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De Garicano a Lacalle: los partidos explotan el filón de los 'economistas galácticos'
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esperanza aguirre agita la escena política

De Garicano a Lacalle: los partidos explotan el filón de los 'economistas galácticos'

Son conocidos. Tienen tirón mediático. Y aportan una necesaria -y valorada- dosis de tecnocracia. Los economistas se han convertido en el objeto del deseo de los partidos políticos

"Un día salía de un debate en un medio de comunicación cuando un señor me comentó...". Daniel Lacalle arranca así su libro Viaje a la libertad económica. No es casual ese comienzo. Ni la alusión a su aparición en un medio. Lacalle es uno de los principales ejemplos del protagonismo adquirido por los economistas en los medios de comunicación españoles al calor de la crisis sufrida en los últimos años. (Vea la galería 'De la economía a la política)

No es el único. Luis Garicano, José Carlos Díez o José María Gay de Liébana también figuran en un lugar destacado de la lista de economistas mediáticos. Y todos ellos, cada uno con sus ideas, cada uno con sus seguidores y detractores, se han convertido en preciados objetos del deseo para los partidos políticos, que encuentran en ellos dos filones que ahora se esfuerzan en explotar. El primero, ese efervescente tirón mediático. Los economistas ya no son personajes oscuros ni calculadoras andantes, siempre estadística en mano, ni meros representantes de la conocida como ciencia lúgubre. Ahora acuñan metáforas, salen en la tele y son cool. Molan. Y los partidos creen que eso vale su peso en votos.

Los economistas ya no son personajes oscuros ni meros representantes de la ciencia lúgubre. Ahora acuñan metáforas y salen en la tele. Molan

El segundo filón consiste en que ser famosos no les impide seguir siendo economistas. Y los partidos entienden que su presencia en las listas o en su equipo de asesores les otorga una atractiva dosis de tecnocracia. Es decir, en un momento en el que la economía y los efectos derivados de la crisis todavía acaparan buena parte de la atención –y las preocupaciones– del electorado, los partidos ven en los economistas una fuente de autoridad muy necesaria en estos tiempos.

Comienza el baile

Como los partidos han detectado que ambas cualidades cotizan al alza en la opinión pública, no han dudado en cortejar a los economistas galácticos para incorporarlos a su causa. Ciudadanos fichó en febrero a uno de ellos, Luis Garicano, catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics y que durante la crisis ha sido una de las firmas más seguidas por sus artículos en distintos medios, sus posts en los blogs Nada es gratis o Hay Derecho y su libro El dilema de España. Ciudadanos reforzó su llegada con otra persona con claro perfil técnico, a caballo entre lo legal y lo económico, como Manuel Conthe.

En marzo fue el turno de UPyD. En su caso sumó a su proyecto a Nemesio Fernández-Cuesta, una persona con un toque menos mediático, más empresarial –estuvo casi 30 años en Repsol– y con cierta experiencia política, puesto que fue secretario de Estado de Energía y Recursos Minerales entre 1996 y 1998.

Y ayer, con marzo acabando, la candidata del Partido Popular a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, agitaba la escena política y tuitera con un tuit en el que anunciaba "el fichaje del brillante economista @Lacalle -Daniel Lacalle- para colaborar en mi candidatura al Ayuntamiento de Madrid".

Colaborador de El Confidencial durante varios años mediante su blog Lleno de energía, autor de los libros Nosotros, los mercados, Viaje a la libertad económica y La madre de todas las batallas y tertuliano habitual en varios programas televisivos, a finales de 2014 se incorporó a Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo y con 1,7 billones de dólares –alrededor de 1,59 billones de euros– en activos bajo gestión. O lo que es lo mismo, un volumen superior al producto interior bruto (PIB) español, que en 2014 alcanzó los 1,058 billones de euros.

Lo más curioso es que en este caso Aguirre anunció la incorporación, pero Lacalle se ha limitado no confirmar ni desmentir su fichaje. Y este matiz es el que confirma precisamente el afán de los políticos por poner un economista de prestigio en sus filas: la candidata lo comunicó sin que, según fuentes cercanas al gestor de Pimco, esa noticia sea un hecho consumado. Pero la cuestión es que la candidata ya ha logrado que la figura de Lacalle quede ligada a su equipo.

La necesidad de revestir de rigor el programa económico tampoco ha pasado inadvertida en Podemos. El partido ha contado con el catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla, Juan Torres, y el catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, Vicenç Navarro, para diseñar el documento que dará lugar al programa económico de la formación liderada por Pablo Iglesias. (Vea la galería 'De la economía a la política)

Versión 2.0 de 'Es la economía, estúpido'

¿Y el Partido Socialista? ¿No ha movido ficha? En su caso, ya trae a varios economistas de serie. Es el caso de su secretario general, Pedro Sánchez, y su candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, quien también forma parte de la lista de economistas mediáticos por sus continuas apariciones en las tertulias televisivas. Eso sí, para refozar su equipo, Carmona ha sumado a sus filas al economista y presidente de los Inspectores de Hacienda Ransés Pérez. Y siempre existe la sensación de que tiene en la recámara a otro de los economistas mediáticos, como es José Carlos Díez.

Izquierda Unida tampoco esa ajena a esta oleada de economistas. Su candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, también lo es.

El protagonismo adquirido por los economistas en la política española representa una suerte de versión 2.0 del eslogan ¡Es la economía, estúpido!, que fue muy utilizado por el equipo del demócrata Bill Clinton en la campaña de 1992. Consciente de que a los estadounidenses les dolía el bolsillo tras la recesión sufrida entre julio de 1990 y marzo de 1991, Clinton explotó la vertiente economía para percutir sobre George Bush (padre). Y salió victorioso. Como muestra del protagonismo que, en efecto, tuvo la economía en esos comicios, Bush culpó de su derrota a que el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, no bajara los tipos de interés con más intensidad.

El anticipo de 2008 ya se saldó con nota. El cara a cara económico entre Solbes y Pizarro tuvo un 24,4% de audiencia y casi 5 millones de espectadores

Los partidos políticos españoles intuyen que esa situación se reedita ahora en España. Y se están volcando para cubrir ese flanco. De algún modo, esa oleada contó con un anticipo en 2008. Entonces, el Partido Popular jugó la baza de Manuel Pizarro, tratando de aprovechar la popularidad de la que gozaba entonces tras ocupar la presidencia de Endesa y resistir numantinamente en la polémica oferta de compra sobre la eléctrica por parte de Gas Natural.

En febrero de 2008, Pizarro y Pedro Solbes, que seguía siendo la referencia económica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, protagonizaron un debate televisivo. Se centró exclusivamente en temas económicos. Tuvo un 24,4% de audiencia, con casi 5 millones de espectadores, con un minuto de oro del 31,3% y más de 6 millones de televidentes. Con este precedente, las cadenas se frotan las manos. En 2015, los economistas galácticos prometen reventar los audímetros. Es su momento.

(Vea la galería 'De la economía a la política)

"Un día salía de un debate en un medio de comunicación cuando un señor me comentó...". Daniel Lacalle arranca así su libro Viaje a la libertad económica. No es casual ese comienzo. Ni la alusión a su aparición en un medio. Lacalle es uno de los principales ejemplos del protagonismo adquirido por los economistas en los medios de comunicación españoles al calor de la crisis sufrida en los últimos años. (Vea la galería 'De la economía a la política)

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