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Guerra judicial entre apellidos ilustres de la empresa española por una inversión fallida
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por supuesto engaño de cuentas en infoglobal

Guerra judicial entre apellidos ilustres de la empresa española por una inversión fallida

Ignacio Comenge (Coca Cola), Baldomero Falcones (FCC ) y Marcos Fernández Fermoselle (Parquesol) demandan a Mesonero Romanos y Javier López Madrid

Foto: El expresidente de FCC Baldomero Falcones (EFE)
El expresidente de FCC Baldomero Falcones (EFE)

A nadie le gusta perder dinero. Y menos a los empresarios de postín, especialmente si se embarcan en aventuras invitados por otros apellidos ilustres de la burguesía española. Es lo que les ha pasado a Ignacio Comenge, uno de los dueños de las embotelladoras de Coca-Cola, a Baldomero Falcones, expresidente de FCC, y a Marcos Fernández Fermoselle, que hizo su fortuna con la venta de Inmobiliaria Parquesol a San José (917 millones) en pleno boom del ladrillo.

Los tres han presentado una querella penal contra Guillermo Mesonero Romanos, que en su día ganó muchísimo dinero con la compraventa de Puleva; Javier López Madrid, consejero delegado del Grupo Villar Mir, y Lorenzo Mendoza, dueño del grupo venezolano Polar. Por su parte, hasta Emilio Lozoya, primer directivo de Pemex, la petrolera mexicana propiedad del Estado latinoamericano, fue consejero de la sociedad por intermediación de López Madrid.

Comenge, Falcones y Fernández Fermoselle acusan a sus exsocios y anteriormente amigos de haberles engañado en la adquisición de un 30% de Infloglobal, empresa que desarrolla ingeniería de telecomunicaciones. Los tres inversores tomaron el 30% de esta compañía a mediados de 2013 por cerca de cinco millones para apoyar la internacionalización de la empresa. Pero apenas un año después, la relación de amistad entre las partes ha acabado en los juzgados.

Según los demandantes, Mesonero Romanos y López Madrid les mintieron sobre un contrato de unos 60 millones por dos años que Infloglobal había conseguido en México. Esa obra significaba cerca del 60% de la facturación anual de la compañía, por lo que gran parte del presente y el futuro dependía de su ejecución. Sin embargo, el contrato sólo se ha podido completar en la primera fase, unos 35 millones, por lo que los restantes 25 no llegarán a la cuenta de resultados de Infoglobal. Por si fuera poco, el cobro de la primera factura tampoco está asegurado.

Los tres inversores aseguran que sus socios no les informaron de estos problemas con el citado contrato y que la ruptura con el cliente y la falta de pago lleva a la empresa de ingeniería a una situación casi de insolvencia. En consecuencia, los cinco millones que aportaron a mediados de 2013 se irán por la alcantarilla. Los perderán.

Refinanciación a vida o muerte

Mesonero Romanos y López Madrid, que tiene su participación a través de SIA Capital, un holding a través del cual controla Tressis, una gestora de patrimonios que administra el dinero de grandes fortunas españolas, niegan cualquier engaño. Al contrario, sostienen que los accionistas fueron informados de la situación con detalle y que tuvieron varios meses para analizar la documentación antes de invertir.

Están convencidos de que la querella no irá a ninguna parte y se consideran chantajeados por Comenge, Falcones y Fernández Fermoselle. Además, creen que esta batalla judicial sólo hace que poner en peligro la refinanciación de la deuda bancaria de Infoglobal, que asciende a 15 millones. Los acreedores no tenían noticias de este conflicto hasta el pasado viernes.

Mientras tanto, Mesonero Romanosestá buscando inversores para reemplazar a los querellantes. Pero en las negociaciones que ha tenido con varios de los interesados les ha omitido este enfrentamiento, que se puede llevar a la empresa por delante. Por si no fuera suficiente, José Fabián Plaza, el anterior consejero delegado que dimitió por las presuntas irregularidades de sus accionistas, también tiene una demanda contra Mesoneros y López Madrid.

A nadie le gusta perder dinero. Y menos a los empresarios de postín, especialmente si se embarcan en aventuras invitados por otros apellidos ilustres de la burguesía española. Es lo que les ha pasado a Ignacio Comenge, uno de los dueños de las embotelladoras de Coca-Cola, a Baldomero Falcones, expresidente de FCC, y a Marcos Fernández Fermoselle, que hizo su fortuna con la venta de Inmobiliaria Parquesol a San José (917 millones) en pleno boom del ladrillo.

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