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El Ibex resbala hasta mínimos del año por el calendario de Bernanke y el enfriamiento chino
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LA DEUDA ESPAÑOLA SUFRE SU SÉPTIMA SEMANA SEGUIDA DE VENTAS

El Ibex resbala hasta mínimos del año por el calendario de Bernanke y el enfriamiento chino

El cóctel ha sido demasiado explosivo para los mercados. No era para menos, dada la importancia de los ingredientes. De un lado, la Reserva Federal (Fed),

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El Ibex resbala hasta mínimos del año por el calendario de Bernanke y el enfriamiento chino

El cóctel ha sido demasiado explosivo para los mercados. No era para menos, dada la importancia de los ingredientes. De un lado, la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, que en la noche del miércoles confirmó que ya maneja un calendario para reducir sus estímulos; y de otro, China, que en la madrugada del miércoles al jueves confirmó, al registrar en junio el dato de actividad manufacturera más bajo en nueve meses, que su enfriamiento podría ser más acusado de lo previsto. Con el rey de los estímulos en fase de retirada y el monarca del crecimiento en declive, el terremoto en los mercados fue inmediato. La sensación de sálvese quien pueda se apoderó de los inversores, que se apresuraron a deshacer sus posiciones de riesgo. 

Así, entre la entidad presidida por Ben Bernanke y el gigante asiático, ha transcurrido una semana difícil en los mercados. Y el marcador de los principales índices bursátiles así lo confirma. En Wall Street, los números rojos semanales del Dow Jones y el S&P 500 han oscilado entre el 2 y el 3%; en la Eurozona, entre el 3 y el 5%; y en el mundo emergente, los descensos en los principales índices de Brasil, Rusia, India y China también se han movido entre el 4 y el 5%. 

En el caso del Ibex 35 español, se ha sumado al bando de los que más han caído. En el conjunto de las cinco últimas sesiones se ha dejado un 4,59%, hasta los 7.789,2 puntos. O lo que es lo mismo, ha descendido hasta los niveles más bajos desde noviembre de 2012 y en 2013 presenta ya un descenso del 5,7%. 

Como muestra del varapalo sufrido, solo tres de los 35 valores del índice han cerrado la semana en positivo. Los tres valientes han sido Sacyr, con una subida del 2,4%; Jazztel, que ha sumado un 1,9% al calor de los rumores sobre movimientos corporativos en el sector; y Mediaset, que se ha anotado un 0,4%. En el extremo opuesto, el sector financiero, con Banco Popular a la cabeza, que en la semana de su contrasplit -una acción nueva por cada cinco antiguas- ha caído en total un 11,8%, hasta los 2,53 euros. CaixaBank, BBVA, Sabadell y Santander han caído entre un 5 y un 6,3% y Bankinter, que ha sido el menos castigado, se ha dejado un 2%. Otras acciones que han reculado con fuerza han sido las de Acerinox, que ha bajado un 10,6%; FCC, que ha cedido un 8,7%; y Repsol, con un recorte del 7,2%. 

La clave reside ahora en descifrar si estas ventas son un fenómeno pasajero o han venido para quedarse. "Pensamos que más que sobrerreacción de los mercados estamos ante una adaptación al nuevo entorno más volátil (el VIX vuelve a estar por encima del 20%) y es la reducción de riesgo y la falta de compradores la que está provocando la corrección, que entendemos que generará más oportunidades futuras", anticipa Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio. 

Aunque para castigo, el sufrido por la deuda pública. Y esta vez no ha habido distinción entre periférica y no periférica. Las ventas han corrido como la pólvora, con el consiguiente repunte de los rendimientos que suben cuando el precio de los títulos baja. En el caso español, la rentabilidad del bono a 10 años ha ascendido del 4,57 al 4,91%, con lo que se encuentra más allá del 4,90% por primera vez desde marzo. Se ha tratado de la séptima semana consecutiva de subidas en el rendimiento, la peor racha desde la registrada en las semanas previas al rescate de Irlanda en noviembre de 2011. En el conjunto de las siete últimas semanas, la rentabilidad se ha disparado 84 puntos básicos -o 0,84 puntos porcentuales-. 

A su rebufo, la prima de riesgo, que mide la diferencia entre el rendimiento de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se ha ampliado de los 307 a los 319 puntos básicos. Y si no ha ido más allá se ha debido a que la deuda alemana también se ha visto golpeada con fuerza por las ventas. La rentabilidad del bund se ha tensado del 1,51 al 1,72%, el interés más alto desde abril de 2012. Y lo mismo le ha ocurrido a la deuda estadounidense, con los títulos a 10 años escalando hasta el 2,50%, una rentabilidad que no se veía desde agosto de 2011. 

Fuerte corrección en las materias primas

Con la Fed anticipando la retirada de los estímulos y China inspirando desconfianza, las materias primas han sufrido igualmente una dura semana. En especial, los metales preciosos. El oro ha acumulado una caída semanal del 6,9% y se ha situado por debajo los 1.300 dólares -en concreto, ha bajado hasta los 1.295 dólares- por primera vez desde 2010. Este castigo prolonga el que ya venía sufriendo en 2013, puesto que hasta la fecha desciende un 23%. 

También ha pinchado el petróleo. El barril Brent, de referencia en Europa, se ha abaratado este semana cerca de un 5%, hasta los 100,9 dólares, mientras que el barril norteamericano WTI ha bajado un 4%, hasta los 94 dólares. 

Fortaleza del dólar, debilidad de las divisas emergentes

En el universo de las divisas, la marejada de las últimas sesiones ha fortalecido con fuerza al dólar y golpeado de nuevo a las divisas emergentes, afectadas por la salida de capitales que están sufriendo sus mercados. La divisa estadounidense se ha apreciado un 1,6% contra el euro, hasta los 1,314 dólares, y un 3,7% contra el yen, hasta los 97,8 yenes, en la que ha sido su mayor subida semana contra la moneda nipona desde 2009

Entre las divisas emergentes, el real brasileño ha seguido acaparando buena parte de la atención. Esta semana ha caído hasta mínimos desde 2009 contra el euro y el dólar, hasta los 2,96 y los 2,25 reales, respectivamente. Y la rupia india se ha situado en mínimos históricos frente a ambas divisas: hasta las 79 rupias por euro y las 60 rupias por dólar. 

El cóctel ha sido demasiado explosivo para los mercados. No era para menos, dada la importancia de los ingredientes. De un lado, la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, que en la noche del miércoles confirmó que ya maneja un calendario para reducir sus estímulos; y de otro, China, que en la madrugada del miércoles al jueves confirmó, al registrar en junio el dato de actividad manufacturera más bajo en nueve meses, que su enfriamiento podría ser más acusado de lo previsto. Con el rey de los estímulos en fase de retirada y el monarca del crecimiento en declive, el terremoto en los mercados fue inmediato. La sensación de sálvese quien pueda se apoderó de los inversores, que se apresuraron a deshacer sus posiciones de riesgo.