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El Gobierno dibuja un crecimiento débil del PIB hasta 2016 con un 22,9% de paro
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SE CREARÁN más de 600.000 EMPLEOS ENTRE 2014 Y 2015

El Gobierno dibuja un crecimiento débil del PIB hasta 2016 con un 22,9% de paro

El Gobierno ha mejorado sus previsiones macroeconómicas y estima ahora que el PIB crecerá un 1,3% este año, frente al 1,2% fijado anteriormente, y que se

Foto: Rueda de prensa tras reunión consejo de ministros (Efe)
Rueda de prensa tras reunión consejo de ministros (Efe)

La economía española volverá a crecer este año (un 1,3%), y el próximo (un 2%), pero no será suficiente para reducir la tasa de paro de forma significativa. Hasta el punto de este año el desempleo cerrará en el 24,7%, según las previsiones del Gobierno, mientras que el próximo se situará todavía -seis años después del estallido de la crisis- en el 22,9%.

En total, y en número absolutos, eso significa que al final de la legislatura la EPA reflejará (media anual) la existencia de 5,07 millones de trabajadores en paro pese al pronunciado descenso que se ha producido en la población activa (por el llamado efecto desánimo y la emigración).

Lo más significativo, sin embargo, es que esas altísimas tasas de desempleo serán compatibles con el hecho de que la economía española será capaz de crear entre 2014 y 2015 nada menos que 622.000 empleos (en términos EPA), lo que da idea de la enorme bolsa de paro que ha traído la crisis económica. Esa cifra incorpora tanto empleo a tiempo completo como parcial, ya que si el dato se ofrece en Contabilidad Nacional (trabajo equivalente a jornada ordinaria) el resultado sería menor. En total, 17,57 millones de ocupados. Muy lejos de los 20,75 millones de empleos que se llegaron a contabilizar en el tercer trimestre de 2007.

El cuadro macroeconómico para 2015 recoge ya el enfriamiento de la economía mundial y, en particular, de la europea. Pero no supone, en todo caso, un cambio relevante respecto del presentando hace casi seis meses, cuando se envió a Bruselas el Programa de Estabilidad. Lo que ha sucedido es que la ralentización de la economía mundial se ha comido el margen que siempre se reserva el Gobierno para batir sus propias previsiones y poder anunciar las mejoras a la opinión pública. Si hace pocos meses, el Ministerio de Economía estimaba que este año podría acabar con un crecimiento del 1,5%, ahora ese avance se reduce en un par de décimas, pero, en todo caso, una décima por encima de lo estimado anteriormente.

Algo parecido sucederá en 2015. El Gobierno preveía que ese año la economía podría crecer algo más del 2%, gracias, sobre todo, al estimulo procedente de la rebaja de impuestos y al mayor margen presupuestario que le da la revisión nominal del PIB. Al final, lo que ha hecho es una ligera revisión (anteriormente cifraba el avance del PIB en el 1,8%), pero sin que apenas tenga margen de mejora. Para acabar en el 2% en 2015 (media anual) la segunda parte del año debe cerrar cerca del 3%, lo que significa ya una tasa robusta.

Informe de la Airef

En todo caso, las previsiones, según la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), que ha dado a conocer su primer informe no vinculante sobre el cuadro macro, son “realistas en su conjunto”. Aunque con un cierto voluntarismo en relación al descenso del 1% en el consumo público.

En palabras del organismo encargado de vigilar las cuentas públicas, la materialización de la previsión de consumo público del Gobierno, cuyo sesgo inicial negativo es grande, “requiere unas medidas de moderación y aumento de eficiencia en la gestión del gasto, sobre todo en las comunidades autónomas y en las corporaciones locales”. Algo parecido ocurre, según Airef, con las inversiones, cuya tasa de crecimiento tendría un seso al alza. Los riesgos a la baja se relacionan con el comportamiento de la Eurozona, y al alza con la depreciación del euro y con la mayor liquidez proporcionada por el BCE.

Vídeo: "Los presupuestos de 2015 son los de la consolidación"

El cuadro macro del Gobierno hace descansar en la demanda nacional (consumo privado, público e inversiones) el crecimiento económico, toda vez que el impulso del sector exterior parece haberse agotado a medida que avanzan las importaciones. De hecho, para este año sitúa su contribución al crecimiento en negativo (-0,1 puntos porcentuales), mientras que para el próximo estima una aportación positiva de dos décimas.

Eso significa un crecimiento más equilibrado respecto de lo que sucedía antes de la crisis, como recordó ayer De Guindos tras el Consejo de Ministros. De hecho, Economía confía en que el saldo de la balanza de pagos por cuenta corriente se sitúe en el 1,1% el año próximo. Un objetivo que no será fácil de cumplir habida cuenta de los resultados de 2014, que reflejan un serio empeoramiento de la balanza comercial. Y ello pese a que la factura petrolífera está cayendo por el descenso de los precios en coherencia con la menor demanda de crudo a nivel mundial.

Los supuestos a partir de los cuales se han hecho las previsiones parten, según el ministro De Guindos, de “hipótesis muy conservadoras”. Y en línea con esta estrategia se prevé, en concreto, que el Euribor permanezca en el 0,2%; la deuda pública, en el 2,6%; el euro frente al dólar en 1,30 unidades y el petróleo en el entorno de los 104 dólares. Es decir, sin cambios significativos respecto de las cifras con que se cerrará este año. Tampoco en cuanto a los precios.

El Gobierno estima que el deflactor del consumo privado aumentará este año un 0,2%, y un 0,6% el próximo. Por lo tanto, sin deflación. Básicamente por el empuje de la demanda interna.

La economía española volverá a crecer este año (un 1,3%), y el próximo (un 2%), pero no será suficiente para reducir la tasa de paro de forma significativa. Hasta el punto de este año el desempleo cerrará en el 24,7%, según las previsiones del Gobierno, mientras que el próximo se situará todavía -seis años después del estallido de la crisis- en el 22,9%.

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