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Una larga lista de defenestrados a sus espaldas
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PRADA, GRANADOS, COBO, GALLARDÓN, ELVIRA RODRÍGUEZ...

Una larga lista de defenestrados a sus espaldas

O conmigo o contra mí… Cruzado ya el rubicón de su carrera política, solo Ignacio González ha sido el lugarteniente leal que ha conseguido heredar el

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Una larga lista de defenestrados a sus espaldas

O conmigo o contra mí… Cruzado ya el rubicón de su carrera política, solo Ignacio González ha sido el lugarteniente leal que ha conseguido heredar el legado de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid. La otrora líderesa del PP madrileño, sobre la que ha pilotado en los últimos cuatro años buena parte del sector crítico del Partido Popular, no ha permitido ni tolerado nunca medias tintas en sus equipos. Aguirre abandona la primera línea de la política activa con unos cuántos ‘cadáveres’ a sus espaldas, entre ellos, los de quienes fueron, en algún momento de su mandato, sus manos derechas al frente de la Comunidad de Madrid. En su lista de rivales, adversarios y defenestrados se han amontonado nombres como el de Alfredo Prada, Juan José Güemes, Manuel Lamela, Francisco Granados, Antonio Beteta o Manuel Cobo, entre otros.

Con este último, acomodado después en Ifema gracias, ironías del destino, como ella misma se ufana en privado, al beneplácito de la propia Aguirre, ha mantenido en los últimos años los encontronazos más ásperos. Aunque las tortas dialécticas pronunciadas por Cobo contra la expresidenta de la Comunidad de Madrid no fueran más que el conducto elegido por el hoy ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para arremeter contra su principal rival interna dentro del PP y su adversaria en la carrera sucesoria por el postmarianismo. Cobo atacó duramente a Aguirre y su número dos, Ignacio González, en plena guerra abierta por el control de Caja Madrid. Una disputa interna en la que Rajoy colocó, finalmente, al ex vicepresidente Rodrigo Rato y que dejó heridas abiertas tanto entonces como ahora, tras la nacionalización de Bankia. En octubre de 2009, Cobo se despachó contra Aguirre y dijo, sin rodeos, que era “de vómito” lo que “personas cercanas, hoy, a Esperanza Aguirre” estaban haciendo para evitar que Rodrigo Rato fuese presidente de la Caja. “Lo que están haciendo con Rato no tiene nombre (...). Los que no han dado a mi partido más que malas noticias y rumores de las peores cosas no pueden poner en este espectáculo de la miseria humana a Rodrigo Rato Figaredo”, añadía.

Lo cierto es que Cobo nunca ha sido del bando de Aguirre y nunca ha saboreado, por ello, el hecho de tener que ser fulminado por la dirigente territorial con más peso dentro del PP. Incluso ha encontrado acomodo en sus predios tras la marcha de Gallardón al Gobierno central. “Me ha acabado pidiendo trabajo a mí”, reconocía Aguirre a los suyos tras su desembarco final en IFEMA.

Alfredo Prada, la primera víctima

Peor suerte han corrido, sin embargo, quienes fueron sus hombres de confianza en el pasado. Sobre todo, Alfredo Prada, convertido, en 2008, en la primera víctima política de las aspiraciones frustradas de Aguirre por hacerse con el control del PP. Prada fue uno de sus más fieles colaboradores siendo ella presidenta del Senado y, él, vicepresidente primero. Le acompañó también en su primer Gobierno al frente de la CAM, en el que fue, entre 2003 y 2008, vicepresidente segundo y consejero de Justicia. Aguirre, sin embargo, lo cesó sin miramientos cinco días después del Congreso del PP de Valencia en el que Rajoy fue reafirmado como líder nacional del partido y en el que los grandes derrotados fueron, además de la propia Aguirre, su número dos, Ignacio González, que ejercía entonces de ‘killer’ de Aguirre y que semanas antes de aquella cita congresual llegó a poner en duda el liderazgo de Rajoy acusándole  de “caer en el relativismo, en el oportunismo cortoplacista y acomplejado, en el tacticismo”.

Desde entonces, Rajoy no tiene confianza alguna en el hoy presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, al que dejó fuera del Comité Ejecutivo Nacional del PP para acomodar, en su lugar, al propio Prada y a Manuel Lamelas, consejero de Sanidad de Aguirre a quien propuso para la Junta Directiva Nacional del PP. Ambos fueron defenestrados, ipso facto, cinco días después por Aguirre, que anunció por sorpresa una remodelación de su Gobierno. Prada ni siquiera acudió al traspaso de cartera con su sucesor, Franscisco Granados, quien también caería, en idénticas circunstancias, en 2011. El estallido, meses después, del caso del espionaje interno dentro de la CAM, puso en evidencia que tanto Prada como Cobo fueron seguidos y espiados durante aquellos días previos a la cita de Valencia. El jefe de los espías, Sergio Gamón, supuestamente trabajaba para González. Así lo declaró, al menos, la exesposa de este último, Yolanda Laviana, que declaró que “desde 2006 (Gamón) ya investigaba a Prada para Ignacio González”.

Francisco Granados

Aguirre lo apartó del Gobierno y solo le ofreció ser portavoz en la Asamblea regional tras las últimas elecciones autonómicas del año pasado. Granados no lo aceptó y ni siquiera acudió a la toma de posesión del nuevo Ejecutivo pese a que ostentaba entonces el cargo de secretario general del PP de Madrid. Su carrera en el aguirrismo estaba sentenciada. Varios meses después, consumada la mayoría absoluta de Rajoy en noviembre de 2012, Aguirre lo defenestró por completo y lo aparto de la dirección del partido. González ganaba, de nuevo, y se erigía ya en el delfín único.

Elvira Rodríguez, Beteta y Güemes…

Por otras tantas razones de “falta de confianza” han ido cayendo también, sucesivamente, todos los que han querido hacer carrera política dentro del equipo de Aguirre y se han dado de bruces con el muro de su número dos. Así se fue, por razones nunca del todo aclaradas, el ex consejero de Sanidad, Juan José Güemes, alejado desde entonces de la política. También Elvira Rodríguez, repescada por Rajoy a las listas del Congreso, corrió idéntica suerte que Güemes y Antonio Beteta, que pasó por las carteras de Economía y Transportes y ha recalado, finalmente, en Hacienda como secretario de Estado de Administraciones Públicas.

O conmigo o contra mí… Cruzado ya el rubicón de su carrera política, solo Ignacio González ha sido el lugarteniente leal que ha conseguido heredar el legado de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid. La otrora líderesa del PP madrileño, sobre la que ha pilotado en los últimos cuatro años buena parte del sector crítico del Partido Popular, no ha permitido ni tolerado nunca medias tintas en sus equipos. Aguirre abandona la primera línea de la política activa con unos cuántos ‘cadáveres’ a sus espaldas, entre ellos, los de quienes fueron, en algún momento de su mandato, sus manos derechas al frente de la Comunidad de Madrid. En su lista de rivales, adversarios y defenestrados se han amontonado nombres como el de Alfredo Prada, Juan José Güemes, Manuel Lamela, Francisco Granados, Antonio Beteta o Manuel Cobo, entre otros.