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Moncloa ‘depura’ a los consejeros de seis embajadas para colocar personas afines al PP
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ENTRE LOS DESIGNADOS FIGURA EL EXJEFE DE COMUNICACIÓN DE LA ZARZUELA

Moncloa ‘depura’ a los consejeros de seis embajadas para colocar personas afines al PP

La Secretaría de Estado de Comunicación de Moncloa, que dirige Carmen Martínez Castro, ha 'depurado' en los últimos meses a los consejeros de información de seis embajadas

Foto: Moncloa ‘depura’ a los consejeros de seis embajadas para colocar personas afines al PP
Moncloa ‘depura’ a los consejeros de seis embajadas para colocar personas afines al PP

La Secretaría de Estado de Comunicación de Moncloa, que dirige Carmen Martínez Castro, ha 'depurado' en los últimos meses a los consejeros de información de seis embajadas que acababan de incorporarse a sus destinos  en una maniobra que los afectados consideran “arbitraria y otro ejemplo de nepotismo”, y  que ha suscitado incluso el rechazo por parte de la Asociación Española de Diplomáticos Españoles (ADE). Las destituciones de los consejeros de información y los nombramientos y mudanzas de los nuevos elegidos habrían supuesto para el Estado un coste cercano al medio millón de euros según los afectados, cifra que Moncloa, sin embargo, niega.

La historia se remonta a finales del pasado mes de abril. Entre los días 23 y 27, la nueva directora general de Comunicación, la periodista Consuelo Sánchez Vicente, llamó personalmente por teléfono a los consejeros de información de Nueva  York-ONU, Washington, Venezuela, Varsovia, El Cairo y Buenos Aires para comunicarles que su plaza salía a convocatoria pese a que, en algunos casos, sus ocupantes llevaban menos de seis meses en el puesto. Sánchez Vicente no cuestionó la profesionalidad de los afectados y justificó el cambio en que se trata de puestos de libre designación y que el Gobierno puede disponer de ellos cuando quiera para seleccionar a otras personas. “Es una cuestión administrativa pues son cargos que se cambian cuando el Gobierno lo considera”, explican desde la Secretaría de Estado.

Todos esos puestos habían salido a concurso, a través del BOE, en abril de 2011 y, en algunos de los casos, sus titulares habían accedido al destino apenas unos meses antes de que se les comunicara su destitución. Es el caso, por ejemplo, del consejero de información de El Cairo, Santiago Jiménez, que había llegado a su destino en enero de 2012 y cuya sustitución fue criticada por la ADE; o la de Nueva York, Esther Felices, que llevaba menos de seis meses. Dichas convocatorias establecen, además, que el plazo mínimo de estancia en esos puestos es de dos años -que no se ha respetado en ningún caso- y de un máximo de cinco. “Eso es así, pero es sólo una recomendación”, señalan desde Moncloa. “El puesto es de libre designación y es lo que tiene”.

El citado comunicado de la Asociación de Diplomáticos expresaba su “profundo desagrado” por la “falta de explicación de dicha decisión más allá de la aplicación del criterio de libre disposición; es difícilmente comprensible”. “Ello es así tanto por el coste presupuestario y administrativo que dicho cese y la necesaria sustitución suponen sin que haya transcurrido el plazo mínimo de duración del destino”, añadía. A modo de ejemplo, el coste de esa destitución en el caso de la consejera de Nueva York supone unos 50.000 euros entre mudanza, seguros, billetes de avión y gastos de instalación, que se multiplican por dos con el traslado del nuevo consejero, Florentino Sotomayor, cercano al PP y a FAES. Los costes podrían ascender al medio millón de euros (cifra que Moncloa niega, aunque especifica que no tiene calculado el coste total) si se tiene en cuenta que se han producido 6 despidos y 7 nombramientos.

De la Casa Real a Lisboa

Las destituciones se hicieron efectivas entre julio y agosto de 2012 en el caso de Nueva York, Washington, El Cairo, Buenos Aires y Polonia. El nuevo Gobierno del PP, por su parte, sacó a concurso, en mayo, un total de 13 destinos de los que, finalmente, solo se han cubierto siete por “razones presupuestarias”. Los designados han sido Pedro Jesús Fernández Martínez (Argentina); Ana María Rodríguez Pérez (Bruselas); Pablo Jesús López Blanco (Alemania); Ramón Iribarren, exjefe de Comunicación de la Casa Real (Portugal); Julia Ponce Moreno (Egipto) y Beatriz Monge Moreno (consejera de información adjunta en el Reino Unido). Han quedado vacantes los puestos de Washington (cubierto actualmente por un adjunto), Turquía, Alemania, Países Bajos, Polonia y Venezuela.

Pablo López Blanco, que vuelve como consejero a Berlín, era director de gabinete de la propia Carmen Martínez Castro, y es, a su vez, hermano de Carlos López Blanco, secretario de Estado de Telecomunicaciones en los gobiernos de Aznar con el exministro Josep Piqué. En el pasado, López Blanco fue relevado como consejero en Marruecos a solicitud de los corresponsales allí destinados.

Ana María Rodríguez Pérez, actualmente consejera en Bruselas, fue sustituida en Roma como consejera de información al poco de llegar hace varios años por petición expresa del entonces embajador y ha sido también consejera de España ante la UE en Bruselas en los gobiernos de José María Aznar. Julia Ponce, consejera en El Cairo, carece de experiencia internacional y sus mayores méritos son el tiempo que ha estado trabajando en la Secretaría de Estado de Comunicación (se encargaba de los viajes del presidente), y ser una persona de confianza del nuevo equipo que dirige la subdirectora de información internacional de Moncloa, Ana Belén Vázquez.

“No sólo se ha cesado a personas competentes y con experiencia que estaban desarrollando una labor eficaz al servicio de su país sin queja alguna ni por parte de sus superiores ni de los periodistas, sino que se ha nombrado a otros con menos experiencia o un historial conflictivo simplemente por el hecho de mantener una buena relación con el partido en el poder o con los responsables actuales de la Secretaría de Estado”, explican fuentes diplomáticas conocedoras de los entresijos de los nombramientos. “Esto ha creado un profundo malestar en el seno la propia Secretaría y entre sus numerosos profesionales, que ven cercenadas sus posibilidades de promoción profesional por el simple hecho de que no son militantes o simpatizantes del PP”.

Las mismas fuentes diplomáticas señalan que el diseño de esta operación ha corrido a cargo de  los dos subdirectores generales de la secretaría de Estado, Ana Belén Vázquez (quien podría recalar en un futuro en la Consejería de Londres, aunque ella lo niega) y José María Caballero (a quien le podría esperar la de Washington, que quedará vacante en un año).

La Secretaría de Estado de Comunicación de Moncloa, que dirige Carmen Martínez Castro, ha 'depurado' en los últimos meses a los consejeros de información de seis embajadas que acababan de incorporarse a sus destinos  en una maniobra que los afectados consideran “arbitraria y otro ejemplo de nepotismo”, y  que ha suscitado incluso el rechazo por parte de la Asociación Española de Diplomáticos Españoles (ADE). Las destituciones de los consejeros de información y los nombramientos y mudanzas de los nuevos elegidos habrían supuesto para el Estado un coste cercano al medio millón de euros según los afectados, cifra que Moncloa, sin embargo, niega.

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