San Román: "O accedía a los deseos de Roca o me colgaba de la soga"

El empresario Fidel San Román admitió ayer, en la sesión del juicio de la ‘Operación Malaya’, haber pagado tres millones de euros a Roca para obtener licencias en Marbella. Visiblemente mayor y desmejorado, le costó sentarse en el banquillo. Hasta el juez se interesó por su salud preguntándole si  se encontraba bien para declarar.

San Román dijo estar perfecto y se puso a narrar con todo tipo de detalles que el cerebro de la trama le exigía dinero para obtener los permisos de primera ocupación: "O accedía o me colgaba de la soga". Solo quebró la voz cuando aseguró que, si no pagaba a Roca, se exponía a que los 60 propietarios que ya habían pagado por sus viviendas en la promoción de la Dama de Noche, lo llevaran a los tribunales.

“¿No sale más rentable reconocer un cohecho inexistente que admitir negocios con Roca?”, le reprochó la abogada de Roca, Rocío Amigo. Pero San Román no contestó a estas preguntas. Solo a las de su letrado. "Tras llevar años construyendo llega un señor y me dice 'O hay dinero o no hay licencias',  así que tuve que tragar”.

El magistrado le imputa un delito de cohecho en relación con tráfico de influencias y prevaricación. En los apuntes de la agenda de la trama se refleja un pago de cuatro millones de euros vinculado a un convenio urbanístico con el Ayuntamiento de Marbella y a la construcción de una urbanización en suelo rústico. Es por este hecho por el que el acusado admitió haber pagado durante 2005 más de tres millones de euros en metálico a Roca en diferentes cantidades, casi siempre en su despacho de Marbella, aunque otras veces también en Madrid. La aportación en sobres y sin ningún recibo a cambio.

Un testimonio valiente

Con esta declaración, Román contradice la versión de Roca. El exgerente de urbanismo admitió en su día haber recibido dinero de algunos empresarios, uno de ellos San Román, pero nunca como sobornos sino por su asesoramiento como “experto urbanístico”.

El testimonio de San Román, echando por tierra esta versión, fue preciso y valiente. Es de los pocos que ha reconocido los pagos a Roca, detallando minuciosamente cómo se realizaban. No en vano, el promotor se enfrenta a cinco años de prisión por un delito de cohecho activo y a ocho millones de multa. Además, se le acusa de un delito de blanqueo de capitales, por el que afronta cuatro años de privación de libertad y 40 millones de euros de multa.

Dado su ánimo de colaboración, el fiscal Anticorrupción López Caballero aprovechó la coyuntura e invitó al acusado a que explicase bajo qué conceptos se realizaron los abonos. San Román lo expuso sin cortapisas: “Cuando las viviendas estaban ya para entregar, nos dicen desde el Ayuntamiento que hace falta dinero y que, si no, eso no sale adelante. Con ese dinero se desbloqueaba el poder entregar las viviendas que tenía ya vendidas, obteniendo así la primera ocupación”.

Fidel San Román ha reconocido que nunca acudió al Ayuntamiento de Marbella para informar sobre los pagos que le reclamaba Roca bajo cuerda: “Seguí las indicaciones que me dio mi gerente y pagué”. El procesado sostiene que los fondos entregados a Roca, entre febrero y noviembre de 2005, provenían de “dinero blanco de mis empresas y también de dinero mío”.

San Román construyó 800 viviendas en Marbella, concretamente en la promoción denominada La Dama de Noche. Su sociedad El Cantizal compró el suelo a EKA 620, vinculada a Roca a través de testaferros tales que el abogado Manuel Sánchez Zubizarreta, también procesado. “Yo no sabía que esa sociedad era de Roca. Si no lo sabía la Policía, difícilmente lo iba a saber yo”, se ha defendido sin admitir el cargo por blanqueo de capitales. El Cantizal, con sede en Las Rozas, movió en 2003 unos 40 millones de euros; en 2004, unos 25 millones, y en 2005, otros 26.

Amistades en todos los bandos

El empresario no pasa por su mejor momento. Siempre ha presumido de sus amistades. Hasta de las policiales cuando le detuvieron por la ‘Operación Malaya’. El mismísimo Juan Antonio González, comisario general de Policía Judicial, abogó por él. Tal y como ya informó El Confidencial, según las escuchas del ‘Caso Torello’, el inspector Olivera llamó a Valentín Bahut, comisario jefe de la operación contra el Ayuntamiento de Marbella para que se interesase por Fidel San Román.

Cinco días después, Olivera volvió a telefonear a Bahut. Le pidió que le consiguiera la declaración y el auto de Fidel San Román, información que se encontraba bajo secreto de sumario. Once días más tarde, la cúpula policial, que ya había obtenido la primera declaración de San Román, se interesó por la segunda, en la que cambió su testimonio, y finalmente fue puesto en libertad.