'The Economist' sentencia al euro tachando de "sonámbulos" a los líderes de la UE

La última portada de la prestigiosa revista británica The Economist lleva por título "Los sonámbulos" y muestra a líderes europeos como Merkel, Hollande, Rajoy o Draghi caminando tranquilamente hacia un precipicio. "El desastre del euro es una cuestión de tiempo", señala la publicación, que critica la inacción de la Eurozona. 

"La falta de noticias son malas noticias", critica el artículo que desarrolla la idea, indicando que la zona euro "necesita desesperadamente un impulso". La revista considera peligrosa la idea de que los problemas ya han pasado, puesto que los datos económicos no apuntan a ninguna mejoría sin que ello parezca despertar ningún tipo de reacción entre los líderes políticos.

"La calma en Bruselas, más que un síntoma de recuperación, es una muestra de decadencia", denuncia el texto, indicando que los líderes deben despertar de su letargo y comprender que la Eurozona se enfrenta incluso a una posibilidad de ruptura.

Como primer paso, The Economist apremia a impulsar el proyecto de la unión bancaria, actualmente estancado. La publicación considera que los bancos europeos necesitan fondos a toda costa y que Estados Unidos ha conseguido recuperarse antes que Europa porque ha puesto en orden sus bancos rápidamente para que pudieran volver a dar crédito, además de por no haberse entregado de forma tan ferviente al dogma de la austeridad.

Por otro lado, el artículo explica que la Eurozona necesita promover el crecimiento mediante un mercado único de servicios, un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y que es preciso utilizar la liquidez de los países del núcleo de Europa para impulsar la inversión en pymes y el empleo juvenil entre los países de la periferia.

The Economist considera que los votantes quieren que la Eurozona siga unida, pero no están dispuestos a aceptar las profundas reformas que son necesarias, y que si la parálisis continúa, a Europa le espera un futuro de sombras al estilo de Japón, pero sin ser un país cohesionado como ocurre en el estado nipón. "Si a los sonámbulos les importa su moneda y su pueblo, necesitan despertarse", concluye.