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Andreas Lubitz, el joven copiloto alemán que estrelló el avión "voluntariamente"
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TENÍA 27 AÑOS Y ERA NATURAL DE MONTABAUR

Andreas Lubitz, el joven copiloto alemán que estrelló el avión "voluntariamente"

Andreas Lubitz, de nacionalidad alemana, era el copiloto del vuelo 4U9525. El joven, de 27 años según las primeras informaciones vivía en un pueblo al oeste de Alemania llamado Montabaur

Foto: Andreas Lubitz (ParisMatch.com)
Andreas Lubitz (ParisMatch.com)

El alemán Andreas Günter Lubitz era el copiloto del vuelo 4U9525 que, según la Fiscalía de Investigación Judicial de Marsella, se encontraba al mando del Airbus A320 cuando hizo descenderlo "voluntariamente para estrellarlo” contra el macizo de los Trois-Évêchés. "Tenía la intención de destuir el avión", confirmó el fiscal francés. En el accidente murieron las 150 personas a bordo: 144 pasajeros, cuatro miembros de la tripulación, piloto y copiloto. (Siga en directo aquí las novedades del caso).

Lubitz se formó en la escuela de pilotos de Lufthansa de Bremen y acumulaba 630 ahoras de vuelo desde que obtuvo su licencia en 2010. Trabajaba en la aerolínea alemana Germanwigns desde 2013, año en el que fue contratado. Completó su formación en 2008, aunque la interrumpió "durante varios meses", según ha confirmado Carsten Spohr, CEO de Lufthansa, afirmando "que en este momento no disponen de los motivos" del parón, aunque no descarta que pudiera "haber motivos médicos o psíquicos" detrás. "En ese caso, existe el secreto médico, que además es vigente incluso después de la muerte, por lo que el organismo encargado de intervenir sería en todo caso la Fiscalía". Spohr ha insistido también en que la actitud de Lubitz fue siempre "impecable y sin ninguna peculiaridad" y ha rechazado "cualquier indicio de un acto terrorista".

Sin embargo, según dice la revista alemana Der Spiegel, Lubitz pudo solicitar seis meses de descanso "tras sufrir una depresión y mostrar síntomas de agotamiento". Por otra parte, miembros del club de vuelo de su ciudad natal rechazan creer la versión de la fiscalía francesa "hasta que concluya realmente la investigación". De hecho, Klaus Radke, presidente del club, insiste en que "no puede creerlo" ya que Andreas estaba "muy contento en la aerolínea en la que trabajaba" y estaba "orgulloso" de su trayectoria.

A pesar de su corta carrera profesional, Lubitz contaba con un reconocimiento importante al estar incluido en la prestigiosa lista ‘Airmen Certification Databas’ de La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que engloba a profesionales aéreos que han alcanzado altos niveles de conocimientos, licencias y normas médicas.

El fiscal galo ha asegurado en rueda de prensa que “no se conoce el origen étnico de Lubitz ni está incluido en la lista de terroristas buscados”. El joven, de 27 años, vivía con sus padres en un pueblo al oeste de Alemania llamado Montabaur, en la región de Renania-Palatinado, a 169 kilómetros de Dusseldorf, ciudad en la que también poseía una vivienda propia. La Policía germana se ha desplazado hasta la casa de Montabaur, localidad de unos 13.000 habitantes y conocida por su emblemático castillo de color amarillo, donde ha estacionado cuatro vehículos y no permite acercarse a periodistas y viandantes. La Germandería francesa, en colaboración con las autoridades alemanas, tiene previsto interrogar a personas del entorno más cercano del copiloto en las próximas horas.

En cuanto al otro piloto, responde al nombre de Patrick S. y también es alemán. Padre de dos hijos, volaba desde hace diez años con Lufthansa y su filial de bajo coste, Germanwings, y tenía una experimentada trayectoria que acumulaba más de 6.000 horas vuelo.

"Hizo descender el avión de forma voluntaria"

El fiscal galo ha explicado que en los últimos minutos antes de que el avión chocara contra el suelo se escuchó al copiloto “respirar con normalidad”, indicio de que seguía vivo y “a priori no sufriría ningún problema”. Pese a los reiterados golpes del piloto desde fuera de la cabina, “no se escucha absolutamente nada” en el interior además de la respiración “durante los diez últimos minutos”. “Había un silencio total”, por lo que la “hipótesis más plausible" es que el copiloto "accionó de forma intencionada el descenso del aparato”.

La investigación del trágico accidente dio un giro absoluto cuando en la noche del miércoles, The New York Times advirtió a través de un informador anónimo que uno de los pilotos se encontraba fuera de la cabina cuando comenzó el descenso brusco del avión, que después se estrelló contra los Alpes franceses. Concretamente, esta fuente consultada por el periódico estadounidense, explicaba que en la primera parte del vuelo entre Barcelona a Düsseldorf se escuchó una conversación “muy suave” entre los pilotos que no hacía sospechar que hubiera habido ningún enfado ni conflicto entre ambos.

Sin embargo, el audio indicaba que a continuación “uno de los pilotos salió de la cabina y no pudo volver a entrar”. “Se puede escuchar que está intentando echar abajo la puerta y no había una respuesta”, agregó el investigador, que indicó cómo la intensidad de los golpes se iba incrementando sin encontrar respuesta. El informador concluía de la siguiente manera: “Lo que está claro es que al final del vuelo el otro piloto está solo y no se abre la puerta”.


Vídeo: Un piloto joven pero bien preparado

El alemán Andreas Günter Lubitz era el copiloto del vuelo 4U9525 que, según la Fiscalía de Investigación Judicial de Marsella, se encontraba al mando del Airbus A320 cuando hizo descenderlo "voluntariamente para estrellarlo” contra el macizo de los Trois-Évêchés. "Tenía la intención de destuir el avión", confirmó el fiscal francés. En el accidente murieron las 150 personas a bordo: 144 pasajeros, cuatro miembros de la tripulación, piloto y copiloto. (Siga en directo aquí las novedades del caso).

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