Ana Pastor coloca a Ángel Luis Arias al frente de Enaire en plena huelga de controladores

Bautismo de fuego para el nuevo director general de Enaire, la entidad pública empresarial encargada de gestionar la navegación aérea en España. El consejo de administración de la compañía dependiente del Ministerio de Fomento tiene previsto reunirse hoy en sesión extraordinaria para nombrar aÁngel Luis Arias Serranocomo primer ejecutivo, justo al mismo tiempo que los controladores aéreos vuelven por sus fueros con laconvocatoria de una serie de paros parcialescomo resaca de efectos retardados por el histórico conflicto que supuso el cierre del espacio aéreo español en diciembre de 2010.

La presidencia de Enaire recae en el secretario de Estado de Infraestructuras,Julio Gómez-Pomar, pero las múltiples ocupaciones del número dos del Ministerio de Fomento no permiten que este cargo disponga de un carácter realmente ejecutivo. De hecho, la entidad ha estado pilotada de forma interina porIgnacio González, antiguodirector del negocio de Navegación Aérea de Aena. La segregación de las actividades que se llevaron a cabo para preparar la salida a bolsa del gestor aeroportuario propició la configuración de Enaire en julio del pasado año como un ente con personalidad jurídica propia encargado de gestionar el tráfico aéreo en nuestro país.

Enaire actúa también como holding encargado de custodiar la participación del 51% que el Estado mantiene en Aena. La colocación en los mercados bursátiles de la compañía que presideJosé Manuel Vargasha recabado en los últimos meses toda la atención del Ministerio de Fomento y ha sido ahora cuando la ministra,Ana Pastor, ha reparado en la necesidad de completar también el organigrama funcional de Enaire, situando al frente de la compañía a un director general que asuma el timón de la empresa y actúe, además, como máximo representante institucional dentro de la Administración Pública.

Una amarga bienvenida

El nuevo jefe de los controladores se va a estrenar en el cargo conun conflicto que pondrá a prueba su liderazgoal frente de una compañía que parecía haberse convertido en un remanso de paz desde aquel lamentable episodio de hace casi cinco años cuando el Gobierno deZapaterotuvo que decretar el estado de alarma en los aeropuertos españoles. El caos y la consiguiente militarización de las actividades de navegación aérea emergen ahora de nuevo en el recuerdo desgraciado de Enaire y sacuden las estructuras operativas de la entidad sin dar ni un solo instante de respiro a su flamante director general.

Ángel Luis Arias va a tener que enfrentarse de buenas a primeras con otra huelga, esta vez aquilatada a partir de una serie de paros parciales, que ha sido convocada por laUnión Sindical de Controladores Aéreos (USCA). La protesta está prevista que se lleve a cabo los próximosdías 8, 10, 12 y 14 de juniodurantedos horas en cada uno de los turnos de mañana y tarde. El motivo no es otro que mostrar la repulsa contra Enaire por los expedientes que la empresa ha abierto a61 trabajadores del centro de control de Barcelonacomo consecuencia precisamente de la huelga de 2010.

La huelga supone un nuevo pulso político entre el Gobierno y los controladores aéreos, de esos que se saben cómo empiezan pero nunca cómo terminan

En definitiva, más de lo mismo y un nuevo pulso político entre el Gobierno y los controladores aéreos, de esos que se saben cómo empiezan pero nunca cómo terminan. El sindicato, que retrasó la convocatoria de la huelga por el accidente del Airbus de Germanwings, se ha rasgado las vestidurascalificando la actitud de la empresa como “especialmente incomprensible”. Enaire considera que las sanciones administrativas deben ser independientes del sobreseimiento general con que los juzgados provinciales han ido resolviendo las numerosas demandas judiciales a lo largo de todos estos años.

El expediente incoado el pasado mes de marzo contempla lasuspensión de un mes de empleo y sueldoen una medida que trata de poner de manifiesto la autoridad de la entidad estatal ante un conflicto salvaje que, según afirman medios oficiales,“no puede resultar del todo gratis a sus promotores”. Habrá que ver quién paga finalmente las consecuencias aunque, eso sí, de momento todo hace indicar que al director general nombrado por Ana Pastor le van a amargar la bienvenida en Enaire.