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El sector crítico del PSOE amenaza con vengarse de Rubalcaba en las primarias
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DESPUÉS DE QUE EL NUEVO SECRETARIO GENERAL EXCLUYERA A LOS 'CHACONISTAS' DE LA DIRECCIÓN

El sector crítico del PSOE amenaza con vengarse de Rubalcaba en las primarias

El PSOE ha elegido un nuevo líder, pero no ha conquistado la paz. Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido implacable con los aliados de Carme Chacón, y

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El sector crítico del PSOE amenaza con vengarse de Rubalcaba en las primarias

El PSOE ha elegido un nuevo líder, pero no ha conquistado la paz. Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido implacable con los aliados de Carme Chacón, y pese a que el congreso ha dejado a los socialistas partidos por la mitad, no ha cedido ningún cargo relevante al equipo de su adversaria. Esta demostración de fuerza ha irritado a los chaconistas, que amenazan con resistir en forma de sector crítico hasta el momento de celebrar elecciones primarias.

La preocupación por la fractura que padece el partido se extendió ayer por todas las federaciones conforme los delegados y dirigentes regresaban a sus territorios. Los barones autonómicos temen que los próximos congresos regionales se conviertan en nuevas batallas sin cuartel, mientras que los cuadros provinciales y locales se disponen a lidiar con la división y el malestar en sus respectiva agrupaciones. La tarea de reconstrucción se presume dura, sobre todo si, por primera vez en muchos años, se instala en el seno del PSOE un núcleo de oposición interna.

Según argumentan diversas fuentes del bando de Chacón, miles de militantes han quedado decepcionados por las decisiones que han tomado los delegados. No solo por frenar el cambio de liderazgo, sino por rechazar la propuesta de que sean las bases quienes elijan directamente en primarias a su próximo secretario general, como sucederá con el candidato electoral. Además, con el PP gobernando cómodamente en casi todos los niveles del Estado, y varios años garantizados de travesía en el desierto, las energías de los críticos del PSOE pueden canalizarse hacia las pugnas de carácter orgánico.

El verdadero temor de Ferraz es que se enquiste un sector contrario a Rubalcaba de ámbito nacional, al igual que les sucede actualmente a barones como Tomás Gómez, José Antonio Griñán, Jorge Alarte y, de forma incipiente, al gallego Pachi Vázquez o al extremeño Guillermo Fernández Vara. Y es que los chaconistas más guerreros están dispuestos a resistir los próximos años y volver a dar la batalla en las primarias abiertas, estilo francés, con que se debe elegir al próximo candidato a la Moncloa. De hecho, este plan b ya estaba en la mente de los críticos antes incluso de que se celebrara el congreso, con el argumento preparado de que Rubalcaba solo podría ser un secretario general de transición.

“Si gana Chacón será la candidata electoral en 2015. Pero si vence Rubalcaba, habrá guerra en las primarias”,  anticiparon fuentes socialistas. Chacón también insistió en este dilema durante su intervención como aspirante, advirtiendo a los delegados que Rubalcaba no podría ser otra cosa que un líder “interino”. La estrategia no funcionó, pero a diferencia de lo que sucedió con José Bono en el año 2000, la catalana no se ha replegado en su comunidad autónoma, ni ha dado orden de retirada a los suyos a la espera de tiempos mejores.

Expulsados de la sala de máquinas

Los chaconistas habían visto tan cerca la victoria que, una vez derrotados, se resistieron a ceder todo el poder del partido a la otra mitad ganadora. La madrugada del sábado al domingo, tras una intensa ronda de negociaciones, los afines a la ex ministra solo consiguieron arrancar una mínima representación en la Ejecutiva, por lo que la indignación se apoderó de la candidatura. Tomás Gómez, uno de los barones más damnificados por el resultado, despachó con un despectivo “este es el concepto que tiene Rubalcaba de la integración” su análisis sobre la nueva Ejecutiva.

Pero el líder madrileño no fue el único que lamentó en público la alineación del nuevo secretario general. La ex ministra Cristina Narbona, el secretario general de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el ex diputado Jesús Cuadrado, y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, todos ellos reconocidos integrantes del equipo de Chacón, denunciaron la ausencia de integración en la cúpula de Ferraz. La contestación se tradujo en votos en blanco a la hora de aprobar los órganos federales. La Ejecutiva salió adelante con un respaldo del 80%, una cifra razonable para Rubalcaba, pero que contrasta con el más del 90% de apoyo que consiguió Zapatero en 2000.

No obstante, desde el bando ganador se precisó que el líder tiene derecho a elegir a su equipo de confianza, y se subrayó la inclusión de diversos chaconistas tanto en la Ejecutiva como en el Comité Federal. El más destacado ha sido el nombramiento de José Antonio Griñán como presidente, un cargo simbólico que hasta ahora ejercía Manuel Chaves, mientras que el resto de críticos con silla en la dirección tampoco puede disfrutar de una secretaría con peso político. El PSC ha situado a José Zaragoza y Esperanza Esteve; Tomás Gómez ha logrado la continuidad de Maru Menéndez; los chaconistas valencianos envían a Carmen Montón, y así hasta una decena de nombres.

En el Comité Federal, el foro de debate por excelencia en el PSOE, también se podrán escuchar algunas voces críticas como las de Leire Pajín, Juan Barranco, la andaluza Susana Díaz o la propia Chacón, aunque enfrente tendrán a figuras como Chaves y José Blanco. En todo caso, las riendas del partido quedan íntegramente en manos de los más fieles a Rubalcaba: Elena Valenciano, Óscar López, Gaspar Zarrías, Antonio Hernando o Patxi López. En palabras del secretario general, un cambio para que el PSOE siga siendo el PSOE.

El PSOE ha elegido un nuevo líder, pero no ha conquistado la paz. Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido implacable con los aliados de Carme Chacón, y pese a que el congreso ha dejado a los socialistas partidos por la mitad, no ha cedido ningún cargo relevante al equipo de su adversaria. Esta demostración de fuerza ha irritado a los chaconistas, que amenazan con resistir en forma de sector crítico hasta el momento de celebrar elecciones primarias.

Alfredo Pérez Rubalcaba