Récord olímpico: Gallardón lleva la deuda de Madrid a más de 8.000 millones de euros

La crisis económica le ha pillado a Madrid en el peor momento. Con las arcas municipales entrampadas hasta las cejas. Hasta el punto de que a finales de 2009 es muy probable que la deuda municipal supere ya la increíble cifra de 8.000 millones de euros. Es decir, alrededor del 154% de sus ingresos corrientes, y muy por encima del 110% que la Ley de Haciendas Locales impone como techo de deuda en relación a los ingresos corrientes.

Se trata, con diferencia, del mayor endeudamiento de un ayuntamiento español, y para hacerse una idea de lo que representa hay que tener en cuenta que supone diez veces más de lo que adeuda la ciudad de Barcelona, el segundo municipio con mayor población del país. O lo que es lo mismo, la capital debe más que la comunidad autónoma de Andalucía, que tiene una población dos y veces y media superior a la del municipio de Madrid.

El agravamiento del endeudamiento tiene que ver con el desplome de los ingresos municipales, en particular con los derivados del sector inmobiliario. La novedad radica en que si hasta el año 2007 la ‘bola de nieve’ de los números rojos no había dejado de crecer debido al coste de las obras de la M-30 (el cinturón de circunvalación de la Madrid), en esta ocasión se debe al desequilibrio entre ingresos y gastos corrientes. Dicho en términos más directos, el ayuntamiento no es capaz de generar recursos suficientes para cubrir sus gastos.

Los datos oficiales dicen lo siguiente. Según las cifras del Banco de España, el ayuntamiento de Madrid debía al finalizar el tercer trimestre del año pasado, 6.496 millones de euros, cuatro veces más que al comienzo de la ‘era Gallardón’. A esa cantidad hay que sumar  los 1.200 millones de déficit generados en 2008, y que, según anunció el concejal de Hacienda en el último pleno del año, se financiarán apelando a endeudamiento. En total, unos 7.690 millones de euros. Para tapar el ‘agujero’ del año pasado y resolver los problemas de tesorería, Juan Bravo anunció que el ayuntamiento se endeudaría  con crédito a corto plazo; pero con el compromiso de que esas emisiones se transformen en operaciones a largo plazo durante el año 2009.

Problemas de financiación

No lo va tener fácil el alcalde Gallardón, ni por supuesto barato. El aluvión de emisiones gubernamentales que esperan los mercados para financiar los abultados déficit públicos, va a obligar a las entidades locales a aumentar la rentabilidad de sus emisiones, lo que provocará necesariamente un aumento de los costes de financiación. Sobre todo después de que Standard & Poor´s -a quien pueden seguir otras agencias de calificación de riesgos- haya degradado la solvencia del Reino de España, lo que afectará en cascada al resto de emisores. Y hay que tener en cuenta que los pasivos financieros previstos por el ayuntamiento de Madrid para 2009 superan ya los 234 millones de euros. O dicho en otros términos, el 5% del presupuesto de gastos se destina a pagar el peso de la deuda. Dicho de otra forma, la factura de la deuda, según un documento del  grupo socialista, representa más del doble de lo que gasta el ayuntamiento en escuelas infantiles, escuelas de música, centros de formación, centros de mayores y centros asistenciales.

Los presupuestos de 2009 aprobados por el ayuntamiento de Madrid recogen sólo en parte el desplome de la actividad económica. Según sus previsiones, los ingresos apenas descenderán un 1% respecto a 2008, algo que a la luz de los últimos cuadros macroeconómicos -del Gobierno español o de la Comisión Europea- se antoja como altamente improbable. Con que sólo el ayuntamiento de Madrid genere en 2009 la mitad del déficit registrado el año anterior, se estaría hablando de un endeudamiento que rondará los 8.300 millones de euros al finalizar este año. Y lo que es todavía peor, nada indica -como ayer sostuvo el comisario Joaquín Almunia- que en 2010 España vaya a salir del pozo, lo que significa que la ‘bola de nieve’ seguirá creciendo a no ser que se combine un fuerte ajuste en el gasto, con un notable incremento de los ingresos por vía fiscal, ya que la recuperación del mercado inmobiliario tardará en llegar al menos tres o cuatro años, como aseguró ayer Bruselas.

Incumplimiento del pacto con Solbes

El desajuste entre ingresos y gastos explica que en 2008 el ayuntamiento de Madrid incumpliera el Plan Económico Financiero pactado en 2005 con el Ministerio de Economía, con vencimiento, precisamente, en 2008. El cumplimiento de ese Plan obligaba al ayuntamiento de Madrid a alcanzar un leve superávit en 2008, equivalente a 110,03 millones de euros. Muy al contrario, como se ha dicho, el ejercicio se cerró con un déficit de 1.200 millones de euros.

El fuerte aumento del endeudamiento pone en cuarentena, incluso, la reciente decisión del Ministerio de Economía de permitir que los ayuntamientos de todo el país generen un déficit máximo equivalente a dos décimas del PIB, tanto en 2008 como en 2009.

Sólo el ayuntamiento de Madrid abarca ya más de la mitad de ese desequilibrio, y se supone que la caída de los ingresos es general para todos los municipios. En ese plan pactado con Economía, Gallardón asumía el compromiso de no incrementar la deuda municipal a lo largo del periodo de vigencia, pero lo cierto es que si en el primer trimestre de 2006 la deuda ascendía a 3.605 millones de euros, al finalizar el tercer trimestre del año pasado ya ascendía a 6.496 millones.

El único ‘salvavidas’ que tiene el ayuntamiento de Madrid -y el resto de municipios- para mejorar su financiación se incluye en una disposición adicional que aparece en la Ley de Presupuestos del Estado de 2009, por la que el Gobierno se compromete a “continuar con los trabajos y las negociaciones en curso con la FEMP para la reforma del sistema de financiación local”.

Solbes asume que esas negociaciones deberán desarrollarse “junto a la financiación autonómica”, pero lo cierto es que todavía no hay documento alguno al respecto. El objetivo, según la disposición adicional, es “conseguir un acuerdo que permita que el conjunto de dicho sistema garantice a las Entidades Locales la suficiencia financiera en el ejercicio de sus competencias y en la prestación de los servicios públicos”. No está claro que ese dinero sea suficiente para frenar la ‘bola de nieve’.