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Margallo recula y mete en un lío a la Casa del Rey por anular el viaje de la Reina a Londres
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GIBRALTAR VUELVE A TENSAR LAS RELACIONES BILATERALES ENTRE ESPAÑA Y REINO UNIDO

Margallo recula y mete en un lío a la Casa del Rey por anular el viaje de la Reina a Londres

Casi 300 años después de la firma del Tratado de Utrecht (1713), la diplomacia española vuelve a estrellarse contra la roca de Gibraltar. Y esta vez

Foto: Margallo recula y mete en un lío a la Casa del Rey por anular el viaje de la Reina a Londres
Margallo recula y mete en un lío a la Casa del Rey por anular el viaje de la Reina a Londres

Casi 300 años después de la firma del Tratado de Utrecht (1713), la diplomacia española vuelve a estrellarse contra la roca de Gibraltar. Y esta vez empujada también por la torpeza del propio Gobierno de Madrid. La suspensión in extremis del viaje de la Reina a Londres, en respuesta a las últimas provocaciones de las autoridades del Peñón, toleradas por el Reino Unido, ha dejado en evidencia al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que ayer ordenó cancelar la visita de Doña Sofía tras haberla autorizado hace sólo una semana.

La Reina tenía previsto viajar hoy a la capital británica para asistir a los actos conmemorativos del 60º aniversario de la coronación de Isabel II, en los que participarán representantes de todas las casas reales europeas. Pero ayer García-Margallo comunicó a la Casa del Rey que Doña Sofía no debía asistir al jubileo de la soberana inglesa por la acumulación de agravios contra España cometidos en los últimos días por el Reino Unido a cuenta de Gibraltar, especialmente el anuncio de que el príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II, visitará la colonia británica del 11 al 13 de junio.

El jefe de la diplomacia española, de esta forma, se desdijo a sí mismo. Y de paso puso en un grave aprieto a la Casa del Rey, que ya había confirmado oficialmente la participación de la esposa de Don Juan Carlos en los fastos organizados para celebrar el aniversario de la entronización de Isabel II. García-Margallo aseguró el pasado día 10 en el Senado que el viaje de Doña Sofía al Reino Unido era "absolutamente privado", y que el Gobierno no tenía nada que objetar, pese a que ya entonces había trasladado una protesta formal al Ejecutivo británico por la próxima visita del príncipe Eduardo a Gibraltar.

"No es un viaje de Estado y no es un viaje oficial", afirmó con rotundidad hace una semana el titular de Asuntos Exteriores. García-Margallo justificó sus palabras con el argumento de que la Reina se trasladaría al Reino Unido "como miembro de la familia real", y añadió: "Entiendo que el Gobierno tiene pocas cosas que decir" sobre ese viaje. Dos días antes, el Ministerio de Asuntos Exteriores había convocado al embajador británico en España, Giles Paxman, para expresarle el "disgusto y malestar" del Ejecutivo de Mariano Rajoy ante el anuncio de la visita a Gibraltar del príncipe Eduardo y su esposa, Sophie Rhys-Jones.

¿Qué ha ocurrido en los últimos siete días para que García-Margallo recule ahora y prohíba ese viaje "absolutamente privado"? Fuentes diplomáticas señalaron ayer a El Confidencial que el detonante de ese cambio de actitud ha sido la ruptura de las negociaciones entre los pescadores de la bahía de Algeciras y las autoridades del Peñón, que impiden a aquéllos faenar en unas aguas que consideran suyas, pero que España no reconoce como tales. El Gobierno gibraltareño de Fabian Picardo contraviene así el Tratado de Utrecht, que limita el territorio cedido en 1713 a Gran Bretaña a la ciudad, el castillo y el puerto de la colonia.

Pero, en realidad, ese conflicto, lejos de haber estallado ahora, como parece sugerir García-Margallo con su decisión de cancelar el viaje de la Reina, viene de muy atrás. Los incidentes entre pescadores andaluces y policías gibraltareños, en los que también se han visto involucradas patrulleras de la Guardia Civil, han sido frecuentes en los últimos años, pese a que desde 1999 los pesqueros tenían autorización para faenar dentro de las tres millas que Gibraltar, con el apoyo de Londres, reivindica como aguas territoriales. Pero el Gobierno de Picardo, que ganó las elecciones del pasado mes de diciembre, se escuda ahora en la necesidad de preservar esos caladeros, apelando a una ley gibraltareña de 1991 que regula el tipo de redes y las especies a capturar.

"Extraordinaria sensibilidad"

García-Margallo, que se encuentra en Brasil de visita oficial, trató ayer de disfrazar el embrollo que él mismo ha alimentado al dar a entender que la iniciativa de cancelar el viaje supuestamente privado de la Reina al Reino Unido ha partido de la Casa del Rey, dada su "extraordinaria sensibilidad para con todo lo que afecte a la nación española". El ministro de Asuntos Exteriores llegó a asegurar, durante una rueda de prensa en Brasilia, que fue informado en la capital brasileña de la decisión adoptada por La Zarzuela.

La realidad, sin embargo, es bien distinta. Fuentes diplomáticas aseguran que fue el propio García-Margallo quien se puso ayer en contacto con el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, para comunicarle que el viaje debía suspenderse. Tras esa conversación telefónica, La Zarzuela hizo público un comunicado en el que dejaba claro que la decisión le había sido impuesta o, cuando menos -en el mejor de los casos para García-Margallo-, que había sido consensua entre Exteriores y la Casa del Rey. La nota rezaba así: "Cancelado el viaje de SM la Reina a Londres. El Gobierno ha considerado poco adecuado que en las circunstancias actuales Doña Sofía asista al jubileo de la reina Isabel".

Fuentes de la Casa del Rey admitieron ayer a El Confidencial que ningún miembro de la familia real "puede hacer un viaje que no agrade al Gobierno", y añadieron que "lo más prudente" era cancelar la visita ayer mismo, y no "cuando la Reina estuviera en la escalerilla del avión o ya hubiera llegado a Londres". Las fuentes diplomáticas consultadas reforzaron ese argumento, al asegurar que los pesqueros españoles tienen previsto salir hoy de nuevo a faenar, y que lo harán escoltados por patrulleras de la Guardia Civil. Según esas fuentes, sería "muy embarazoso" que Doña Sofía se encuentre en suelo británico si se produce un incidente de gravedad en aguas de Algeciras.

Casi 300 años después de la firma del Tratado de Utrecht (1713), la diplomacia española vuelve a estrellarse contra la roca de Gibraltar. Y esta vez empujada también por la torpeza del propio Gobierno de Madrid. La suspensión in extremis del viaje de la Reina a Londres, en respuesta a las últimas provocaciones de las autoridades del Peñón, toleradas por el Reino Unido, ha dejado en evidencia al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que ayer ordenó cancelar la visita de Doña Sofía tras haberla autorizado hace sólo una semana.

José Manuel García Margallo Casa Real Londres