Podemos prolonga 'in extremis' el periodo de votación por el temor a la baja participación

Cambio de planes sobre los tiempos en las votaciones para Vistalegre II. El cierre de las urnas telemáticas no se producirá a mediodía de este sábado, como había acordado el equipo técnico que organiza el congreso, y tal y como se había comunicado a los medios de comunicación e inscritos. Finalmente, las votaciones se prolongarán durante toda la jornada congresual, hasta las 20:00 del sábado. La escasa participación registrada hasta ayer ha obligado a extender el periodo de votaciones, que se iniciaron el pasado sábado 4 de febrero.

El horario exacto en el que se harán públicos los resultados finales todavía está en el aire. Según fuentes del partido, la previsión es anunciarlos sobre las 13:00 del domingo. Lo que sí está claro son los tiempos en que la empresa encargada de desarrollar y supervisar el proceso de votaciones trasladará al cliente —Podemos— el escrutinio.

El pliego de condiciones del contrato firmado con la empresa Agora Voting SL, la misma que viene dando soporte en estos procesos de Podemos desde sus inicios, establece que el “cálculo y comunicación de los resultados del escrutinio al cliente” se producirá a partir de las 21:30 del sábado. Este proceso puede alargarse durante las 12 horas posteriores.

El contrato establece que la "comunicación de los resultados del escrutinio al cliente” se producirá a partir de las 21:30 del sábado

El “anuncio oficial de los resultados del escrutinio”, se producirá entre las 10:00 y las 11:00 del domingo, según recoge el documento al que ha tenido acceso este diario. Los dirigentes de la formación contarán así con datos aproximados de los resultados la misma noche del sábado, mientras que los resultados definitivos estarán en su posesión antes de arrancar la segunda jornada del congreso.

Margen de tiempo suficiente para comunicar los resultados definitivos internamente a todos los candidatos y pactar entre los equipos cómo darlos a conocer. Es decir, cómo representar la escena final que pondrá el broche a este fratricida congreso: si con todos los consejeros elegidos o solo con los ganadores, si haciendo gala de 'fair play', mediante un abrazo entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, o inaugurando el nuevo ciclo con una foto en la que se mantenga visible el hacha de guerra.

Opinión

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Juan Soto Ivars

La participación este jueves, tras seis días de campaña con las urnas abiertas, rondaba los 101.000 votos. Prácticamente los mismos que los emitidos en la pasada consulta de diciembre sobre el sistema de votación para el congreso, pero todavía alejados de otras consultas internas, como la realizada sobre el apoyo o no a la investidura de Pedro Sánchez, en la que se batieron récords de participación con 150.000 sufragios. Unos datos que coinciden con el hastío entre amplias capas de la militancia por la espiral autodestructiva en la que esta campaña interna ha sumido a la formación.

La confrontación pública no iba a formar parte del guion de Vistalegre, pero la dinámica bélica que arrastra el partido ha acabado por imponerse

Desde la organización, se confía en superar estas cifras tras tomar la decisión de prolongar los tiempos. Vistalegre II determinará el futuro de la formación, y hasta el momento la participación no ha estado a la altura de la importación de un cónclave presentado en clave de refundación. El número de inscritos con derecho a voto sobrepasa los 456.000, de los cuales se consideran activos —que han participado en alguna consulta durante el último año— más de 268.000.

La participación este jueves superaba los 101.000 votos

La prolongación de las votaciones durante toda la jornada del sábado —los inscritos pueden modificar su sufragio, aunque ya lo hayan emitido, hasta que se cierren las urnas— supondrá también un cambio de guion en el contenido y formato de los debates.

Si en un principio los discursos se iban a orientar en buscar la polarización con el PP, que celebra al mismo tiempo su congreso, presentándose como única alternativa de gobierno a los populares, con este cambio las intervenciones se centrarán en pedir el voto frente al resto de candidaturas. La confrontación pública no iba a formar parte del guion, pero la dinámica bélica que se viene arrastrando durante las últimas semanas ha acabado imponiéndose.