Endesa negocia la compra de Renovalia al fondo de Aznar Jr. por 1.700 millones

Endesa ha decidido pasar al ataque tras varios años de desinversiones constantes, que han reducido de forma significativa su tamaño. La compañía presidida por Borja Prado, tras vender su negocio en Latinoamérica y repartir gran parte de la caja en forma de dividendos extraordinarios en favor de Enel, negocia ahora la compra de Renovalia Energy, empresa de energías limpias adquirida a mediados de 2015 por Cerberus, el fondo oportunista asesorado por José María Aznar Botella.

La venta de Renovalia por parte de Cerberus ha sido encargada a Citi y BBVA ante el interés mostrado por Endesa, que previamente había mantenido conversaciones exclusivas para adquirir la compañía. En concreto, con José Luis Marín, exdirector general de Endesa hasta su prejubilación hace dos años, fichado por Cerberus para gestionar la apuesta eólica del fondo estadounidense.

No obstante, dicho fondo, ante la avalancha de 'private equities' especializados en infraestructuras que están invirtiendo en España, ha optado por abrir un proceso formal competitivo para recibir varias ofertas y no limitarse a la de la eléctrica española controlada por la italiana Enel. El calendario provisional es tener las propuestas encima de la mesa en los dos próximos meses, para tratar de cerrar la transacción antes del verano.

Cerberus compró Renovalia en julio de 2015 a la familia Ortega, los exdueños de los quesos Forlasa. por 1.120 millones de euros, incluidos los cerca de 1.000 millones que arrastraba de deuda. La empresa había sido golpeada por la reforma eléctrica del ministro de Industria José Manuel Soria en la anterior legislatura, y tenía problemas para atender los préstamos. En ese momento, la compañía contaba con más de 600 megawatios operativos y en construcción, repartidos entre 10 parques eólicos, seis parques solares fotovoltaicos y una planta termosolar. Sus activos estaban situados principalmente en España, aunque también contaba con presencia en Rumanía, Hungría, México y Chile, tras haber salido de Italia en 2014.

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Una cartera que el fondo ha ido engordando a toda velocidad en el último año para elevar la valoración. De hecho, Cerberus ha adquirido cuatro parques eólicos con 105 megawatios, por los que pagó 190 millones. Posteriormente, compró otras dos instalaciones eólicas con otros 100 MW, así como varios activos fotovoltaicos por 156,85 millones. Todos en España.

Tras vender sus negocios en el exterior a favor de Enel, la eléctrica española ha cambiado el paso y busca comprar activos regulados por su alta prima

La potencial compra de Renovalia supondría un cambio cualitativo para Endesa, que ya el pasado año adquirió el 60% de Enel Green Power, la filial de energías limpias compartida con la matriz italiana. Aquella operación, por la que pagó 1.200 millones de euros, fue dentro de los acuerdos corporativos con la empresa pública transalpina, lo que se interpretó como la ejecución por parte de Madrid de una orden dictada por Roma. Pero en la actualización del Plan Estratégico 2017-2019, la alta dirección de la eléctrica ya mostró sus intenciones de crecer de forma inorgánica en España y Portugal, los dos mercados a los que se ha reducido su geografía tras las desinversiones en favor de Enel.

A por Gestamp Wind en competencia con China

En cualquier caso, la toma de esta participación —ya controlaba el 40%— le permitió convertirse en titular de 1.706 MW de potencia vinculada a energías renovables, la mayoría eólicas, así como de una cartera de proyectos de otros 700 MW. Una transacción que mejoró sustancialmente su 'mix' de generación, ya que el 65% de los parques adquiridos está bajo el régimen regulado. Con la idea de seguir creciendo en este segmento, Endesa también ha mantenido conversaciones para comprar el negocio eólico de Gestamp, valorado en cerca de 700 millones, que el grupo vasco puso a la venta hace un año con la ayuda de Bank of America Merrill Lynch.

No obstante, las negociaciones no han prosperado porque la eléctrica —dirigida por Borja Prado y con José Bogas como consejero delegado— solo podía adquirir los activos en España por su limitación geográfica, mientras la familia Riberas, dueña del grupo, pretende desprenderse también de las plantas que Gestamp Wind tiene en Estados Unidos, Brasil, México, Puerto Rico, Sudáfrica y Turquía, entre otros países. El último comprador con el que ha acercado posturas es un fondo chino controlado por el Estado y asesorado por Deustche Bank.