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El debate que divide España: ¿globalización o nacionalismo económico?
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FORO EL CONFIDENCIAL-SABADELL

El debate que divide España: ¿globalización o nacionalismo económico?

Tenemos a nuestro alcance un sinfín de posibilidades gracias al libre comercio, pero ¿perjudica eso nuestros intereses como país? Los partidos políticos responden al debate

Echa un ojo al teléfono que usas a diario y con el que quizás estés leyendo este artículo. A lo mejor no lo sabes, pero la mayor parte de su fabricación, producción, logística y venta han sido llevados a cabo desde países muy alejados de España. Es el debate de la economía globalizada frente a la proteccionista: ¿es posible defender la soberanía económica de un país a la vez que estamos inmersos en un sistema económico mucho más global que afecta a la totalidad de los bienes y servicios de los que disfrutamos?

Estas son algunas de las preguntas planteadas este jueves en el foro 'Hacia un nuevo orden mundial: de la globalización al proteccionismo', organizado por El Confidencial y Banco Sabadell y con la presencia de Luis Garicano, vicepresidente de Alianza de Liberales y Demócratas por Europa y responsable de Economía de Ciudadanos; Manuel Escudero, responsable federal de Economía del PSOE; José Ramón García-Hernández, secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP, y Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid y responsable de Políticas Económicas de Izquierda Unida.

El debate: progreso frente a desigualdad

Para Garicano, el avance de la economía globalizada ha traído consigo una dicotomía: "Tenemos un problema. El libre comercio ha supuesto un enorme incremento del bienestar social y global, pero esto, que ha beneficiado a los países emergentes, ha provocado que la clase media trabajadora de los países occidentales se vea perjudicada. En España, desde la crisis, sobre todo los trabajadores jóvenes han perdido bienestar. Y si el ciudadano medio no se beneficia de estos avances, la situación no es sostenible".

En su opinión, "nos tenemos que replantear el contrato social, pero no podemos renunciar al libre comercio y que nuestro teléfono móvil, que procede de varios países, empiece a hacerse entero en Segovia".

Garicano (C's): "El libre comercio es el motor de la riqueza, pero hay que repartir equitativamente los beneficios"

El ideólogo económico de Ciudadanos, por tanto, lo tiene claro: "El libre comercio es el motor de la riqueza global, pero la gobernanza no está siendo buena: tenemos que ir hacia un reparto equitativo de los beneficios".

Escudero tampoco se pone del lado proteccionista, pero va un paso más allá: "El debate quizá no es entre globalización o proteccionismo, sino si la globalización actual es satisfactoria o no. La globalización, en alguna de sus reglas, no ajusta, no integra y no es sostenible. Hay que empezar a hablar y construir una globalización más justa y progresista".

placeholder Sánchez Mato durante el evento de El COnfidencial. (F. Albilares)
Sánchez Mato durante el evento de El COnfidencial. (F. Albilares)

Mundo globalizado: ¿quien se queda fuera?

De estas dos visiones difiere claramente Sánchez Mato, para quien "la globalización deja fuera del debate a los que más presentes deben estar: las mujeres, los seis millones de españoles que ganan cerca de 300 euros al mes... Se les ha excluido del debate parlamentario y social".

Y es que, "si estos tratados de libre comercio son tan buenos y ventajosos, ¿por qué no se quiere hablar de ellos con la mayor parte de la población? Porque no son tan maravillosos. En los debates del Nafta nos dijeron que se crearían 20 millones de empleos, pero, según los últimos informes, al final se perdieron un millón y medio de trabajos", asegura.

Sánchez Mato (IU): "Si el libre comercio es tan bueno, ¿por qué se deja fuera a la mayor parte de la población?"

Para el popular José Ramón García-Hernández, sin embargo, ciertas partes del debate son incuestionables: "La globalización económica ya es un hecho, otra cosa es la política. Esto avala la tesis de que hay una dualidad económica: la economía globalizada y la local".

En su opinión, por tanto, el debate entre economía globalizada o proteccionista "no es una cuestión de cesión o no de soberanía", ya que "la soberanía se está volviendo funcional".

placeholder José Ramón García-Hernández (PP).
José Ramón García-Hernández (PP).

La madre de la polémica: el CETA

Entre todos estos debates, hay uno que ha cobrado un especial protagonismo en los últimos meses: el CETA, el tratado de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea. Un pacto que, tras la polémica del TTIP, ha ocupado la centralidad de la contienda por las posibles ventajas o desventajas que pueda traer consigo.

Para Manuel Escudero, el problema de este acuerdo ha sido "la falta de transparencia: de 2009 a 2015 hubo negociaciones y nadie las pudo ver, comprobar ni discutir. Los eurodiputados del PSOE solo podían acceder a la sala con papel y lápiz, ni siquiera con el móvil".

Manuel Escudero (PSOE): "El CETA da muchas garantías a las grandes empresas y muy pocas a la protección laboral"

Por ello, "en los nuevos tratados, todas las partes interesadas deben poder participar y los parlamentos deben poder seguir su evolución, y eso no se ha hecho".

Además, "hay una desproporción entre las garantías que se dan a las grandes empresas y las pocas relacionadas con la protección laboral y medioambiental en todos los países. Al final, casi nadie ha podido saber nada de este acuerdo: hay grados de transparencia que se podían haber utilizado... y no se ha hecho".

placeholder Manuel Escudero, responsable federal de Economía del PSOE (d) y Garicano (i). Foto: Francisco Albilares.
Manuel Escudero, responsable federal de Economía del PSOE (d) y Garicano (i). Foto: Francisco Albilares.

¿Desinformación o desinterés?

Sánchez Mato sí cree, con ironía, que hubiera cierta transparencia: "Los eurodiputados apenas tenían información, pero las grandes corporaciones tenían acceso a todo, ellas sí que estaban enteradas de todas las negociaciones".

Una postura de la que José Ramón García-Hernández, del PP, difiere por completo: "El mayor enemigo del CETA no ha sido su transparencia, ya que se publicó íntegro en 2014, ha sido la negociación más transparente de la historia. El mayor enemigo del CETA son sus 598 páginas, que no se las ha leído casi nadie".

García-Hernández (PP): "El mayor enemigo del CETA no es su transparencia, sino las 598 páginas que casi nadie quiso leerse"

Para Garicano, el mayor defecto del CETA no ha sido la falta de transparencia, sino la desinformación: "No se puede estar a cada minuto informando de cada punto de la negociación, pero está claro que en España no se ha discutido lo suficiente y se ha acabado desinformando".

En su opinión, de hecho, "es demencial decir que el CETA vaya a provocar una pérdida de soberanía en España. No hay un solo factor que nos haga pensar eso".

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Al final, el debate queda enfrentado: por un lado, los partidarios del libre comercio y de una economía más global; por otro, los que creen que este tipo de políticas económicas acabarán con la soberanía de cada país y con la protección laboral. Y entre medias, una vez más, los ciudadanos, que serán los que, al final de la partida, comprueben quiénes llevaban razón.

Echa un ojo al teléfono que usas a diario y con el que quizás estés leyendo este artículo. A lo mejor no lo sabes, pero la mayor parte de su fabricación, producción, logística y venta han sido llevados a cabo desde países muy alejados de España. Es el debate de la economía globalizada frente a la proteccionista: ¿es posible defender la soberanía económica de un país a la vez que estamos inmersos en un sistema económico mucho más global que afecta a la totalidad de los bienes y servicios de los que disfrutamos?

Luis Garicano