El rescate a la banca dispara el servicio de la deuda hasta los 37.000 millones al año

La deuda pública, que al comienzo de la crisis era una de las fortalezas de la economía española, comienza a ser un problema cada vez más relevante. Hasta el extremo de que el servicio de la deuda consumirá este año cerca de 37.000 millones de euros. Para hacerse una idea de lo que significa esta cifra, hay que tener en cuenta que en 2008 los gastos financieros equivalían a 17.426 millones de euros, lo que significa que en apenas cuatro años de crisis se han duplicado ampliamente las cargas financieras.

El Gobierno había previsto gastar este año en financiar la deuda pública, y así se lo comunicó a Bruselas, 34.646 millones, pero la nueva inyección al sistema financiero supondrá un desembolso adicional máximo de 3.000 millones de euros, siempre que el tipo de interés que finalmente se pacte con Bruselas se sitúe en el 3%.

En total, un máximo de 37.000 millones de euros, lo que convierte el servicio de la deuda en la mayor partida del presupuesto, ampliamente por encima del pago de prestaciones por desempleo, que este año, y aunque las cifras son todavía preliminares, rozará los 30.000 millones de euros.

Teniendo en cuenta que el Gobierno había previsto cerrar este año con un endeudamiento del conjunto de las administraciones equivalente a 849.154 millones, eso significa que los pasivos en circulación superarán este año ampliamente los 900.000 millones de euros en términos de Protocolo de Déficit Excesivo (PDE). Porque si se tiene en cuenta el conjunto del endeudamiento, y no sólo el que computa a efectos del antiguo Tratado de Maastricht, se estaría hablando de más de un billón de euros.

Los últimos datos del Banco de España sitúan el endeudamiento total del sector público -hasta el pasado 31 de diciembre- en 932.151 millones de euros, de los que casi 650.00 millones corresponden a la administración central, y el resto a los entes territoriales.

Aunque ayer en Moncloa, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que la línea de crédito abierta a España no tendrá impacto sobre el déficit público, lo cierto es que sí lo tendrá, en particular sobre el capítulo tres del presupuesto, el que refleja los gastos financieros. En concreto, un máximo de 3.000 millones de euros.

La pesadilla de la prima de riesgo

El Gobierno había previsto en la actualización del Plan de Estabilidad 2012-15 situar la deuda pública en circulación en un valor equivalente al 79,8% del PIB, pero ahora, con los nuevos fondos de la UE, se situará en el entorno del 85% sólo utilizando la mitad de la línea de crédito abierta a España. Aunque los fondos se canalicen a través del Frob, consolidan en los presupuestos del Estado.

El problema para España es que el aumento del endeudamiento coincide con un fuerte ensanchamiento de la prima de riesgo. Se sitúa actualmente en el entorno de los 500 puntos básicos, cuando en el Programa de Estabilidad se calculaba que la media anual se situaría por debajo de los 360 puntos básicos. No sólo eso, el Gobierno sostenía que “las probabilidades de desviaciones de este valor medio a la baja son sensibles”. Ha ocurrido todo lo contrario.

El Ejecutivo esperaba que ya a partir de 2014, y debido a la reducción del déficit, el endeudamiento público comenzara a reducirse, pero ahora esa senda de consolidación tendrá que cambiarse. Y lo que es más relevante, obligará a hacer unos presupuestos más restrictivos o a un aumento de la presión fiscal.

El incremento de la deuda pública, en todo caso, añade más leña al fuego toda vez que los agentes económicos privados están muy endeudados. En el caso de las empresas, alcanza el 134,6% del Producto Interior Bruto (PIB), aunque con una tendencia a la baja. Mientras que la deuda de los hogares suponía el 81,3% del PIB al acabar el año pasado.

Eso significa que por primera vez el endeudamiento total de la economía se situará al acabar este ejercicio, en el entorno del 300% del PIB, el nivel más alto jamás alcanzado.