Telefónica refinancia por segunda vez la deuda de Vivo y adelgaza su balance

Telefónica quiere demostrar a los inversores que está fuerte y mejor de lo que dicen algunos analistas en sus informes bursátiles. Por ello, la compañía se ha comprometido a mejorar su estado de forma financiero de cara a la próxima revisión de su solvencia por parte de las agencias de rating. Con ese fin, el grupo presidido por César Alierta ultima la refinanciación de un préstamo de 2.000 millones que pidió en 2010 para la compra de Vivo.

Según indican fuentes próximas a las negociaciones, Telefónica está a punto de cerrar el alargamiento de un tramo del sindicado que solicitó de 29 entidades bancarias para comprar a Portugal Telecom la mitad del capital de su filial brasileña por 8.000 millones. Se trata de la segunda refinanciación de esta importante línea de crédito (el 16% de su deuda total), que ya fue renovada en marzo de 2011.

En aquel momento, Telefónica consiguió extender la fecha de pago de 5.000 de esos 8.000 millones. De esa cifra, acordó abonar 2.000 millones en 2014 y los otros 3.000, en 2016. Ahora, lo que pretende hacer César Alierta es alargar esos 2.000 millones iniciales, de los que pretende amortizar unos 800. De esta manera, la primera multinacional española quiere enviar un mensaje de solidez al mercado, al demostrar que puede hacer frente a sus obligaciones bancarias con comodidad.

Las negociaciones también incluyen otros dos préstamos de 600 millones de euros que vencen en 2017 y 2018, por los que, no obstante, Telefónica tendrá que asumir un tipo de interés sensiblemente mayor. La compañía está ofreciendo un precio de Euribor más un diferencial entre 200 y 210 puntos, lo que supone multiplicar por más de tres el coste de la financiación. Fuentes del mercado aseguran que esa prima puede considerarse adecuada teniendo en cuenta el diferencial del bono español. 

Las conversaciones están siendo lideradas por BBVA, la Caixa, Santander y Citi en representación de Bayerische Landesbank, Hypovereinsbank, Mizuho, Sociétçe Générale, Sumitomo, UBS, HSBC, BNP Paribas, Intesa San-Paolo, RBS, Bank of Tokyo-Mitshubishi y  LLoyds. En el préstamo original también participaron Banesto, Mediobanca, Credit Suisse, Goldman Sachs, Bank of America, Deutsche Bank, Export Development Corporation y JP Morgan ),  como lead managers, y cinco entidades como arrangers: BBK , Banco Popular, DNB Nor, Nomura y WestLB.

Con esta refinanciación, Telefónica quiere seguir con su plan de sanear su balance, del que el pasado año redujo su pasivo en 8.000 millones. Un esfuerzo que consiguió gracias a la venta con pérdidas de China Unicom, la desinversión de Atento a favor de Bain Capital y la colocación de una parte del capital de su filial alemana. No obstante, la decisión más importante para proteger la caja fue la suspensión del dividendo, que le permite ahorrar cash por cerca de 3.000 millones.

Alierta se ha propuesto como objetivo número uno reducir la deuda del grupo, que actualmente es de 50.000 millones, a menos de 2,35 veces su beneficio antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciaciones (ebitda). Ese es el gran reto que pretende compaginar con una remontada de la cotización en bolsa. Por ese motivo, Telefónica destinó cerca de 500 millones a comprar acciones propias desde el 1 de noviembre hasta el 8 de febrero, periodo en el que el valor cayó un 1,8% pese al esfuerzo inversor.