Cazalilla
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La última se llamaba artur mas y acabó en el tejado del bar

Clemencia a Susana y a los obispos para salvar a la pava del campanario de Cazalilla

El nuevo alcalde ha propuesto que en las fiestas de San Blas, que se celebran el 3 de febrero, se arroje un peluche en lugar de un animal

Foto: Lanzamiento de la pava de Cazalilla. (traslosmuros.com)
Lanzamiento de la pava de Cazalilla. (traslosmuros.com)

La polémica está servida. El lanzamiento de la pava viva desde el campanario de la Iglesia de Cazalilla en Jaén ha vuelto a levantar ampollas. Pacma, el partido animalista, no se anda con chiquitas y ha sacado toda “su artillería la calle” aduciendo que se "vulnera la legislación vigente en Andalucía sobre protección animal" y lo van a parar. Están dispuestos a todo y si “el desafío continúa" emprenderán acciones legales contra el Ayuntamiento de Cazalilla, contra el Obispado de Jaén y contra todos los responsables.

Para paliar el mal, llevan ya 40.000 firmas recogidas y han convocado varias reuniones con los organismos competentes. Así, intentan salvar a la pava el día de San Blas de ser arrojada desde lo más alto de la iglesia del pueblo. Manuel Serrano Baena, coordinador de Pacma en Jaén, explica a El Confidencial: “El montante de firmas lo vamos a entregar al Ejecutivo de Susana Díaz para salvar al ave de la crueldad del lanzamiento. El acto vulnera la legislación vigente en Andalucía sobre protección animal. Es una petición para que se suspenda definitivamente esta celebración. Este es el primer año que es delito tipificado, y si lo hacen estarán delinquiendo”.

Lanzamiento de la pava en Cazalilla

Y ahí no terminan los planes de los animalistas. “Para este martes tenemos previsto presentar las medidas cautelares ante la Fiscalía. Todo en previsión de lo que pueda ocurrir el día de San Blas. Consideramos que la decisión de poner fin a un festejo que lleva implícito el maltrato animal y que contraviene la legalidad vigente está en manos de la Junta de Andalucía y por eso hemos abocado a que Susana Díaz intervenga de una vez por todas”, explica.

La pava está bien gordita

Pero para gustos, colores. La gente del pueblo está indignada ante la idea de que se pueda suprimir la tradición de sus festejos. Unos y otros dicen que la pava no sufre daño alguno y permanece feliz con quien la recoge como símbolo de fortuna. José Fernando Jiménez, camarero en el bar Los Galgos, asegura: “Si yo fuera pava ya me gustaría ser la de Calzalilla. No hay pavas en el mundo mejor tratadas que las de aquí”. José cuenta que esta fiesta, que disfrutan los casi novecientos habitantes que tiene la localidad, es toda una tradición. “Desde chicos nos ponen a todos guapos para ese día de San Blas, ir a la iglesia y festejar. El año pasado la pava, que se llamaba Artus Mas, aterrizó en el tejado de este bar, y no veas lo cuidada y lo gordita que está ahora. La tienen en el corral de un pueblo vecino. Cuando preguntan en las televisiones lo que ha sido de ella, dónde se encuentra y en qué condiciones quedó tras ser lanzada les digo que vayan al pueblo de al lado y vean lo hermosa que es”.

José Fernando pide que dejen en paz las costumbres de Cazalilla. “¿Sabes? Los ecologistas son unos provocadores que vienen a aquí a armarla, como si no tuvieran nada mejor que hacer y no entienden que tienen que respetar nuestra cultura”. La tradición de lanzar una pava desde el campanario se remonta a finales del siglo XIX, cuando dos familias enfrentadas se reconciliaron al casar, el 3 de febrero, al hijo de una con la hija de la otra.

Otra teoría, sin embargo, sitúa el origen de esta tradición en los sorteos populares con los que las Cofradías de Ánimas de muchos lugares de la provincia que recaudaban fondos para sus fines. Sea cual sea la versión real de la historia, lo cierto es que después de muchos años, 2016 podría ser el primer año en que el evento se suspendiese. “En el pueblo se empieza a barruntar que igual ni la tiran el día de San Blas. Eso no sería bueno”, opina José.

Manuel Serrano, por su parte, asegura que “el pueblo de Cazalilla se burla, con lo que ellos llaman tradición, de todas las personas legítimamente preocupadas por un animal maltratado. Al igual que se burla de la Ley Andaluza de Protección Animal, que prohíbe la utilización de estos seres vivos en fiestas y espectáculos si con ello 'sufren', son sometidos a 'tratamientos antinaturales' o 'malos tratos'”. Al menos este año no le han puesto ningún nombre a la pava.

Multas que ayudaba a pagar el alcalde

Cada año desde 2004, la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) interpone una denuncia administrativa contra el que lanza a la pava. El pasado octubre de 2014, y atendiendo a su última denuncia, la Secretaría General Provincial de Agricultura en Jaén impuso a la persona que lanzó a la pava en febrero de 2013 una multa de 2.001 euros por una infracción “muy grave” de la Ley de Protección Animal. José Fernando comenta que, “aunque vengan las sanciones, todos ayudamos a pagarlas y no vamos a dejar que nos amilanen con eso”. “Hay una cuenta en el pueblo para quien quiera ayudar a pagar la multa cuando la ponen. Hasta la anterior legislatura municipal el mismo alcalde colaboraba a sufragar los gastos en una colecta”, añade.

Todo ha sucedido hasta ahora así, con la connivencia de los curas de la parroquia, del Obispado de Jaén y del exalcalde socialista Juan Balbín Garrido, actual delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural en Jaén. Balbín Garrido ha llegado a afirmar que él mismo colabora con la multa que pagan. “Parece que el nuevo alcalde (el también socialista Manuel Jesús Raya) está aviniéndose más a razones", explica el delegado de Pacma a este periódico. "Hoy mismo nos hemos reunido con él y está intentando convencer al pueblo que se tire un peluche en vez de la pava. Aunque para nosotros eso sigue siendo una oda al maltrato”.

Los curas en jaque

El campanario de la iglesia Santa María Magdalena, en Cazalilla es el lugar donde se produce “la barbarie”, según Pacma. Los curas permanecen bajo el portón hasta que es lanzada la pava y todos “se arremolinan” para cogerla.

“Hemos pedido una reunión con el Obispado de Jaén. Y nuestro objetivo es que prohíba el uso de la iglesia de Cazalilla para el lanzamiento de la pava desde su torre. Hasta el momento ni nos han contestado. Le hemos pedido a la Iglesia que deje de ser cómplice del maltrato hacia los animales hecho que va en consonancia con la doctrina contra el maltrato animal que recoge el Papa Francisco en su encíclica 'Laudato si'", prosigue Manuel a El Confidencial.

Altercados como los del año pasado, en que se agolparon numerosos asistentes para felicitar al que cogió la pava, "con momentos de tensión muy fuertes cuando los ecologistas quisieron quitársela" intentarán ser evitados en esta ocasión. Por el pueblo ya circula el rumor de que “no van a echar a la pava”. Pero la última palabra la tiene la cofradía del santo “y por si acaso nosotros estamos preparando una manifestación para el mismo día en que tienen previsto el lanzamiento, por si siguen con la idea de contravenir la ley”, concluye Manuel.

La polémica está servida. El lanzamiento de la pava viva desde el campanario de la Iglesia de Cazalilla en Jaén ha vuelto a levantar ampollas. Pacma, el partido animalista, no se anda con chiquitas y ha sacado toda “su artillería la calle” aduciendo que se "vulnera la legislación vigente en Andalucía sobre protección animal" y lo van a parar. Están dispuestos a todo y si “el desafío continúa" emprenderán acciones legales contra el Ayuntamiento de Cazalilla, contra el Obispado de Jaén y contra todos los responsables.

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