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Las principales figuras de la Transición y de la Democracia despiden a Manuel Fraga
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LOS REYES, RAJOY, AZNAR, ZAPATERO O HERNÁNDEZ MANCHA VISITAN LA CAPILLA ARDIENTE

Las principales figuras de la Transición y de la Democracia despiden a Manuel Fraga

“El resumen del resumen” de la historia final de Manuel Fraga, explicaba en la mañana de este lunes el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas, “es

Foto: Las principales figuras de la Transición y de la Democracia despiden a Manuel Fraga
Las principales figuras de la Transición y de la Democracia despiden a Manuel Fraga

“El resumen del resumen” de la historia final de Manuel Fraga, explicaba en la mañana de este lunes el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas, “es que él está en una casa de 90 metros cuadrados, donde muere y donde ha vivido sin ningún tipo de lujos”. Un pequeño apartamento en el número 86 de la calle Fernando el Católico de Madrid por el que desfilaron, a lo largo de toda la mañana, la mayor parte de los políticos que construyeron la Transición y que hicieron la Democracia, de izquierda a derecha del espectro político. Desde compañeros de gabinete que compartieron trabajo con él en el Gobierno de Arias Navarro, como es el caso del hoy empresario Juan Miguel Villar Mir, hasta la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, representante de esa última generación de jóvenes políticos del partido que Fraga fundó que acaban de conquistar el poder de la mano de Mariano Rajoy.

Fraga “está ya en la historia de España”, como explicó, tras abandonar el velatorio, el propio presidente del Gobierno, y solo hace faltar hacer un breve recorrido por todos los nombres que acudieron a despedirle para constatar la dimensión de su extensa figura. Sus Majestades los Reyes, acompañados de la Infanta Elena, visitaron la capilla ardiente al igual que lo hicieran sus rivales políticos como el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Pérez Rubalcaba y José Blanco.

Los restos de Fraga, con una cruz entre las manos, fueron visitados por buena parte de la familia popular y especialmente por los líderes del PP que, de una u otra forma, deben en mayor o menor medida su carrera política al presidente fundador del partido. Entre ellos, José María Aznar, quien explicó que no puede entender una parte fundamental de su vida sin la figura del ex presidente de Galicia.  “Espero y deseo que todos los españoles sepamos que se ha ido una persona cuyo nombre merece ser escrito con mayúsculas y que forma parte de los grandes de la historia política de España”, señaló. “En tiempos de tanta pequeñez es muy importante que tengamos siempre la memoria de los grandes”.

Aznar y su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, abandonaron juntos la capilla ardiente, por la que también pasó el que fugaz ex presidente del PP, Antonio Hernández Mancha, o la ex ministra Isabel Tocino, otra de las políticas consideradas delfín del propio Fraga y que resaltó su faceta más humana pese al carácter temperamental por el que era conocido. “Creo que ha sido una persona ejemplar, un hombre que, por encima de todo, amaba España y que por amar España y por querer lo mejor para España ha dado toda su vida”, destacó. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, otro de sus ‘ahijados políticos’, no dudó en considerarle su maestro. “Si no hubiese sido por Fraga, yo no sería ministro del Gobierno de España y no hubiese abandonado mi profesión para, con su ejemplo, convertir en un servicio público lo que era una vocación política, con su concepto de trabajar siempre para transformar y mejorar la realidad”, aseguró.

La familia popular, de luto

Todos los que visitaron la capilla ardiente de Fraga destacaron su patriotismo, sus largos de años de servidor público o su capacidad de trabajo. Cualidades todas en las que coincidieron políticos en activo y los ya retirados de la cosa pública, como el ex ministro Marcelino Oreja, el catalán Miquel Roca, que fue otro de los padres de la Constitución.

“A mí me gustaría quedarme en este momento con dos cosas: con el Fraga padre de la Constitución que nos ha permitido vivir en esta democracia ya sólida y solvente”, aseguró Rubalcaba. “Y con ese Fraga que supo entender la necesidad de cambiar e integrarse en el sistema democrático y conseguir que, con él, se integrase una parte de la derecha franquista”.

Con Fraga desaparece el último hombre de la Transición que permanecía en activo y al pie del cañón. “Ninguno ha estado el tiempo el tiempo que ha estado Fraga”, comentaba Juan José Lucas. “Ni, desgraciadamente, están los que estaban en UCD, ni los que estaban en el Partido Comunista”. Aunque, en representación de su padre, al velatorio acudió también Adolfo Suárez Illana, que no hizo declaraciones.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, destacó su generosidad para ceder el testigo a José María Aznar y propiciar con ello la renovación generacional del partido, mientras que su homóloga en Aragón, Luisa Fernanda Rudi, destacó su empeño en que las mujeres estuvieran en puestos de relevancia de la política activa. Pío García Escudero, presidente del Senado, prefirió destacar su última etapa en la Cámara Alta, “a la que se incorporó como un senador más, haciendo un ejercicio de humildad”. Por su parte, el presidente del Congreso, Jesús Posada, recordó la importancia que tuvo en su día, en 1975, su dimisión como embajador en Londres y su vuelta a España con Franco todavía vivo.  “Fue un acontecimiento histórico. Y yo, junto con Gabriel Elorriaga padre, estaba en Barajas esperándole. De eso hace 36 años, 36 años de mi vida política que, de una manera o de otra, siempre han estado relacionados con Fraga”, aseguró.

Casi todos los ministros del Gobierno, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, el padre Ángel, el ex portavoz del Gobierno Pío Cabanillas o el periodista deportivo José María García fueron otras de las personalidades que se han acercado hasta el domicilio de Fraga. La capilla ardiente estuvo abierta hasta las 21.30 horas de la noche.

“Se pierde un gran político y, sobre todo, un gran trabajador”, resumió Soraya Saenz de Santamaría. “Una persona que puso toda su vida al servicio de la democracia en nuestro país y para lograr construir una España cada vez más europea, cada vez más fuerte y cada vez más moderna”.

“El resumen del resumen” de la historia final de Manuel Fraga, explicaba en la mañana de este lunes el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas, “es que él está en una casa de 90 metros cuadrados, donde muere y donde ha vivido sin ningún tipo de lujos”. Un pequeño apartamento en el número 86 de la calle Fernando el Católico de Madrid por el que desfilaron, a lo largo de toda la mañana, la mayor parte de los políticos que construyeron la Transición y que hicieron la Democracia, de izquierda a derecha del espectro político. Desde compañeros de gabinete que compartieron trabajo con él en el Gobierno de Arias Navarro, como es el caso del hoy empresario Juan Miguel Villar Mir, hasta la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, representante de esa última generación de jóvenes políticos del partido que Fraga fundó que acaban de conquistar el poder de la mano de Mariano Rajoy.