Las subastas de CX y Banco de Valencia, en septiembre y con solo dos compradores

El Ministerio de Economía se ha rendido finalmente a la evidencia: resulta prácticamente imposible vender un banco sin saber las dimensiones del agujero. Por ese motivo, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que había ordenado seguir con las subastas públicas de Catalunya Caixa y Banco de Valencia tras conocer hace dos semanas el rescate del sector, las ha suspendido. La nueva fecha es septiembre.

El organismo dependiente del Banco de España ha acordado “aplazar temporalmente los procesos competitivos que está desarrollando en relación con la venta de Catalunya Banc y de Banco de Valencia… en tanto se concretan los procesos de valoración del sector bancario actualmente en curso y el apoyo financiero que solicitará el Gobierno para el rescate de la banca española”.

Según fuentes financieras, varios de los candidatos a comprar estas entidades habían exigido paralizar los procesos de venta hasta conocer el contenido de las auditorías previstas para el 31 de julio. En el caso de haber continuado con el calendario –las ofertas debían presentarse el próximo día 27 de junio-, tanto Santander como BBVA exigían la aceptación de unos condicionantes que hacían inviable la operación.

De esta manera, Emilio Botín y Francisco González, presidentes del primer y segundo banco del país, respectivamente, se han salido con la suya, ya que desde hace casi un mes han venido presionando al Ministerio de Economía para suspender las privatizaciones de Catalunya Caixa y Banco de Valencia. A a puja de la entidad catalana se habían presentado también Popular, Sabadell, Kutxabank y JC Flowers.  Fuentes financieras indican que las subastas se realizarán en septiembre, ya con los datos exactos de necesidades de capital encima de la mesa.

Pero la decisión de suspender las ventas tiene una consecuencia clara: reduce a tan solo dos los posibles compradores, Santander y BBVA. El resto, que han quedado encuadrados dentro de ese grupo “heterogéneo” de bancos de los que no se sabe cuánto dinero necesitarán y cómo lo conseguirán, se queda materialmente fuera del proceso. Un problema significativo puesto que ambos candidatos podrán exigir un Esquema de Protección de Activos (EPA) o ayudas públicas superiores incluso a los 20.000 millones estimados a día de hoy.

Al ver menos ofertantes, el mango de la sartén pasa a manos de los compradores, por lo que Economía se queda a expensas de las ayudas que quieren solicitar tanto Santander como BBVA. Hay que recordar que el grupo presidido por Francisco González ya compró Unnim el pasado mes de febrero, con una EPA de 953 millones.

Mientras llega septiembre, el FROB “inyectará el capital o prestará los apoyos financieros necesarios para garantizar el normal funcionamiento de ambas entidades y asegurar que sean capaces de cumplir con sus obligaciones con depositantes y acreedores en general”. Es decir, que garantizará el dinero de los clientes. De momento, ya ha ordenado una ampliación de capital de 1.000 millones de euros en Banco de Valencia, ayuda provisional que fue notificada y autorizada en su momento por la Comisión Europea.