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Pablo Iglesias le 'roba' la campaña a Carmena: cambia el 'enfant terrible' por el buenismo
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el candidato se 'carmeniza'

Pablo Iglesias le 'roba' la campaña a Carmena: cambia el 'enfant terrible' por el buenismo

El candidato de Podemos ha 'carmenizado' su estilo en los debates dejando atrás la arrogancia y enterrando al 'enfant terrible', además de incorporar elementos clave de la campaña de Ahora Madrid

Foto: Pablo Iglesias responde a las preguntas de los asistentes a la "entrevista de trabajo" en Vallecas. (EFE)
Pablo Iglesias responde a las preguntas de los asistentes a la "entrevista de trabajo" en Vallecas. (EFE)

El estilo de Manuela Carmena poco tiene que ver con el de los políticos convencionales, tanto en el fondo como en las formas, pero lo que verdaderamente la ha diferenciado, sobre todo durante los debates televisivos de la campaña que la aupó a la alcaldía de Madrid, fue su calma, la renuncia a la confrontación y al “y tú más”. Una serenidad que le permitió empatizar con las audiencias e incluso desarmar a sus rivales. Un estilo opuesto al Pablo Iglesias 'enfant terrible' y politólogo arrogante, dos rasgos que el propio líder de Podemos ha reconocido en varias ocasiones. Sin embargo, en las últimas semanas ha depurado estos defectos, tratando de 'carmenizarse', como dejó claro durante el debate electoral a cuatro con sus repetidas llamadas a la calma mientras se enzarzaban sus rivales.

Las lecciones que Pablo Iglesias ha aprendido de Carmena no son pocas, varias de ellas las ha aplicado él directamente y otras han sido implantadas por su equipo de campaña. Los formatos, la comunicación y estilo de Podemos han evolucionado con respecto al resto de campañas, incorporando elementos clave en la campaña realizada por Ahora Madrid.

El 'buenismo' y la compostura en los debates

Pablo Iglesias ha enterrado la arrogancia y ha cambiado el 'enfant terrible' por la perspicacia para apuñalar a sus rivales. El debate a cuatro organizado por Atresmedia ha sido el mejor reflejo de esta nueva actitud trabajada desde hace semanas, pero ya se hizo patente en el debate a tres de 'El País'. En aquel ensayo general, Iglesias ya actuó “con voz suave, serenidad escénica y constantes requerimientos a sus rivales para que mantuvieran la compostura en el debate. Esta noche Iglesias ha decidido parecerse más a Manuela Carmena que a sí mismo”, analizaba Ignacio Valera en su columna de El Confidencial.

Dejar que quienes embarren el debate sean los demás, no entrar en descalificaciones y mostrar la cara más amable son lecciones bien estudiadas del temario de Manuela Carmena. Esa a la que la candidata del PP, Esperanza Aguirre, acabó espetando: "Sé que usted es buena, muy buena, buenísima y da muchos abrazos. Pero yo también soy buena". A Iglesias no le cayeron esos halagos en forma de pataleta, pero cada vez que pedía calma a Pedro Sánchez, este se salía más de sus casillas.

La guerrilla comunicativa

La candidata de Ahora Madrid llegó a convertirse en un 'icono pop' debido al trabajo desiteresado e improvisado de decenas de dibujantes, diseñadores e ilustradores que inundaron las redes sociales con la imagen de Carmena, en una campaña ideada y difundida al margen de los canales oficiales. En el caso de Podemos, esta campaña está orquestada en gran medida, pero también hay multitud de materiales de la anónima 'guerrilla gráfica' que circulan por la red y la calle.

Entrevistas de trabajo

Manuela Carmena se negó desde el primer día de campaña a hacer mítines convencionales. Su propuesta, criticada por los asesores de campaña de Podemos, pasaba simplemente por “hablar con la gente” en pequeños actos, sentada en una silla a ras de suelo, al igual que el resto del público, y mantener un diálogo fluido. Su primer acto de campaña, de hecho, lo denominó de manera improvisada “entrevista de trabajo”. "Esto es como una entrevista de trabajo, preguntadme lo que queráis", le dijo al público. A su pesar, en algún acto sí tuvo que subirse al escenario por obligación, al estar acompañada por alguno de los líderes de Podemos, que así lo preferían.

En esta campaña es Pablo Iglesias quien prefiere bajarse a ras de suelo y practicar el formato de las entrevistas de trabajo. La primera la celebró en su barrio natal, Vallecas, donde se sometió a las preguntas de un nutrido grupo de vecinos. Lo único que cambió es que en lugar de estar sentado en una silla respondió de pie y con la ayuda de una pizarra. Este tipo de actos han sido replicados por el resto de candidatos y el propio Pablo Iglesias se someterá, al menos, a cuatro entrevistas más de trabajo en lo que queda de campaña para optar al puesto de presidente (Toledo, Santander, Oviedo y Valladolid). En esta campaña, para la que nació Podemos, se han reducido al mínimo los grandes mítines, y hasta el pistoletazo de salida con la pegada de carteles se realizó en un pequeño pueblo zamorano de poco más de 1.900 habitantes.

Publicidad de taxistas simpatizantes

El PP se gastó 45.000 euros en colocar propaganda de Aguirre y Cifuentes en 900 taxis de Madrid el pasado 24-M. Una acción inusual que fue respondida por simpatizantes del gremio con Ahora Madrid, que publicitaron en sus taxis el cartel electoral de Carmena de manera gratuita. Para la campaña del 20-D, una treintena de taxis de Madrid han rotulado sus coches de manera voluntaria con carteles electorales de Podemos.

Proyecciones en edificios emblemáticos

Las proyecciones en las fachadas de los edificios con imágenes de Carmena fueron una acción insólita en la campaña de Ahora Madrid, y que Podemos también rescató la noche previa a los actos de la Constitución para reflejar en varios de los edificios y monumentos más emblemáticos del país su lema para ese día: “Gracias 1978, hola 2015”. Una acción que tuvo una enorme repercusión en las redes sociales.

El estilo de Manuela Carmena poco tiene que ver con el de los políticos convencionales, tanto en el fondo como en las formas, pero lo que verdaderamente la ha diferenciado, sobre todo durante los debates televisivos de la campaña que la aupó a la alcaldía de Madrid, fue su calma, la renuncia a la confrontación y al “y tú más”. Una serenidad que le permitió empatizar con las audiencias e incluso desarmar a sus rivales. Un estilo opuesto al Pablo Iglesias 'enfant terrible' y politólogo arrogante, dos rasgos que el propio líder de Podemos ha reconocido en varias ocasiones. Sin embargo, en las últimas semanas ha depurado estos defectos, tratando de 'carmenizarse', como dejó claro durante el debate electoral a cuatro con sus repetidas llamadas a la calma mientras se enzarzaban sus rivales.

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