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La izquierda 'abertzale' reproduce la hoja de ruta de ETA en la tregua de 2006
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LA AUSENCIA DEL GOBIERNO DEJA SU ESTRATEGIA EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA

La izquierda 'abertzale' reproduce la hoja de ruta de ETA en la tregua de 2006

La izquierda abertzale está siguiendo la misma hoja de ruta que estableció ETA en la tregua de 2006 para abandonar las armas de forma definitiva. En

Foto: La izquierda 'abertzale' reproduce la hoja de ruta de ETA en la tregua de 2006
La izquierda 'abertzale' reproduce la hoja de ruta de ETA en la tregua de 2006

La izquierda abertzale está siguiendo la misma hoja de ruta que estableció ETA en la tregua de 2006 para abandonar las armas de forma definitiva. En los comunicados que emitió la banda durante los meses que duraron las conversaciones con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la cúpula de la organización fijó un “esquema de negociación” que incluía una mesa de partidos, una mesa social y una última mesa a tres bandas en la que debían estar sentados el Gobierno central, el Ejecutivo vasco y la cúpula de ETA y de la que debían salir los acuerdos más relevantes.

El diseño del proceso fue presentado oficialmente en realidad por la izquierda abertzale en 2004 en la llamada Declaración de Anoeta, siguiendo las indicaciones de la banda. Según ETA, estos foros debían servir para implicar en el fin de la violencia a todos los agentes políticos y sociales de España y el País Vasco. El Ejecutivo de Zapatero dio los primeros pasos para cumplir con este diseño de las negociaciones, pero el atentado en la T-4 de Barajas en los últimos días de 2006 hirió de muerte el proceso, frustrando cualquier posibilidad de avance.

Siete años después, las marcas políticas de la antigua Batasuna han retomado la misma estrategia. Las circunstancias del proceso actual son diferentes, pero las dos primeras mesas propuestas por la cúpula de la banda, la de partidos y la de los agentes sociales, han comenzado a dar los primeros pasos. Al menos por el momento, sin embargo, la izquierda abertzale no ha podido activar el foro tripartito con los Ejecutivos central y autonómico por la negativa del Gobierno de Mariano Rajoy a sentarse con ETA.

Un foro vacío de contenido

La mesa social se ha consolidad en un Foro Social organizado principalmente por las asociaciones Lokarri y Bake Bidea los pasados 14 y 15 de marzo en Pamplona y Bilbao. A la cita acudieron representantes de organizaciones internacionales para la paz y también cargos políticos y sindicales, pero la izquierda abertzale, que fue la principal impulsora de los encuentros y también la ideología más representada, no consiguió la resonancia ni el eco que esperaba.

Ninguno de los partidos políticos más importantes participó en la convocatoria con representantes de relieve. PSE-EE y PP ni siquiera asistieron. En los encuentros se abordó el proceso de desarme y la reinserción de los presos de la banda, pero será difícil que alguna de las conclusiones del Foro, que serán presentadas el próximo mes de abril, pueda ser asumida por Moncloa. Con todo, los promotores ya han anunciado que organizarán nuevas reuniones en los próximos meses dirigidas a conseguir “una paz justa y duradera” en el País Vasco.

Comisión multilateral en el Parlamento 

En el caso de la mesa de partidos, ETA la concibió desde el principio como un foro multilateral que debía situarse fuera del Parlamento para que pudiera abordar cuestiones incompatibles con la Constitución y el Estatuo de Guernika. En 2005, además, la izquierda abertzale se quedó sin representación en la Cámara de Vitoria por la ilegalización de Batasuna. Entró otra de sus marcas, el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV), con nueve escaños. Pero la mesa nacional de Batasuna se quedó fuera, de ahí el interés por celebrar una mesa de partidos al margen del Parlamento Autonómico.

La situación actual es distinta. EH Bildu, heredera también de Batasuna, no sólo ha logrado entrar en la Cámara de Vitoria, sino que además se convirtió en las últimas elecciones en la segunda fuerza con más representantes. Además, la nueva formación abertzale ha abandonado algunas de las posiciones maximalistas tradicionales del entorno proetarra. Ya no hay ningún motivo para que ETA se oponga a la activación de la mesa de partidos dentro del Parlamento.

Así, en este contexto, el PNV ha decidido reactivar a petición del PSE-EE la Ponencia de Paz y Convivencia que ya funcionó en la Cámara durante la pasada legislatura. En aquella ocasión, la Ponencia no logró avances significativos. Pero el viernes, PNV, PSE-EE y PP alcanzaron un importante consenso en torno a una declaración de mínimos democráticos que todas las declaraciones que se desprendan de la Ponencia tendrán que respetar. UPyD se abstuvo en la votación. También lo hizo EH Bildu, aunque ha anunciado que participará en este foro de conversaciones, que encaja milimétricamente en el esquema de negociación diseñado por ETA para el alto el fuego de 2006.

La ausencia del interlocutor más importante

El único frente en el que la organización terrorista no está consiguiendo consolidar, por ahora, su hoja de ruta es el que implica directamente al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que sigue rechazando establecer conversaciones con los dirigentes de la banda. De hecho, la cúpula de ETA acaba de ser expulsada de Noruega tras pasar varios meses esperando en Oslo a los interlocutores del Gobierno. La izquierda abertzale sigue intentando activar un canal de comunicación con Moncloa, pero todavía no lo ha conseguido.

El último comunicado emitido por ETA lo confirma. En el texto, divulgado por Gara el pasado martes, la banda denuncia la escasa voluntad que en su opinión está demostrando el Ejecutivo para consolidar el proceso de paz. La organización terrorista advierte de que las operaciones de los servicios de inteligencia y de las fuerzas policiales amenazan con generar “pasos atrás” en su abandono definitivo de la violencia y reclaman a Rajoy que acceda a sentarse a negociar.

La participación de Moncloa es clave para la banda. En el comunicado aprovecha para reafirmarse en la nota que ya divulgó el pasado mes de noviembre, en la que recordaba que el desarme (la entrega sus arsenales), la desmilitarización del País Vasco (la salida de la Guardia Civil, Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Euskadi) y la situación de los presos y los refugiados (miembros de la banda huidos en el extranjero) debían abordarse directamente con el Ejecutivo. Si Rajoy no aparece, la izquierda abertzale y ETA seguirán en el mismo callejón sin salida en el que han estado siempre. 

La izquierda abertzale está siguiendo la misma hoja de ruta que estableció ETA en la tregua de 2006 para abandonar las armas de forma definitiva. En los comunicados que emitió la banda durante los meses que duraron las conversaciones con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la cúpula de la organización fijó un “esquema de negociación” que incluía una mesa de partidos, una mesa social y una última mesa a tres bandas en la que debían estar sentados el Gobierno central, el Ejecutivo vasco y la cúpula de ETA y de la que debían salir los acuerdos más relevantes.