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Las 'marcas' de Podemos exigen a Iglesias "autonomía total" o se irán al Grupo Mixto
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Las 'marcas' de Podemos exigen a Iglesias "autonomía total" o se irán al Grupo Mixto

En Marea, Compromís-Podem y En Comú Podem solo evitarán su fuga al Grupo Mixto si Iglesias les da “autonomía total” dentro del grupo confederal y se visualizan como fuerzas diferenciadas

Foto: Pablo Iglesias, acompañado de los portavoces de En Comú Podem, Xavier Domènech, de Compromís-Podem, Joan Baldoví, y de En Marea, Alexandra Fernández. (EFE)
Pablo Iglesias, acompañado de los portavoces de En Comú Podem, Xavier Domènech, de Compromís-Podem, Joan Baldoví, y de En Marea, Alexandra Fernández. (EFE)

Podemos dilatará hasta el útimo momento los plazos marcados por el Congreso para presentar su propuesta sobre la creación de grupos parlamentarios, que rematan a última hora de este martes. Las diferencias de criterio entre la formación emergente y las candidaturas territoriales con las que confluyó en Cataluña (En Comú Podem), Galicia (En Marea) y Valencia (Compromís-Podem) impidieron llegar a un acuerdo sobre la propuesta de unirse en un único “grupo confederal” lanzada por Pablo Iglesias para salvar la previsible negativa de la Mesa a disgregarse en cuatro.

Las reuniones se sucedieron durante todo el día de ayer y se prolongaron hasta bien entrada la noche, pese a lo cual no se logró alcanzar un acuerdo. Más aún, alumbraron diferentes puntos de vista en el seno de las propias confluencias. La decisión transitoria pasará por registrar, este martes por la tarde, una petición que reclamará la conformación de cuatro grupos diferenciados, y que con total probabilidad será rechazada. Podemos ganará así tiempo, pues cuenta con tres días más hasta que la Mesa se vuelva a reunir, para seguir buscando una solución de consenso que evite la fuga de diputados confluyentes al Grupo Parlamentario Mixto.

La prolongación de las negociaciones ha retenido de momento a los diputados de Compromís-Podem, que barajaban la posibilidad de conformar un grupo con los dos diputados de Unidad Popular-Izquierda Unida (Aberto Garzón y Sol Sánchez). Esta era la opción preferente de la coalición de izquierdas, pero el tiempo se le agotaba y tuvo que decantarse por la alternativa de crear un grupo técnico junto a ERC y Bildu.

El esfuerzo de Pablo Iglesias durante estos días para evitar esta primera marcha, que podría provocar un efecto dominó en las confluencias gallega y catalana, se ha traducido en significativas concesiones. Entre ellas, se encuentra la oferta a sus socios de cambiar el nombre al grupo parlamentario confederal, para visibilizar la identidad propia las candidaturas territoriales, o la repartición de portavocías y recursos. A pesar de que Compromís-Podem ha cerrado la puerta a la primera opción de formar grupo con IU, no todos los integrantes de la coalición valenciana están a favor de integrarse en un único grupo liderado por Pablo Iglesias.

Los valencianos cuentan con nueve escaños, de los cuales uno es independiente, cuatro son diputados de Podemos y los otros cuatro restantes pertenecen a la formación que lidera Mónica Oltra. La división es evidente: los diputados que se decantan por la propuesta de Iglesias son los que pertenecen a su organización. Sin embargo, tampoco reman al unísono los representantes de Compromís, que a su vez es una coalición de formaciones valencianas. Los dos que pertenecen al Bloc Nacionalista Valencià, como es el caso del portavoz Joan Baldoví, apuestan decididamente por integrarse en el Grupo Parlamentario Mixto, mientras que los de Iniciativa del Poble Valencià (IdV) son más vacilantes respecto a esta opción.

En Marea, que cuenta con una representación casi aritmética, con dos diputados vinculados a Podemos, otros dos a Anova, uno a Esquerda Unida y el restante a las mareas municipalistas (Ourense en Común), mantiene unas posiciones similares a las de Compromís. Los representantes más cercanos a Iglesias se inclinan por crear un grupo único, mientras que los de otras fuerzas se decantan por integrarse en el Mixto. Opciones que chocan con el documento político firmado antes de las elecciones por todas estas fuerzas, ya que se especificaba que si En Marea no obtenía grupo propio, podría integrarse tanto en el grupo de Podemos como en otro cualquiera, pero siempre en bloque.

Iglesias deberá ceder más para evitar la fuga

Todas estas posiciones se circunscriben al momento actual de las negociaciones, ya que hasta los actores más beligerantes en las conversaciones apelan a la “igualdad de todas las partes” como requisito para que los 69 diputados que suman Podemos y las confluencias se unan en un único grupo. La única posibilidad que está descartada es la de conformar un grupo conjunto y “plurinacional” entre las tres confluencias, siguiendo así la misma estrategia que en el Senado, puesto que el resto de fuerzas representadas en la Mesa del Congreso tampoco lo aceptarían.

Las reivindicaciones que Pablo Iglesias tiene sobre la mesa para mantener juntos a los 69 diputados son, en resumen, que las confluencias cuenten con “autonomía total” dentro del grupo confederal y que se visualicen como fuerzas diferenciadas en lo político y mediático. El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, explicaba ya tras la sesión constitutiva de las Cortes, el pasado miércoles, que las confluencias tienen “una disciplina de voto propia y una actividad parlamentaria propia”, no subordinada a la dirección estatal de Podemos.

Los planes alternativos se reducen pues a la conformación de un grupo confederal o a la integración en el Mixto. Como todo parece indicar, en caso de que la vía sea esta última, el resultado sería que las propias confluencias territoriales se subdividirían, con diputados de Podemos que rechazarían disgregarse y diputados de otras organizaciones, como Compromís o Anova, que apostarían por mantener su autonomía en el Mixto. Las negociaciones, hacia fuera y hacia dentro, siguen su curso.

Podemos dilatará hasta el útimo momento los plazos marcados por el Congreso para presentar su propuesta sobre la creación de grupos parlamentarios, que rematan a última hora de este martes. Las diferencias de criterio entre la formación emergente y las candidaturas territoriales con las que confluyó en Cataluña (En Comú Podem), Galicia (En Marea) y Valencia (Compromís-Podem) impidieron llegar a un acuerdo sobre la propuesta de unirse en un único “grupo confederal” lanzada por Pablo Iglesias para salvar la previsible negativa de la Mesa a disgregarse en cuatro.

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