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La Reina acató con gran enfado la orden del Gobierno de cancelar su viaje a Londres
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LA DECISIÓN FUE PACTADA ENTRE MARGALLO Y MORAGAS TRAS LA ESCALADA DE TENSIÓN EN GIBRALTAR

La Reina acató con gran enfado la orden del Gobierno de cancelar su viaje a Londres

La decisión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, avalada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de cancelar in extremis el viaje de la Reina a

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La Reina acató con gran enfado la orden del Gobierno de cancelar su viaje a Londres

La decisión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, avalada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de cancelar in extremis el viaje de la Reina a Londres a causa de la escalada de tensión en Gibraltar, provocó un "monumental enfado" de Doña Sofía, según han asegurado a El Confidencial fuentes del entorno de La Zarzuela.

El titular de Asuntos Exteriores y el jefe de Gabinete de Rajoy en La Moncloa, Jorge Moragas, comunicaron el pasado día 16 al jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, menos de 48 horas antes de que la Reina viajase al Reino Unido para participar en la conmemoración del 60º aniversario de la coronación de Isabel II de Inglaterra, que la visita quedaba suspendida.

Tras el inicial desconcierto en La Zarzuela, que ya había confirmado oficialmente a la Casa Real británica la asistencia de la esposa de Don Juan Carlos al almuerzo ofrecido el día 18 por Isabel II en el castillo de Windsor, el jefe de la Secretaría de la Reina, José Cabrera, comunicó a ésta la decisión de La Moncloa. Y Doña Sofía, según las fuentes consultadas, "acató la orden pero sin ocultar en ningún momento su profundo malestar con el Gobierno".

De Botsuana a Gibraltar

La cancelación del viaje, unánimemente interpretada por la prensa de Londres como "un desaire" a la monarquía británica, dejaba en una situación más que comprometida a la Casa del Rey, que inicialmente había comunicado a Buckingham la presencia del Rey y la Reina en los fastos por el aniversario de Isabel II. Pero el accidente sufrido por el monarca durante la cacería de elefantes en Botsuana, primero, y ahora la reacción del Gobierno a la escalada en Gibraltar, apearon a ambos de la lista de invitados.

A la indignación de Doña Sofía por tener que trasladarse en solitario a Londres tras el safari en África de su marido -una afición que detesta- en compañía de la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, se sumaba ahora el disgusto por la decisión del Gobierno de cancelar su viaje. La esposa del jefe del Estado, según las fuentes consultadas, expresó a su entorno más cercano que no compartía ni las razones esgrimidas por La Moncloa ni el momento elegido para suspender la visita.

El Gobierno justificó la anulación del viaje con el argumento de que las "circunstancias actuales" lo desaconsejaban, en alusión a la visita a Gibraltar, el próximo mes de junio, del príncipe Eduardo, hijo menor de la soberana británica, y a la ruptura de las negociaciones entre los pescadores andaluces y las autoridades del Peñón, que impiden a aquéllos faenar en unas supuestas aguas territoriales que España no reconoce.

"No le hizo gracia"

Un portavoz de La Zarzuela admitió ayer que a Doña Sofía "no le hizo gracia" la cancelación del viaje, pero aseguró que la orden del Gobierno "en ningún momento provocó malestar en la Casa del Rey, que entendió perfectamente las razones de esa decisión". Según ese portavoz, la principal preocupación de La Moncloa, compartida por el monarca y su esposa, era que la presencia de la Reina en el Reino Unido coincidiera con un "grave incidente" en aguas de Gibraltar. En la última semana la Armada británica ha expulsado de las aguas que rodean al Peñón a dos patrulleras de la Guardia Civil.

Sin embargo, las fuentes consultadas por El Confidencial sostienen que ni Doña Sofía ni la propia Casa del Rey entendieron, al menos inicialmente, la suspensión del viaje. Sobre todo porque una semana antes García-Margallo había asegurado en el Senado que no había motivos para cancelar una visita que, según el jefe de la diplomacia española, era "absolutamente privada". El ministro de Asuntos Exteriores pronunció esas palabras dos días después de haber comunicado al embajador británico en España, Giles Paxman, el "disgusto y malestar" del Gobierno por la visita del príncipe Eduardo a Gibraltar.

Es cierto que la anulación del viaje coincidió con la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno gibraltareño y los pescadores de la bahía de Algeciras. Pero no hay que olvidar que las tensiones entre las dos partes estallaron cuatro meses atrás, tras la llegada al poder en el Peñón del primer ministro Fabian Picardo. Desde entonces, las escaramuzas entre patrulleras de la policía de Gibraltar y de la Guardia Civil por la presencia de pesqueros españoles en aguas de la Roca han sido habituales.

La decisión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, avalada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de cancelar in extremis el viaje de la Reina a Londres a causa de la escalada de tensión en Gibraltar, provocó un "monumental enfado" de Doña Sofía, según han asegurado a El Confidencial fuentes del entorno de La Zarzuela.

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