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La concentración dividió a la izquierda: Amaiur aplaudió e IU confraternizó
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EL CONGRESO CELEBRA SESIÓN CON LA HABITUAL PARSIMONIA DE LOS MARTES

La concentración dividió a la izquierda: Amaiur aplaudió e IU confraternizó

El pleno del Congreso, ajeno al cerco de los manifestantes concentrados en las plazas y calles aledañas a la Carrera de San Jerónimo, se celebró ayer

Foto: La concentración dividió a la izquierda: Amaiur aplaudió e IU confraternizó
La concentración dividió a la izquierda: Amaiur aplaudió e IU confraternizó

El pleno del Congreso, ajeno al cerco de los manifestantes concentrados en las plazas y calles aledañas a la Carrera de San Jerónimo, se celebró ayer con la habitual parsimonia de todos los martes y se prolongó hasta casi las once de la noche. La generosidad del presidente de la Cámara, Jesús Posada, a la hora de dar turnos de palabra alarga las sesiones para satisfacción de los intervinientes y desesperación de los demás. Posada no se inmutó. Sobre las seis de la tarde se asomó a la puerta principal, bajó unos metros hacia la plaza de Neptuno y sentenció que mientras los manifestantes no molestaran no había nada que objetar. Las cargas vinieron después, cuando algunos grupos intentaron tirar las vallas.

El cerco de la sede de la soberanía popular, organizada con banderas republicanas, anarquistas y alguna con hoz y martillo, dividió a la izquierda representada en la Cámara. Los batasunos de Amaiur se mostraron entusiasmados, Izquierda Unida se movió entre la comprensión y el intento de compadreo a pie de calle y los nacionalistas de izquierda prefirieron ver los toros desde la barrera, detrás de los antidisturbios.

Cayo Lara parecía tener información privilegiada. Salió del Congreso por la puerta que da a la calle Cedaceros seguido de sus diputados y, entre abucheos y algunos aplausos, estuvo departiendo con algunos concentrados, en especial un señor muy mayor encantado al ver que tenía delante las cámaras de televisión. Los diputados de IU se volvieron a rato al escaño para cumplir con sus obligaciones durante el resto de la tarde.

El diputado de IU José Luis Centella culpó de todo al Gobierno. Le parecía exagerado del despliegue policial para proteger al Congreso y también que la Policía cargara contra los manifestantes que querían abrirse paso a la fuerza para llegar a la sede de la Cámara. "Quien siembra vientos recoge tempestades", sentenció el parlamentario comunista, además de sostener que los concentrados se estaban mostrando "muy tolerantes".

Los disturbios, provocados por un grupo de encapuchados, y las cargas siguientes se producían en la plaza de Neptuno, no en Cedaceros, donde había confraternizado Lara. Entrada la noche, y como se alargaba la sesión, algunos diputados de ERC tomaron la Carrera de San Jerónimo para ver cómo iba la concentración. Pero se quedaron en los aledaños de la plaza, detrás de la segunda línea de antidisturbios, a mirar. No hubo ni amago de establecer relaciones más allá de las tanquetas que les protegían.

El grupo más entusiasta, incluso más que Centella, fue el de los batasunos de Amaiur. Su portavoz Mikel Errekondo calificó la concentración "Rodea el Congreso" como un acto "legítimo, democrático y pacífico". Muy en los parámetros de la marca de su casa y de sus jefes. En el PSOE no hubo durante "el sitio" de la Cámara nada parecido a la comprensión hacía del 15-M de la temporada pasada.

Todo funcionó en el pleno como siempre, hasta los retrasos sobre cualquier cálculo posible. Los ministros como Álberto Ruiz-Gallardón, Fátima Báñez y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se acercaron al hemiciclo a la hora de votar lo hicieron sin problemas. Después de cumplir con sus obligaciones, a las once de la noche, los diputados abandonaron el Congreso como siempre pero por otras calles. Los que tenían coche en el garaje, tomaron la Carrera de San Jerónimo y después, en dirección prohibida, torcieron a la derecha en la esquina del Hotel Palace por indicación de la Policía.

Posada volvió a salir a pie del Congreso, se asomó hacia la plaza de Neptuno, vio que quedaban pocos concentrados y mostró su satisfacción por la eficacia mostrada por las fuerzas de seguridad para garantizar la inviolabilidad de la Cámara. Los manifestantes habían sido pocos pero algunos sí habían intentado alcanzar la sede de la soberanía popular. El dispositivo de la Policía no había resultado tan exagerado.

El pleno del Congreso, ajeno al cerco de los manifestantes concentrados en las plazas y calles aledañas a la Carrera de San Jerónimo, se celebró ayer con la habitual parsimonia de todos los martes y se prolongó hasta casi las once de la noche. La generosidad del presidente de la Cámara, Jesús Posada, a la hora de dar turnos de palabra alarga las sesiones para satisfacción de los intervinientes y desesperación de los demás. Posada no se inmutó. Sobre las seis de la tarde se asomó a la puerta principal, bajó unos metros hacia la plaza de Neptuno y sentenció que mientras los manifestantes no molestaran no había nada que objetar. Las cargas vinieron después, cuando algunos grupos intentaron tirar las vallas.

Izquierda Unida